Sin duda lo que más contribuye a esa desazón, que ha dado últimamente en denominarse "síndrome depresivo post-vacacional", es la necesidad de retomar determinados marrones que dejamos pendientes y que ingenuamente esperábamos encontrar resueltos a nuestra vuelta. A estas alturas deberíamos saber que, en la oficina moderna, los marrones ni se crean ni se destruyen, simplemente se transforman. Sin embargo, el reencuentro con esa realidad sigue suponiendo un choque que pone a prueba nuestra resistencia psicológica.
Uno de los factores que suele contribuir a hacer más llevadero este período angustioso es el recuerdo y la exaltación de los momentos vividos durante las vacaciones, especialmente si las mismas han sido particularmente intensas o satisfactorias. Decimos entonces esa frase españolísima de "que me quiten lo bailao", generalmente pronunciado así aún cuando también la encontramos con "bailado".
El Diccionario de la Real Academia Española la recoge precisamente con esa forma más fina y afirma que esta locución verbal de carácter coloquial se utiliza para "para indicar que, sean cualesquiera las contrariedades que hayan surgido o puedan surgirle a alguien, no pueden invalidar el placer o satisfacciones ya obtenidos". En muy parecidos términos, el Diccionario de Uso del Español de María Moliner indica que se emplea para manifestar que "los reveses no pueden invalidar lo ya disfrutado". Mª Leonisa Casado Conde en "¡ Se Dice Pronto !" aporta una definición similar y califica muy acertadamente la frase como "expresión de conformidad".
En la oficina moderna es precisamente ese carácter conformista el que prevalece frente a otro más desafiante y chulesco que también puede presentar la expresión. No en vano, existe incluso un tango con el título "Que me quiten lo bailado", compuesto por Miguel Bucino, y que termina en este tono casi retador:
Qué querés que le haga, hermano, si nací pa' morir pobre,
con un pucho entre los labios y en un tango entreverau.
Juego, canto, bailo, río, y aunque no me quede un cobre,
al llegar la última hora, que me quiten lo bailao.
En todo caso, se entenderá que los muchos matices que presenta esta expresión resultan particularmente complicados de trasladar al inglés por lo que sólo podemos aspirar a un éxito parcial.
Primeramente, podemos sugerir, por su similitud formal, la expresión they can't take it away from me cuyo objeto podemos variar según el contexto. La expresión fue inmortalizada a su vez en 1937 en una extraordinaria canción de George e Ira Gershwin que ha conocido múltiples versiones aunque probablemente ninguna como la de Ella Fitzgerald con Louis Armstrong.
Otra forma de expresar la misma idea, y con una connotación conformista muy adecuada para el contexto laboral, es recurrir a la inmortal frase de Humphrey Bogart en la escena final de la película Casablanca: we'll always have Paris ("siempre nos quedará París") que os ofrecemos en una desacostumbrada irrupción del video en nuestra página:
Ejemplos prácticos:
- La verdad es que la vuelta de mi año sabático ha sido muy dura pero que me quiten lo bailao. The truth is that coming back from my sabbatical was really hard but they can't take it away from me.
- Después de tantos años trabajando juntos, el cierre de la oficina fue un golpe duro para todo el equipo pero que nos quiten lo bailao. After so many years working together, the closing of the office was a blow to everyone in the team but we'll always have Paris, I suppose.
I trust the usual contributors had an enjoyable summer break. Good to see our author is still alive and kicking.
ResponderEliminarSr. Arturo, it's been quite cathartic to re-read some of the entries whilst the Olympics have been taking place in my home town.
Just one thing of note, the entry "Tener cara" mentions the word "sassy", which is only used in the U.S. "Cheeky" is used in the U.K. and some older residents use the similar sounding "saucy" in the same way.
As my good friend Asturiano would say:
Saludos cordiales
I am glad to hear from you, Singles. Alive and kicking indeed after a very testing Summer.
ResponderEliminarYa le echábamos de menos, señor Vallejo. Espero que el merecido descanso le haya servido para desconectar, en la medida de lo posible.
ResponderEliminarLa verdad es que la entrada de hoy es muy apropiada como colofón a un periodo de vacaciones bien aprovechado. Sin embargo en los tiempos que nos toca vivir hay mas de uno que tiene la sospecha de que incluso nos acabarán quitando hasta lo bailao.
En cualquier caso lo que parece claro es que ni para ir de vacaciones nos ponemos de acuerdo a un lado y otro del charco. Los británicos, como nuestro amigo Singles, “go on holiday” mientras que Pete, nuestro amigo neoyorquino, “go on vacation”. Los españolitos como yo, “con la que está cayendo”, vamos donde podemos y alguno que otro decide “quedarse de Rodríguez”.
Saludos cordiales.
Hola Asturiano. Me alegro mucho de verte por aquí de vuelta.
EliminarHe desconectado enormemente, la verdad. He vuelto a poder pasar la parte final de las vacaciones en la Pérfida Albión lo que, generalmente, tiene en mí un efecto balsámico (y no sólo por la bajada de temperatura).
Y sí, yo también sospecho que a los españoles nos van a quitar lo bailao en estos últimos años (que no ha sido poco, la verdad). Siempre nos quedarán Viena, Johannesburgo y Kiev.
Muy bien traido lo de Viena, etc... :)))) Play it again, Strauss... :)))
EliminarPor cierto, esto me recuerda que aun no hemos felicitado a la familia colchonera por su triunfo en la Europa League. ¡Enhorabuena!