A pesar de la generalizada ignorancia sobre su origen y sentido preciso, lo cierto es que las referencias al burro flautista y al sonido de su instrumento siguen siendo muy habituales en nuestras empresas. No sorprende este hecho dada la tendencia de los modernos profesionales a criticar y menospreciar los méritos o logros ajenos con el propósito, apenas velado, de hacer así aumentar el valor de los propios.
La imagen del burro flautista se incorpora a nuestro acervo cultural a raíz de su aparición en una breve composición rimada del mismo título, publicada por Tomás de Iriarte en 1780 dentro de sus "Fabulas Literarias". Se nos narra allí como un pollino encuentra una flauta abandonada en un prado y, resoplando junto a ella, consigue que la misma suene de forma melódica. El borrico se jacta de lo bien que toca y se permite ponderar la calidad de lo que denomina "música asnal". Ilustra así Iriarte la estulticia de los que se vanaglorian de logros que, en realidad, han conseguido "por casualidad", frase con la que termina cada uno de los párrafos para subrayar el mensaje. No deja lugar a dudas el propósito de la fábula la moraleja con la que la remata:
"Sin regla del arte,
borriquitos hay
que una vez aciertan
por casualidad".
Por extensión, decimos que a alguien "le sonó la flauta" para, según el Diccionario de la Real Academia Española, "indicar que un acierto ha sido casual". Se trata, pues, de quitar merito a ese acierto atribuyéndolo, no a la habilidad, capacidad o esfuerzo de su autor, sino más bien al azar o la suerte. Se comprenderá, así, la utilidad de esta expresión en nuestras oficinas, en contextos competitivos que demandan que, además de exagerar nuestros propios méritos, dediquemos nuestros afanes a desprestigiar los de nuestros semejantes.
Es significativo, por otra parte, que nuestra cultura haya incorporado también una locución relacionada como es "por si suena la flauta". Mª Leonisa Casado Conde la define en "¡ Se Dice Pronto !" como "por si acaso, por azar o por suerte, se cumplen nuestros deseos". Sería extenso el catálogo de actuaciones con escasa probabilidad de éxito que se emprenden precisamente en la confianza de que sea la suerte las que nos saque del atolladero. Casi podría decirse que, en el mundo interior de muchas personas, se ha roto el vínculo directo entre esfuerzo y consecución, dando paso a una azarosa relación donde la suerte y el voluntarismo van ganando protagonismo al tiempo que desaparece toda responsabilidad personal.
Para expresar tan idiomático concepto en inglés, no tenemos muchas opciones más allá de recurrir precisamente a la suerte y traducir "sonar la flauta" como to get lucky. Dado que, generalmente, queremos subrayar no sólo el azar que ha contribuido al sonido de la flauta sino también la manifiesta inutilidad del agente podemos calificar la suerte y decir dumb luck, algo así como "suerte tonta" o, mejor, "la suerte del tonto".
Existe en los Estados Unidos una curiosa expresión que también puede resultarnos útil en este contexto. Se trata de to catch lightning in a bottle, que podría traducirse como "meter un rayo en una botella". El Merriam-Webster Dictionary define esta expresión, de aparición relativamente reciente, como "to succeed in a way that is very lucky or unlikely" ("tener éxito de manera muy afortunada o improbable"). Conviene notar que, generalmente, la expresión se emplea para subrayar más lo improbable o milagroso del logro alcanzado que el indudable papel que la fortuna ha tenido en su consecución.
Ejemplos prácticos:
Es significativo, por otra parte, que nuestra cultura haya incorporado también una locución relacionada como es "por si suena la flauta". Mª Leonisa Casado Conde la define en "¡ Se Dice Pronto !" como "por si acaso, por azar o por suerte, se cumplen nuestros deseos". Sería extenso el catálogo de actuaciones con escasa probabilidad de éxito que se emprenden precisamente en la confianza de que sea la suerte las que nos saque del atolladero. Casi podría decirse que, en el mundo interior de muchas personas, se ha roto el vínculo directo entre esfuerzo y consecución, dando paso a una azarosa relación donde la suerte y el voluntarismo van ganando protagonismo al tiempo que desaparece toda responsabilidad personal.
Para expresar tan idiomático concepto en inglés, no tenemos muchas opciones más allá de recurrir precisamente a la suerte y traducir "sonar la flauta" como to get lucky. Dado que, generalmente, queremos subrayar no sólo el azar que ha contribuido al sonido de la flauta sino también la manifiesta inutilidad del agente podemos calificar la suerte y decir dumb luck, algo así como "suerte tonta" o, mejor, "la suerte del tonto".
Existe en los Estados Unidos una curiosa expresión que también puede resultarnos útil en este contexto. Se trata de to catch lightning in a bottle, que podría traducirse como "meter un rayo en una botella". El Merriam-Webster Dictionary define esta expresión, de aparición relativamente reciente, como "to succeed in a way that is very lucky or unlikely" ("tener éxito de manera muy afortunada o improbable"). Conviene notar que, generalmente, la expresión se emplea para subrayar más lo improbable o milagroso del logro alcanzado que el indudable papel que la fortuna ha tenido en su consecución.
Ejemplos prácticos:
- No había estudiado mucho para el examen pero le sonó la flauta y se las apañó para aprobar. He had hardly prepared the test but he got lucky and managed to pass.
- La policia llevaba meses buscándola y, al final, la encontraron viva en una granja. No se sabe bien si fue un soplo o que les sonó la flauta. The cops had been looking for her for months and, in the end, found her still alive in a farmhouse. Nobody knows whether it was a tip-off or dumb luck.
- A los Yankees les sonó la flauta en 2011 con los fichajes de dos lanzadores veteranos como Colón y García. ¿ Les sonará otra vez este año ? In 2011, the Yankees caught lightning in a bottle by signing veteran pitchers Colon and Garcia. Can they do it again this year?