lunes, 30 de julio de 2012

Recta final

Una de las cosas que hacen singularmente insoportable el mes de julio en la oficina moderna española es la sensación colectiva de que el mundo se acaba con la llegada de las vacaciones de agosto.  Este año, además, escuchando a los comentaristas radiofónicos y leyendo la prensa económica, ha dado la sensación por momentos de que el mundo verdaderamente podría acabarse en cualquier momento por la acción concertada de los especuladores y la prima de riesgo, avivada por el calor y la ausencia de partidos televisados de fútbol.

La inveterada costumbre hispánica de tomar las vacaciones de forma integra y descoordinada en el mes de agosto convierte al séptimo mes del año en un agónico e interminable sprint por terminar, o simular que se terminan, asuntos que llevan sobre la mesa meses cuando no años.

Esta "recta final" del curso presenta generalmente dos características singulares.  Por un lado, resulta desproporcionadamente larga y penosa en relación con su duración real de unas semanas.  Por otro, en ella surgen todo tipo de contratiempos e inconvenientes para completar las tareas pretendidas.  Estas complicaciones, por lo general, no son tales sino las verdaderas razones por las que precisamente no se había podido acabar antes con las cuestiones abordadas, constatándose así el exceso de voluntarismo que casi siempre tiñe estos afanes veraniegos.

En inglés disponemos de una expresión muy similar y con resonancias hípicas, the home straight.  Se podría traducir literalmente como "la recta hacia casa" pero, en realidad, equivale a nuestra expresión "la recta de meta".  El Cambridge Advanced Learner's Dictionary, además de su valor en el ámbito específico de las carreras, la define como "the last part of something which is being done" ("la última parte de lo que se está haciendo").  También podemos encontrar la variante home-stretch (a veces escrito junto y otras separado y sin guión), con el mismo significado.  Tampoco es infrecuente encontrar en los medios final straight o final stretch.

Ejemplos prácticos:
  • Justo cuando pensábamos que entrábamos en la recta final de las negociaciones, la operación se nos cayó.  Just when we thougth we were entering the home straight in the negotiation, the deal collapsed.
  • Al entrar en la recta final, los candidatos intentan desesperadamente obtener el voto de los indecisos con promesas de cambio.  As they enter the home stretch, the candidates are desperately trying to win over undecided voters with promises of change.

viernes, 27 de julio de 2012

Bailar con la más fea


Duras jornadas estivales las vividas recientemente por el autor, lidiando con un huésped insufrible, nuestra parienta más molesta (mucho más, desde luego, que "la parienta" por antonomasia, la missus que dirían algunos ingleses).  Efectivamente, la prima de riesgo se ha hecho tan omnipresente en nuestras vidas que no nos deja casi ni cuando intentamos dormir.  En nuestro sueño, sólo añoramos nuestra vida anterior, aquellos días felices en los que pensábamos que el diferencial era algo que se estropeaba de vez en cuando en el coche.  En esa zozobra, resuena en mis oídos la pavorosa pregunta que se formulaba hace unos días un buen amigo: "¿ y si resulta que sí que nos quitan lo bailao ?".

Esa situación, unida a los sofocos que siempre caracterizan el mes de julio, explica un silencio excesivamente prolongado que nos disponemos a romper, aprovechando el leve respiro que hoy nos ofrecen los mercados.  Y lo haremos tratando una expresión que describe lo que parece que nos toca ahora a muchos españoles: bailar con la más fea.

En su obra "¡ Se Dice Pronto !", Mª Leonisa Casado Conde indica que esta locución verbal se emplea "cuando a uno le toca la peor parte en un reparto o en una distribución de tareas".  La expresión tiene una resonancia suavemente machista y tiene su origen en los cortejos clásicos en los que concurrían las cuadrillas de chicos y chicas y el baile jugaba un papel determinante.  En este sentido, el autor recuerda un episodio vivido hace bastantes años en un baile popular en el gimnasio de la bella localidad irlandesa de Clonakilty, donde lo difícil resultaba determinar cual de las posibles contrapartidas para bailar era realmente la más fea. 

Subyace en el uso común de la expresión una cierta queja, más resignada que otra cosa, por el hecho de que nos corresponda precisamente la peor parte.  No es necesariamente que nos parezca injusto sino que, más bien, lamentamos la mala suerte de que nos haya tocado a nosotros abordar una tarea singularmente molesta o exigente.

Por ello, consideramos que la mejor alternativa para expresar esta idea en inglés es emplear la construcción to draw the short straw (literalmente, "sacar la pajita más corta"), que también podemos encontrar con los verbos to get y to pull.  Esta locución, a la que ya nos referimos en la entrada que dedicamos al seminal concepto de "comerse un marrón", es definida en el Cambridge Advanced Learner's Dictionary como "to have to do the least enjoyable of a range of duties, often because you have been chosen to do it" ("tener que hacer la parte menos agradable de un conjunto de tareas, generalmente porque has sido elegido para hacerlo").

Ejemplos prácticos:
  • Me tocó bailar con la más fea y no pude beber porque tenía que llevar a todo el mundo a casa después de la fiesta.  I pulled the short straw and could not drink as I had the job of driving everyone home after the party.
  • Dijeron que no tenían suficiente dinero para mantener su programa de inversiones y retribuir a los accionistas así que alguien tenía que bailar con la más fea y nos tocó a nosotros.  They said they did not have enough money to sustain their investment programme and pay shareholders, so somebody had to draw the short straw and it was us.