Pocas cosas suscitan más consenso en la oficina moderna que el valor relativo del propio trabajo. Cada empleado piensa que es el único que verdaderamente trabaja, sacando los temas adelante con un esfuerzo ímprobo que bordea con frecuencia en lo sobrehumano. La mayor parte de sus compañeros y jefes, por su parte, son indolentes, inútiles u holgazanes, cuando no se dedican a obstaculizar los afanes de nuestro héroe.
No sorprenderá por ello la riqueza que ofrece nuestro idioma para referirse precisamente a una inactividad que merece censura por su carácter permanente y desvergonzado. Nos disponemos a explorar a continuación esta pluralidad de construcciones, sin carácter exhaustivo pero sí ilustrando los variados registros y connotaciones.
Una de las expresiones más idiomáticas es precisamente la que hemos escogido para titular nuestra entrada de hoy. Es cierto que, en estos tiempos en que el correo tradicional está en vías de extinción, ya nadie casi pega sellos, ni en la oficina ni en ningún otro lado. Sin embargo, la referencia a no pegar ni sello sigue siendo frecuente en nuestro idioma, con el valor de "no hacer nada, ser un vago", contenida en el Diccionario Akal del Español Coloquial.
Existen otras tres expresiones que emplean también el verbo "pegar" y tienen un significado similar: "no pegar golpe", "no pegar chapa" y "no pegar un palo al agua". Podemos encontrar múltiples variantes de las mismas: con el verbo "dar" en lugar de "pegar", con o sin el artículo indeterminado, incluyendo un "ni" enfático, etc. "No pegar un palo al agua", en sus varias formas, aparece recogida en el Diccionario de la Real Academia Española que la hace equivaler al verbo "haraganear", definido en otro lugar como "rehuir el trabajo". La referencia es, al parecer, al remero que se escaquea de su labor.
El gracejo español ha encontrado aquí un terreno abonado para las frases comparativas a las que somos tan aficionados. La más clásica, pese a su incierto origen, es, sin duda, "ser más vago que la chaqueta de un guardia". El gran
Chiquito de la Calzada popularizó hace unos años la muy brillante "trabaja menos que el sastre de Tarzán". Más alambicada y cruel es una construcción que oyó el autor hace algunos años: "es más vago que el ángel de la guarda de los Kennedy".
En todo caso, y como el lector avisado ya habrá observado. todas estas expresiones han quedado obsoletas en la oficina moderna, donde en estos casos se recurre sin contemplaciones a la contundente expresión "tocarse los huevos". La misma ofrece, por supuesto, las clásicas variantes con "pelotas" y "cojones", e incluso otras sensiblemente más zafias que incorporan "polla" y aun "coño". En una zona intermedia se sitúa una versión muy empleada en la oficina moderna, "tocarse el bolo", que a veces incorpora algún aspecto enfático ("tocarse el bolo chirimbolo") que, pese a resultar algo barroco, incrementa notablemente su expresividad.
Las referencias a los tocamientos genitales son tan frecuentes en nuestra lengua que, en ocasiones, puede resultar confuso su verdadero valor, incluso para los nativos. Ya hemos dedicado
una entrada a uno de sus sentidos específicos pero, en este punto, conviene recordar lo que hace algún tiempo escribió al respecto Arturo Pérez-Reverte
en un singular artículo:
El tiempo del verbo utilizado cambia el significado de la frase. Así, el presente indica molestia o hastío ("me toca los cojones"), el reflexivo significa vagancia ("se tocaba los cojones"), pero el imperativo significa sorpresa ("¡ tócate los cojones !").
Centrándonos en el sentido que nos ocupa hoy, los aspectos malsonantes pueden expresarse en inglés con una expresión muy similar,
to scratch one's balls (literalmente, "rascarse los huevos", que también empleamos en castellano). También podemos recurrir a la locución
fuck all (algo así como "nada de nada"), que incorpora el requerido toque zafio a la inactividad.
Para trasladar las otras expresiones apuntadas, especialmente las que incorporan aspectos comparativos, podemos emplear la curiosa construcción
to be bone idle, que podría traducirse libremente como "ser vago hasta los huesos"
. El
Cambridge Advanced Learner's Dictionary lo define sencillamente como
extemely lazy ("extremadamente vago").
En los Estados Unidos, existe al parecer una variante similar,
to be bone lazy. Ambas expresiones las podemos encontrar escritas con guión.
Ejemplos prácticos:
- Trabaja en recepción y en invierno no pega ni sello. His job is reception and during the winter he just sits in there bone idle.
- El primo de Arturo siempre ha sido más vago que la chaqueta de un guardia. Art's cousin has always been bone idle.
- Estoy harto de que la gente de ventas se toque los huevos durante meses y luego venga con excusas cuando no cumplen el presupuestos. I am fed up with the sales people doing fuck all for months and then coming up with excuses when they don't make the budget.
- Al principio me sorprendía que se tocara el bolo todo el día pero luego me enteré que era el yerno de uno de los mayores accionistas de la compañía. At first, I was amazed that he scratched his balls all day long but then I learnt that he was the son-in-law of one of the firm's biggest shareholders.