Históricamente el concepto estaba referido únicamente al marido; de hecho el Diccionario de la Real Academia Española recoge el vocablo "rodríguez" y lo define como "hombre casado que se queda trabajando mientras su familia está fuera, normalmente de veraneo". Sin embargo, en estos tiempos igualitarios que vivimos también se aplica frecuentemente a las mujeres (después de todo, ahora incluso les salen al parecer cosas de los cojones) y, desde luego, a los que han optado por relaciones de pareja más o menos estables sin pasar por la vicaría.
Extendiendo así el concepto, nos referimos con él a aquella persona que, por alguna razón y especialmente por las vacaciones de su pareja, se queda solo en casa. Los hombres deben abordar en este caso algunas de las tareas domésticas que no acostumbran a realizar (indefectiblemente la compra, muy sesgada hacia los botellines, y menos habitualmente la mínima limpieza). Mención aparte merecen las tareas de plancha que suscitan momentos de gran tensión y suelen terminar en la exaltación de la belleza de la arruga. Como contrapartida, también se aprovecha la oportunidad para llevar a cabo actividades que la presencia de la pareja impediría, especialmente salidas nocturnas caracterizadas por la ingesta inmoderada de alcohol e intenciones lúbricas apenas disimuladas aunque raramente satisfechas.
Se trata, en definitiva, de una efímera vuelta a la soltería. Quizá por ello en inglés americano se utiliza un verbo (to bach, generalmente complementado con it) que se origina probablemente a partir de la deformación de la palabra bachelor (soltero) y que viene a trasladar la misma idea que nuestro rodríguez.
Ejemplos prácticos:
- Lo que más me gusta de estar de rodríguez es ver la tele en calzoncillos. The most enjoyable side to baching it is being able to watch tv on your underpants.
- Álvaro está de rodríguez y vuelve a casa todo los días de madrugada. Álvaro is baching it and gets home in the small hours every day.