Después de volver, por un día, a los terrenos taurinos para analizar la pintoresca construcción "en peores plazas hemos toreao", revisitamos hoy una construcción muy similar en su uso y estructura. Como veremos, la relativización de las desgracias y la resignación ante los contratiempos encuentran en nuestra lengua variadas referencias para expresarse.
La fase final de la llamada Guerra de Cuba comenzó en 1898 con la explosión que destruyó el acorazado norteamericano Maine en el puerto de La Habana, perdiendo la vida 250 de sus tripulantes. Esta matanza, en la que la participación española es al menos improbable, desató una fuerte reacción en la opinión pública americana, azuzada por los periódicos del magnate Hearst. La subsiguiente y desigual confrontación con el gigante norteamericano duró apenas cuatro meses y terminó con la pérdida de las últimas colonias españolas, Cuba, Filipinas, Guam y Puerto Rico.
La sensación de derrota y el final definitivo del Imperio Español, en el que en tiempos de Felipe II nunca se ponía el sol, provocaron una enorme crisis en la conciencia nacional, reflejada especialmente por la Generación del 98 y el Regeneracionismo.
También surgió en aquel momento histórico la expresión que hoy nos ocupa. La referencia a las pérdidas de la guerra contra los Estados Unidos relativizan cualquier otro evento negativo que nos pueda acontecer. Cualquier mal parece menor comparado con la pérdida de las últimas colonias, el final definitivo de siglos de esplendor patrio.
No hay, en realidad, pesimismo en la frase sino, más bien, un sentido de aceptación práctica de la realidad basada en una cierta distancia de las cosas, alcanzada por elevación. Este tono, que puede bordear incluso lo chulesco, se hace más evidente cuando se termina la frase con lo que puede ser su segunda parte, "y volvieron cantando".
Podría pensarse que, por su origen histórico, esta frase refleja una idea intrínsecamente hispánica pero existe en inglés una expresión de sentido casi idéntico: worse things happen at sea (literalmente, "cosas peores pasan en el mar"). La expresión se emplea en inglés para indicar a alguien que no se preocupe por algún problema o situación, restándole importancia.
Efectivamente esta construcción es una de las múltiples expresiones británicas originadas en el mundo de la navegación, reflejo de su secular tradición marítima, tanto militar como mercantil y aún pirata, si las dos últimas no son, en realidad, la misma cosa. El punto de referencia para la comporación consoladora o resignada lo constituyen aquí los muchos contratiempos y peligros de la vida en alta mar, ante los que palidece cualquier contratiempo que podamos tener en tierra firme.
En todo caso, resulta llamativo, dada la amplia historia imperial británica, llena de grandes victorias pero también notables reveses e ignominiosas derrotas, que la expresión no tenga que ver con pérdida territorial alguna, algo así como "más se perdió en América" o "más se perdió en la India". Pero parece que algunos pueblos prefieren enfatizar el lustre de sus logros en lugar de autocompadecerse por sus desdichas. Otros no.
Ejemplo práctico:
- Perder el contrato ha sido un palo pero más se perdió en Cuba. Losing the contract was a blow but worse things happen at sea.
- No te preocupes por haber suspendido el examen. Más se perdió en Cuba. Don't worry about failing the test. Worse things happen at sea, you know.