viernes, 29 de junio de 2012

El Chocolate del Loro +

Las sucesivas baterías de medidas de austeridad orientadas, principalmente, al recorte del gasto público han hecho recuperar vigencia a esta antigua pero muy descriptiva expresión que pone en cuestión la efectividad de estos ejercicios.

El Diccionario de la Real Academia Española la define como "ahorro insignificante en relación con la economía que se busca". El Diccionario de Uso del Español de María Moliner, por su parte, la hace equivaler a "ahorro innecesario por insignificante".

Al parecer la expresión tiene su origen en una anécdota que se contaba sobre una familia aristocrática venida a menos que, a la hora de buscar formas de recortar sus gastos, sólo había identificado la pequeña ración de chocolate que daba a su loro pues todos las demás partidas, mucho más cuantiosas, eran consideradas intocables.

Si bien nuestros gobiernos recientes van camino de monopolizar este concepto, la empresa moderna no es ajena al mismo. Efectivamente, con frecuencia asistimos a cruzadas de reducción de gastos menores, compatibles con la perpetuación de los más alevosos derroches en otras partidas, particularmente cuando las mismas se encuentran en el ámbito de los gastos de representación y los viajes de la plana mayor.  Las desviaciones en las partidas de gastos relacionadas con la tecnología, por su parte, hacen generalmente inútil cualquier ejercicio de racionalización y son inmunes, al parecer, a cualquier recorte.

El inglés nos ofrece una expresión menos pintoresca pero con una connotación muy similar: penny wise and pound foolish (algo así como "listo con los peniques y tonto con las libras").  El Cambridge Advanced Learner's Dictionary la define como "to be extremely careful about small amounts of money and not careful enough about larger amounts of money"  ("ser extremadamente cuidadoso con pequeñas cantidades de dinero y no lo suficiente con cantidades grandes").

Ejemplos prácticos:
  • Recortaron algunos gastos pequeños del proyecto pero era el chocolate del loro porque no quisieron revisar los costes de integración donde estaba lo gordo del problema. They cut some small expenses from the project but it was a case of penny wise and pound foolish because they didn't want to review the integration costs and they were the bulk of the problem.
  • El recorte de salarios de los funcionarios es el chocolate del loro si no abordamos el tamaño de la administración. The public workers' wage cuts are a case of penny wise and pound foolish if we don't tackle the issue of the size of the public sector.

lunes, 25 de junio de 2012

Pagar a escote +

La crisis económica ha terminado con algunas de las pocas prácticas gustosas que la vida profesional en la oficina moderna ofrecía en el pasado. Es cierto que volar trayectos cortos en clases distintas de la turista era absurdo (por más que algunos quisieran justificarlo con diversos subterfugios) pero las comidas con proveedores siempre resultaban agradables. Más entrañables incluso eran las cenas de Navidad corporativas, hoy casi un recuerdo del pasado.

En estos tiempos, si queremos mantener en el ámbito profesional una vida social razonablemente activa, debemos resignarnos con frecuencia a pagar nuestra parte, práctica a la que normalmente nos referimos en castellano con la expresión "pagar a escote".

Esta acepción, que recoge el Diccionario de la Real Academia Española con la definición "pagando cada uno la parte que le corresponde en un gasto común", tiene un origen etimológico distinto del otro escote, el que generalmente enmarca los canalillos a los que, por cierto, también podemos referirnos con esta palabra. En efecto, la palabra escote puede referirse tanto a la propia "escotadura del vestido" como a la "parte del busto que queda descubierto por estar escotado el vestido", según las definiciones recogidas por el DRAE.

A algunos de nuestros lectores la expresión "a escote" quizá les resulte un poco rancia y prefieran utilizar la más moderna "a pachas". Sin salir del DRAE, apuntemos que la próxima edición del mismo (la vigésima tercera, nótese la a final en vigésima y la separación de las palabras) incorporará por primera vez la expresión "a pachas" con un significado equivalente a "a medias", que ya recoge el Diccionario de Uso del Español de María Moliner. Parece pues que, estrictamente, podemos pagar "a pachas" con el mismo sentido que "a escote" sólo si somos dos personas las que repartimos el coste.

Si queremos expresar esta idea de compartir la cuenta en inglés, deberemos utilizar la curiosa locución verbal to go Dutch (algo así como "hacerlo a la holandesa") o la relacionada Dutch treat (que podría traducirse como "el convite holandés"). La expresión probablemente tiene su origen en alguna práctica social holandesa alejada de la convención británica en la época y se utiliza en inglés desde finales del siglo XIX.

Dos siglos antes, en la época de mayor rivalidad comercial y militar entre los Países Bajos e Inglaterra, se incorporaron al inglés numerosas expresiones que asocian lo holandés con estereotipos negativos. Algunas de las cuales como double Dutch, para referirnos un discurso ininteligible, o Dutch courage, asociado al valor que se obtiene mediante la ingesta de alcohol, aún se usan actualmente.

Podemos usar también la expresión "to go halfsies" (también escrita halvsies), pero únicamente cuando se trate de un contexto en el que en castellano diríamos pagar a medias o, como veíamos arriba, a pachas.

Ejemplos prácticos:
  • Sólo aceptó venir a comer si pagábamos a escote. He only agreed to join us for lunch if we went Dutch.
  • Antes la cena de Navidad la pagaba la empresa pero el año pasado se hizo a escote y mucha gente pasó. The Christmas dinner used to be on the company but last year it became a Dutch treat and many people gave it a miss.
  • Como nuestros cumples eran el mismo día, propuse que pagáramos a pachas la fiesta. Since our birthdays were on the same day, I suggested going halfsies on the party.

sábado, 23 de junio de 2012

Gabacho +

Si en otros tiempos muchos españoles se vieron obligados a emigrar a Francia, hoy el flujo migratorio parece haberse revertido, al menos en algunos sectores. En la industria financiera, en particular, la formación lógica y matemática que parecen ofrecer algunas universidades galas es particularmente demandada.

Lamentablemente, este mayor contacto entre los dos pueblos no ha hecho sino acrecentar nuestros prejuicios: estos tíos nos caen gordos (otra cosa podría decirse de sus mujeres pero no nos vamos a poner ordinarios).

Si indagamos en la causas de nuestra inquina por los franceses, a la conocida arrogancia de nuestros vecinos se une un aspecto insoportable a juicio del autor: el maltrato sistemático a la lengua inglesa, especialmente en lo tocante a su pronunciación. Si bien es cierto que los españoles no somos precisamente un dechado de virtudes en este apartado, lo de los franceses frisa en lo abominable y sólo puede explicarse por su sistemático desprecio a otros pueblos y culturas.

Una nación entre cuyos hijos se cuentan personajes como Michel Platini, Jacques Chirac o Georgie Dann sólo puede merecer la inquina secular que les profesamos los españoles. Alguién observó que es posible que Dios, en su inmensa sabidudía, creara a los ingleses únicamente para que los españoles no nos excedieramos en nuestro odio a los franceses. Si bien el autor, desde su profesa anglofilia, no puede suscribir esta teoría, sí reconoce en ella cierto mérito.

En todo caso, nuestra lengua recoge esta animadversión. El Diccionario de la Real Academia Española ofrece como cuarta acepción del término gabacho su equivalencia despectiva con la palabra francés.

En la primera acepción se apunta el posible origen de este uso pues nos recuerda que por gabachos se considera a los habitantes de las laderas pirenaicas. Es probable que por extensión se terminará utilizando para todos los franceses, para los que también disponemos en castellano de otro termino despectivo más simple, franchute, igualmente recogido en el DRAE.

La edición abreviada del "Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana" de Joan Corominas considera la voz gabacho como un "nombre despectivo que se aplica a los franceses desde 1530" y sitúa el origen del vócablo en el término occitano "gavach" al que atribuye el valor de "montañés grosero" y "persona procedente de una región septentrional y que habla mal el lenguaje del país".

La proximidad y la rivalidad geoestratégica durante siglos hacen que los ingleses compartan nuestra repugnancia por los franceses y utilicen una palabra de connotaciones similares.

Efectivamente, en la mayor parte de los paises anglosajones se utiliza despectivamente para los franceses el término frog (rana, en referencia a la tradición culinaria francesa de comer ancas de rana). Este término también se utiliza en Norteamérica para referirse a los francófonos canadienses.

Ejemplos prácticos:
  • Los putos gabachos no pueden soportar el éxito de los jugadores españoles en Roland Garros. The bloody frogs cannot stand the success of Spanish players at Roland Garros.
  • La prueba definitiva de que los gabachos odian la ginebra es que fabrican la Citadelle. The final proof that frogs hate gin is that they produce Citadelle.

lunes, 18 de junio de 2012

No pegar ni sello

Pocas cosas suscitan más consenso en la oficina moderna que el valor relativo del propio trabajo.  Cada empleado piensa que es el único que verdaderamente trabaja, sacando los temas adelante con un esfuerzo ímprobo que bordea con frecuencia en lo sobrehumano.   La mayor parte de sus compañeros y jefes, por su parte, son indolentes, inútiles u holgazanes, cuando no se dedican a obstaculizar los afanes de nuestro héroe.

No sorprenderá por ello la riqueza que ofrece nuestro idioma para referirse precisamente a una inactividad que merece censura por su carácter permanente y desvergonzado.  Nos disponemos  a explorar a continuación esta pluralidad de construcciones, sin carácter exhaustivo pero sí ilustrando los variados registros y connotaciones.

Una de las expresiones más idiomáticas es precisamente la que hemos escogido para titular nuestra entrada de hoy.  Es cierto que, en estos tiempos en que el correo tradicional está en vías de extinción, ya nadie casi pega sellos, ni en la oficina ni en ningún otro lado.  Sin embargo, la referencia a no pegar ni sello sigue siendo frecuente en nuestro idioma, con el valor de "no hacer nada, ser un vago", contenida en el Diccionario Akal del Español Coloquial.

Existen otras tres expresiones que emplean también el verbo "pegar" y tienen un significado similar: "no pegar golpe", "no pegar chapa" y "no pegar un palo al agua".  Podemos encontrar múltiples variantes de las mismas: con el verbo "dar" en lugar de "pegar", con o sin el artículo indeterminado, incluyendo un "ni" enfático, etc.   "No pegar un palo al agua", en sus varias formas, aparece recogida en el Diccionario de la Real Academia Española que la hace equivaler al verbo "haraganear", definido en otro lugar como "rehuir el trabajo".  La referencia es, al parecer, al remero que se escaquea de su labor.

El gracejo español ha encontrado aquí un terreno abonado para las frases comparativas a las que somos tan aficionados.  La más clásica, pese a su incierto origen, es, sin duda, "ser más vago que la chaqueta de un guardia".  El gran Chiquito de la Calzada popularizó hace unos años la muy brillante "trabaja menos que el sastre de Tarzán".  Más alambicada y cruel es una construcción que oyó el autor hace algunos años: "es más vago que el ángel de la guarda de los Kennedy".

En todo caso, y como el lector avisado ya habrá observado. todas estas expresiones han quedado obsoletas en la oficina moderna, donde en estos casos se recurre sin contemplaciones a la contundente expresión "tocarse los huevos".  La misma ofrece, por supuesto, las clásicas variantes con "pelotas" y "cojones", e incluso otras sensiblemente más zafias que incorporan "polla" y aun "coño".  En una zona intermedia se sitúa una versión muy empleada en la oficina moderna, "tocarse el bolo", que a veces incorpora algún aspecto enfático ("tocarse el bolo chirimbolo") que, pese a resultar algo barroco, incrementa notablemente su expresividad.

Las referencias a los tocamientos genitales son tan frecuentes en nuestra lengua que, en ocasiones, puede resultar confuso su verdadero valor, incluso para los nativos.  Ya hemos dedicado una entrada a uno de sus sentidos específicos pero, en este punto, conviene recordar lo que hace algún tiempo escribió al respecto Arturo Pérez-Reverte en un singular artículo:

El tiempo del verbo utilizado cambia el significado de la frase. Así, el presente indica molestia o hastío ("me toca los cojones"), el reflexivo significa vagancia ("se tocaba los cojones"), pero el imperativo significa sorpresa ("¡ tócate los cojones !").

Centrándonos en el sentido que nos ocupa hoy, los aspectos malsonantes pueden expresarse en inglés con una expresión muy similar, to scratch one's balls (literalmente, "rascarse los huevos", que también empleamos en castellano).  También podemos recurrir a la locución fuck all (algo así como "nada de nada"), que incorpora el requerido toque zafio a la inactividad.

Para trasladar las otras expresiones apuntadas, especialmente las que incorporan aspectos comparativos, podemos emplear la curiosa construcción to be bone idle, que podría traducirse libremente como "ser vago hasta los huesos".   El Cambridge Advanced Learner's Dictionary lo define sencillamente como extemely lazy ("extremadamente vago").  En los Estados Unidos, existe al parecer una variante similar, to be bone lazy.  Ambas expresiones las podemos encontrar escritas con guión.


Ejemplos prácticos:
  • Trabaja en recepción y en invierno no pega ni sello.  His job is reception and during the winter he just sits in there bone idle.
  • El primo de Arturo siempre ha sido más vago que la chaqueta de un guardia.  Art's cousin has always been bone idle.
  • Estoy harto de que la gente de ventas se toque los huevos durante meses y luego venga con excusas cuando no cumplen el presupuestos.  I am fed up with the sales people doing fuck all for months and then coming up with excuses when they don't make the budget.
  • Al principio me sorprendía que se tocara el bolo todo el día pero luego me enteré que era el yerno de uno de los mayores accionistas de la compañía.  At first, I was amazed that he scratched his balls all day long but then I learnt that he was the son-in-law of one of the firm's biggest shareholders.

viernes, 8 de junio de 2012

Varita mágica


Sin duda, el título de la entrada de hoy sorprenderá a muchos de nuestros lectores habituales.  Ciertamente poco hay de mágico, y mucho de sórdido, en la oficina moderna.  Sin embargo, en estos tiempos de dificultades y problemas que parecen irresolubles, con cierta frecuencia encontramos en nuestras conversaciones referencias a esa "varita mágica", cuya ausencia confirma lo desesperado de nuestra situación.

El Diccionario de la Real Academia Española recoge esta expresión con su valor literal de "vara pequeña que usan los titiriteros y prestidigitadores atribuyéndole las operaciones con que sorprenden y entretienen a los espectadores".  No puede resistirse el autor a hacer notar que las palabras "titiritero" y "prestidigitador", que en otro tiempo designaban a honrados profesionales del entretenimiento ambulante, hoy se emplean con más frecuencia para denigrar, generalmente con justicia, el desempeño laboral o público de sujetos de las más variadas profesiones.

En todo caso, es en sentido figurado como usamos habitualmente esta construcción para referirnos a una forma  de solucionar de forma completa e inmediata todos nuestros problemas.  El carácter mágico de la solución se relaciona con la ausencia de esfuerzo para alcanzarla e, indirectamente, con el hecho de que la misma es sólo especulación o deseo imposible.

Podemos recurrir al equivalente literal en inglés, "magic wand", con el mismo sentido.  Sin embargo, resulta más idiomático referirnos a la "bala de plata" ("silver bullet") que, supuestamente, era la única arma efectiva para acabar con los hombres-lobo y otros seres sobrenaturales que pueblan la tradición de muchas regiones europeas.

Ejemplos prácticos:
  • Sólo el BCE tiene la varita mágica para resolver la crisis de deuda en la Eurozona: emitir dinero.  Only the ECB has the silver bullet needed to solve the eurozone’s debt crisis: newly printed money.
  • De momento, ni Alemania ni el BCE quieren recurrir a usar la varita mágica.  For the time being, neither Germany nor the ECB wants to wave the magic wand.
  • Nadie tiene una varita mágica para resolver el déficit fiscal sin afectar a la economía.  There is no silver bullet to tackle the fiscal deficit without impacting the economy.

martes, 5 de junio de 2012

Patada adelante

Abordaremos hoy otra de las actitudes que han contribuido, de manera decisiva, a situar a España y a Europa en la atribulada situación en que nos encontramos.  Nos referimos, claro está, a la tendencia a no abordar los problemas de manera decisiva sino, más bien, a adoptar medidas ineficaces que trasladen los mismos al futuro, generalmente complicándolos y agravándolos en el proceso.  Decimos, en estos casos, que nos limitamos a dar una "patada adelante", imagen que deja omitida a la pelota que se desplaza como las dificultades.

Pocas entradas le han generado tantas dudas al autor a la hora de titularlas que la que hoy nos ocupa.  Ello se debe a la singular complicación que comporta a quien pretenda hablar correctamente nuestra lengua la coexistencia de dos palabras como delante y adelante (y otras parejas similares como "detrás" y "atrás" o "donde" y "adonde", en el caso de estas últimas con la complicación añadida de cuando emplear la tilde).

Por no extendernos mucho en esta cuestión liminar, digamos que el Diccionario Panhispánico de Dudas nos recuerda que "adelante" es un adverbio de lugar que significa ‘hacia delante, más allá’.   Añade que en España sólo se emplea normalmente con verbos de movimiento, como corresponde a su etimología, dado que procede de la unión de la preposición de movimiento "a" y el adverbio de situación "delante".

Parece, así pues, que podemos decir tanto "patada adelante" como "patada hacia delante".  La cuestión se complica si tenemos en cuenta que, en el uso coloquial, optamos en este caso normalmente por la preposición "para" en lugar de la más correcta "hacia".  De esa forma, inevitablemente la expresión se convierte en su uso común en "patada pa' lante" que incluso, para sorpresa del autor, ha encontrado ya eco en medios escritos otrora prestigiosos.

Entre los profesionales más sofisticados, o que pretenden serlo, no es infrecuente escuchar también la expresión "patada a seguir", pobre versión española del muy elegante "up and under", procedente del rugby.  Resulta ciertamente sorprendente que un término técnico propio de un deporte de escaso arraigo en nuestro país se emplee en absoluto en nuestras oficinas, pero ya hemos podido comprobar que las fuentes de nuestras expresiones son de lo más variopinto.  Además, como ocurre en el caso de las de procedencia taurina, estas construcciones suelen emplearse sin tener la mínima idea sobre su origen o significado original.

En todo caso, nada tiene que ver con el noble deporte del rugby la expresión que proponemos para expresar esta idea en inglés, aunque si incorpora la acción de patear.  Se trata de to kick the can down the road, donde lo que desplaza nuestra patada es una lata por la calle.  La expresión tiene su origen, al parecer, en un juego infantil en el que se da una patada una lata y que quien la liga debe recogerla antes de poder perseguir o buscar al resto de participantes.

Se trata, así pues, de una acción que permite ganar tiempo y de ahí deriva su uso coloquial, más extendido en los Estados Unidos.  UsingEnglish.com nos indica de este uso figurado que "if you kick the can down the road, you delay a decision in hopes that the problem or issue will go away or somebody else will make the decision later" ("si das una patada adelante, retrasas una decisión con la esperanza de que el problema desaparecerá o de que alguien tomará esa decisión más tarde").

Lo cierto es que el escepticismo sobre la eficacia de las distintas medidas adoptadas por gobiernos y bancos centrales para atajar los efectos de la crisis financiera iniciada en 2007 ha propiciado que el uso de la expresión se haya multiplicado en los últimos tiempos.  De hecho, todos los ejemplos que ofrecemos a continuación están basados en textos reales recientes.

Ejemplos prácticos:
  • Europa intenta dar una patada hacia delante pero las medidas propuestas sólo conducirán al desastre financiero.  Europe tries to kick the can down the road but the proposed measures will only lead to financial disaster.
  • McCain dijo que Obama ha demostrado que sólo quiere dar una patada adelante hasta después de las elecciones.  McCain said Obama is showing he wants to kick the can down the road until after the election.
  • Los políticos volvieron a dar una patada a seguir en la cumbre sobre el cambio climático.  Once again, politicians kicked the can down the road at the climate change summit.

viernes, 1 de junio de 2012

Colar

Parece oportuno que, en estos momentos en que España es agitada por una intensa y creciente zozobra, dediquemos nuestra atención a algunas singulares expresiones que reflejan la cultura de improvisación y ventajismo que nos ha conducido a este desdichado trance.

Ya nos hemos referido, en la entrada que dedicamos hace tiempo a "meter un gol", a la relacionada expresión "colarla", que viene a ilustrar un uso coloquial muy frecuente del verbo colar.   Efectivamente, el Diccionario de la Real Academia Española incluye entre las acepciones de este verbo la de "pasar una cosa en virtud de engaño o artificio".  Menos oscura es la definición que aporta el Diccionario de Uso del Español de María Moliner: "ser creída una mentira".

Aunque no sean mentiras en sentido estricto, muchas propuestas y planes que se idean o presentan en la oficina moderna son ciertamente "económicas con la verdad", por trasponer el peculiar giro británico que al parecer originó Edmund Burke.  Las más de las veces la aviesa atención de engañar se ve además complementada  por una ejecución chapucera, fruto generalmente de la propia incompetencia y de un optimismo irracional que presupone la imbecilidad de los sujetos pasivos de nuestra acción.

Dos verbos pueden resultarnos útiles para expresar esta idea en inglés.  El primero es to wash que empleamos aquí con un significado muy diferente al habitual.  El Cambridge Advanced Learner's Dictionary recoge este uso y nos indica que "if an excuse or argument won't wash (with someone), they are unlikely to believe or accept it" ("si una excusa o razonamiento no cuela (con alguien), es que es improbable que sea creída o aceptada").  Comos se observa en la propia definición, el uso es generalmente negativo, en la línea de una frase tan escuchada en la oficina moderna como "no va a colar ni de coña".

Con este sentido negativo, también podemos recurrir a la locución verbal to pass muster, que podría traducirse literalmente como "pasar por la asamblea" o, más libremente, como "pasar la revista".  Cuando decimos de algo que "it doesn't pass muster" queremos indicar que no alcanza el nivel esperado o exigido pero también, según el contexto, que "no cuela".

Ejemplos prácticos:
  • La propuesta del gobierno de usar deuda pública para recapitalizar Bankia no coló.  O se pasan de listos o es que son verdaderamente tontos.  The Government's latest proposal to use public debt to recapitalize Bankia didn't wash.  They are either too clever by half or really stupid.
  • Sus cuentos ya no colaban con su mujer y acabó pillándole con las manos en la masa.  His stories didn't wash with his wife any more and in the end she caught him red-handed.
  • A su jefa el tema le daba bastante igual y el informe coló sin mayores preguntas.  Her boss was not much troubled one way or the other and the report on the issue passed muster without further questions.
  • Las excusas de los gobiernos autonómicos no colaron y tuvieron que recortar sus presupuestos.  The regional governments' excuses didn't pass muster and they were forced to cut their budgets.