lunes, 23 de febrero de 2015

Capear el temporal

Ya nos hemos referido al uso de la capa o capote durante la lidia, especialmente importante durante el primer tercio de la misma. Digamos, para los no versados en el arte de Cúchares, que el torero se vale de la extensión de la capa y del adecuado movimiento de la misma para evitar las embestidas del toro que, por emplear otra expresión eminentemente taurina, "va al bulto".

No sorprende, por ello, que la segunda acepción que nos ofrece el Diccionario de la Real Academia Española para el término "capear" sea precisamente "hacer suertes con la capa al toro o novillo".  Más interesantes nos resultan hoy las acepciones que nos ofrece a continuación: "entretener a alguien con engaños o evasivas" y "eludir mañosamente un compromiso o un trabajo desagradable".

Efectivamente, en la oficina moderna nos vemos con frecuencia en la necesidad de escabullirnos de alguna situación comprometida, echando mano de todo nuestro repertorio de excusas y artimañas para evitar ser arrastrados hacia un marrón de proporciones generalmente épicas.  Así decimos, por ejemplo, que "quiso que yo presentara las conclusiones del grupo de trabajo pero conseguí capearlo".

Como se observara, el sentido de la expresión es, en muchos casos, cercano al de la más moderna y común "escaquarse", a la que ya hemos dedicado nuestra atención.

Sin embargo, cuando incorporamos el temporal a nuestra expresión abandonamos el mundo taurino y nos acercamos al ámbito marinero.  Efectivamente, el verbo "capear" tiene también varias acepciones con ese origen, entre las que nos interesa especialmente "sortear el mal tiempo con adecuadas maniobras".

El propio Diccionario de la Real Academia Española define "capear el temporal" como "evitar mañosamente compromisos, trabajos o situaciones difíciles", sin que la referencia a la tormenta parezca modificar en nada uno de los sentidos generales del verbo.  Con mayor precisión, el Diccionario de Uso del Español de María Moliner ofrece para esta expresión el valor de "pasar de alguna manera, como mejor se puede, una situación difícil".

La locución inglesa más indicada para expresar este sentido es casi una traducción literal: to weather the storm.  El Cambridge Advanced Learner's Dictionary indica sobre esta construcción que "if someone or something weathers the storm, they successfully deal with a very difficult problem" ("si alguien o algo capea el temporal, se enfrenta con éxito a un problema muy difícil").

Ejemplos prácticos:
  • Su agresivo programa de recorte de costes del año pasado les permitió capear el temporal mejor que sus competidores pese a la recesión.  Their vigorous cost-cutting programme last year helped weather the storm better than most of their competitors in spite of the recession.
  • Ganábamos 2-0 pero nos quedamos con diez y tuvimos que capear el temporal durante veinte minutos.  We were 2-0 up but were reduced to ten men and had to weather the storm for twenty minutes.

5 comentarios:

  1. Es incuestionable que la capa o capote como elemento fundamental en liturgia taurina nos ha dejado algunas expresiones de uso frecuente en la oficina moderna, pero seguro que el autor ha tomado ya buena nota de otro tipo de capa utilizado en épocas pretéritas, no solo como prenda de abrigo sino también para otros menesteres y que en consecuencia hoy nos permite utilizar expresiones tales como “defender a capa y espada”, “andar de capa caída” o “hacer de su capa un sayo”.

    La verdad es que las prendas de vestir parece otro filón inagotable de dichos populares

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  2. No se ha destacado lo mucho que hizo Jaime de Marichalar por la recuperación de tan notable y útil prenda antes de ser retirado de forma ignominiosa del Museo de Cera.

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  3. Pues abundando sobre el comentario anterior, he encontrado este titular en La Vanguardia:

    "El Museo de Cera decide esta tarde si aparta la figura Urdangarín de la Familia Real y la relega a la sala de Deportes"


    Estas son, quizá, las consecuencias de "hacer de su capa un sayo". Presuntamente, faltaría mas.

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  4. ... pues parece que ya es oficial. El señor duque al que últimamente le están dando mucha cera, va a perder su lugar de privilegio en el museo de la susodicha sustancia para pasar a ser relegado a un segundo plano calentando banquillo, de momento en la sección de deportes. Nos ha parecido escuchar que como consecuencia de estas últimas noticias se encuentra indignado, de capa caída pero en el caso de tener que sentarse finalmente en otro banquillo mas incómodo, defenderá su inocencia y honorabilidad a capa y espada, pero de momento lo que toca es seguir capeando el temporal.

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  5. Como pasa el tiempo, señor Vallejo. A la vista de la fecha y contenido de los comentarios anteriores, algunos estabamos a punto de comernos el turrón y a otros se les atragantaba.

    Muchos de nuestros "presuntos" se lamentan de que son objeto de un juicio paralelo por parte de los medios de comunicación antes de haber sido formalmente condenados por un juez, menospreciando de esta manera la presunción de inocencia. Es lo que se ha dado en llamar "pena de telediario".

    Me pregunto, por tanto, si el hecho de que el señor duque, aludido en el comentario anterior, decidiese su exilio voluntario antes de ser juzgado marchándose a Washington D.C. se podría considerar una nueva modalidad de "pena capital".

    ¡ Estoy hecho un lío !

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