Es necesario subrayar dos aspectos que incorpora la definición. De una parte, el tiempo se le hace perder a un tercero o, más habitualmente, a una pluralidad de personas o incluso a toda una organización. Es decir, no se trata de que la persona pierda el tiempo sino que se lo hace perder a otros. De otro lado, confluye en esta conducta un elemento intencional que la definición recoge expresamente y que le confiere una naturaleza artera.
Estos dos elementos diferencian de forma clara "marear la perdiz" de "tocarse el bolo", conceptos que a veces se usan indistintamente pero que no deben en ningún caso confundirse. La segunda expresión tiene un carácter eminentemente reflexivo (en el sentido de permanecer en el ámbito personal) y carente de malicia y no denota otra cosa que la mera inactividad del individuo.
Estos dos elementos diferencian de forma clara "marear la perdiz" de "tocarse el bolo", conceptos que a veces se usan indistintamente pero que no deben en ningún caso confundirse. La segunda expresión tiene un carácter eminentemente reflexivo (en el sentido de permanecer en el ámbito personal) y carente de malicia y no denota otra cosa que la mera inactividad del individuo.
Huelga (especialmente en un día como hoy) extenderse sobre la importancia de estas actividades dilatorias en el desempeño profesional contemporáneo. Sólo apuntaremos que, en muchas ocasiones, marear la perdiz constituye el primer acto de las abominables conductas que caracterizan el modus operandi de esa especie singular de nuestras oficinas, el bombero pirómano. El autor confiesa su secreta fascinación por estos sujetos, especialistas en crear o complicar hasta el límite los problemas para luego erigirse en sacrificados salvadores y reclamar su recompensa.
A pesar de que no cabe duda de que los españoles debemos estar entre los grandes especialistas planetarios en esta actividad, el inglés nos ofrece una expresión con un significado muy parecido: to give someone the runaround. Incorpora también esta expresión los dos elementos que definían la frase en castellano, denotando una actividad que intencionadamente dificulta a otros conseguir sus objetivos o resolver un problema.
Ejemplos prácticos:
A pesar de que no cabe duda de que los españoles debemos estar entre los grandes especialistas planetarios en esta actividad, el inglés nos ofrece una expresión con un significado muy parecido: to give someone the runaround. Incorpora también esta expresión los dos elementos que definían la frase en castellano, denotando una actividad que intencionadamente dificulta a otros conseguir sus objetivos o resolver un problema.
Ejemplos prácticos:
- Los abogados llevan meses mareando la perdiz. The lawyers had been giving us the runaround for months now.
- Lleva tres meses intentando arreglar los papeles de su mujer pero los de recursos humanos siguen mareando la perdiz. He has been trying to get his wife's papers sorted out for three months but human resources keep giving him the runaround.