miércoles, 8 de agosto de 2012

Gatillazo

Hace unos días, con motivo de uno de los últimos episodios de la tragicomedia en que se ha convertido la crisis financiera en Europa, algunos articulistas empleaban el término "gatillazo" para referirse a la comparecencia del presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi.  Querían indicar que, en un contexto de enormes expectativas, las mismas se habían visto finalmente frustradas por la inacción de la máxima autoridad monetaria europea.

El Diccionario de la Real Academia Española nos indica que la expresión se emplea, en sentido figurado, con el valor de "malograrse la esperanza o concepto que se tenía de alguien o algo".  En parecidos términos recoge el concepto el Diccionario de Uso del Español de María Moliner que añade que el mismo se suele emplear con los verbos "dar" o "pegar".

Este sentido se deriva, de forma directa, de la acepción principal del término que se refiere al "golpe que da el gatillo en las escopetas y otras armas de fuego, especialmente cuando no sale el tiro".  Describe de esta manera el mal funcionamiento del arma, que frustra la consecución del objetivo de su uso, probablemente en el contexto de la caza.

Nuestros avezados lectores estarán, sin duda, familiarizados con otro uso muy frecuente y gráfico del término, derivado también de esa acepción principal.  Efectivamente, también se emplea la expresión "pegar un gatillazo" para referirnos a la "impotencia repentina que sufre el hombre en el momento de realizar el acto sexual", por utilizar la definición que ofrece el diccionario de María Moliner.  Mucho más tosca e imprecisa es la definición que ofrece en este caso el DRAE: "fracasar un hombre en su intento de practicar el coito".  A juzgar por esta definición, la vida de muchos sería un gatillazo permanente.

Pero abandonemos estos territorios lúbricos y volvamos al sentido figurado con el que habitualmente se emplea la expresión en la oficina moderna.  El inglés británico nos ofrece una expresión que podemos emplear con una significación muy parecida.  Se trata de damp squib, que podría traducirse como "petardo húmedo", utilizando un término que designa los ingenios explosivos de pequeño tamaño que se emplean con diversas finalidades.  Los petardos humedecidos lógicamente no explotan, frustrando así las intenciones del que los enciende de forma similar a lo que ocurre a quien sufre un gatillazo al disparar.

El Cambridge Advanced Learner's Dictionary define esta locución de forma bastante específica como "an event which is not as exciting or popular as people thought it would be" ("un evento que no resulta tan excitante o popular como se esperaba").   Sin embargo, el uso de la expresión es mucho más genérico y puede emplearse para referirse a cualquier cosa que no consiga satisfacer las expectativas o decepcione, tal y como ilustramos en los ejemplos.  Los que convivimos desde hace años con Harry Potter (en el caso del autor, es casi un miembro más de la familia), sabemos que J.K. Rowling utiliza la  misma idea para referirse con este término a los hijos de magos que, sin embargo, no tienen poderes.

El uso de la expresión, en todo caso, parece dar problemas incluso a los británicos, por lo que debemos concentrarnos para evitar decir damp squid.  Indudablemente los calamares suelen estar húmedos,  al menos antes de estar rebozados y  fritos.

En castellano también podemos recurrir al petardo en este contexto, aunque de una forma aparentemente muy poco lógica. Efectivamente, no es nada evidente la razón por la que hacemos equivaler "petardazo" (con su sentido principal de "explosión, estallido") con "fracaso", tal y como recoge el Diccionario de Uso del Español.  Sin embargo este uso es muy frecuente en la oficina moderna, como también lo son otras acepciones de la palabra "petardo", especialmente para referirnos a personas poco competentes en su cometido ("el nuevo profesor de inglés es un petardo").

Ejemplos prácticos:
  • Después de sus últimos resultados, el Tottenham sólo necesitaba un empate para mantenerse vivo en Europa pero, una vez más, dieron el gatillazo.  After their last results, Spurs only needed a draw to stay alive in Europe but it all turned out as a damp squib yet again.
  • Después de su discurso de la semana anterior, los mercados esperaban que Draghi anunciara nuevas medidas para contener la crisis de la deuda soberana pero dio el gatillazo en la rueda de prensa.  After his speech the previous week, markets expected Draghi to announce a new plan to contain the sovereign debt crisis but his press conference was a damp squib.
  • Wenger debe de creer que Giroud será una estrella en la Premier y no dará otro petardazo como Chamakh.  Wenger obviously believes that Giroud will be a star in the Premiership and not another damp squib like Chamakh.

3 comentarios:

  1. It goes without saying that not only the Britons have problems with similar words in a quote, saying or proverb.

    Probably on top of the list of sayings which drive the Spaniards crazy is:

    "La procesión va por dentro".


    Many people mistakenly say

    "La proFesión va por dentro"

    but the correct expression has nothing to do with inside jobs but with repressed sorrow.

    It is amazing how easily misunderstandings can happen. Therefore, in order to avoid confusion today, it is necessary to clarify that "apretar el gatillo" does not mean "to suffocate the kitty" but "to pull the trigger". :)))

    Cheers for now.

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    1. Similarly interesting is how many words and phrases used by the Brits don't exist in the U.S. The latest post is a good example, I've never heard the phrase 'damp squib' nor the word 'squib' before. I had to look up the meaning, a wet firecracker (petardo) that won't explode, and the closest I could come to an equivalent on my end is 'a dud'. I'm curious if anyone on the other side of the pond has heard this one before.

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  2. Thanks for taking the time to discuss this, I feel strongly about it and love learning more on this topic.

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