El empeño parece titánico en el ámbito de las editoriales establecidas, especialmente dada la naturaleza abigarrada de estas páginas. No descartamos, sin embargo, transitar la ruta de la autoedición en la segunda mitad del año. Seguiremos informando desde la serpiente multicolor, como decía el inolvidable comunicador.
El otro reto para el nuevo ejercicio es explorar hasta donde podemos extender la serie sin alejarnos de los propósitos iniciales de la misma, desarrollados en la introducción. Las sugerencias que vamos recibiendo en las últimas semanas demuestran que todavía nos quedan por explorar vastos territorios del léxico común de la oficina moderna. Resulta alentador, por ejemplo, descubrir que todavía no hemos abordados conceptos tan consustanciales al desempeño profesional actual como "hacer la pelota", con el que estrenamos hoy el nuevo año.
El Diccionario de la Real Academia Española contempla entre las acepciones de la palabra "pelota" la que nos interesa hoy: "persona aduladora, que hace la rosca". También define la locución verbal "hacer la pelota a alguien" como "adularlo para conseguir algo". Parece que es el carácter interesado de la conducta lo que viene a definirla, atribuyéndole además implícitamente un cierto tono de reproche. En esta línea, el Diccionario de Uso del Español de María Moliner define la expresión de forma muy concisa: "adular interesadamente".
Encontramos también en los diccionarios referencias a expresiones equivalentes ("hacer la rosca" en el DRAE y "hacer la pelotilla" en el DUE) que hoy resultan algo anticuadas, como también la relacionada "bailar el agua". No incluyen, sin embargo, referencia alguna a la construcción "ser un pelota", de uso muy habitual en la oficina moderna y fuera de ella. Las acciones de adulación que caracterizan la conducta que nos ocupa no suelen ser esporádicas u oportunistas sino que, más bien, son expresión de un modus operandi reiterado que termina por definir la personalidad a su autor. Para los interesados en este concepto y su traslación al inglés, nos remitimos a la entrada que dedicamos hace tiempo al muy descriptivo término lameculos.
Esta adulación interesada a la que nos referíamos es, por su propia naturaleza, una conducta propia de las personas sin escrúpulos en todas las latitudes del orbe. No sorprende por ello que existan en inglés múltiples expresiones para referirse a ella. La más coloquial es probablemente to suck up to somebody que el Cambridge Advanced Learner's Dictionary nos define como "to try to make someone who is in authority approve of you by doing and saying things that will please them" ("buscar la aprobación de alguien con autoridad haciendo o diciendo cosas que le complacen").
Ejemplos prácticos:
- Él es borde con todo el mundo pero tu te pones borde con gente que te cae bien sólo para hacerle la pelota. He's just nasty about everyone but you're nasty about people you like just to suck up to him.
- Ya le conoces, le hace la pelota a quien haga falta. You know him, he'd suck up to the devil himself.