Nos referíamos el otro día, al final de la entrada dedicada a la expresión "descubrirse el pastel", a que tal descubrimiento era sucedido inexorablemente por la búsqueda del responsable del desaguisado. Esta búsqueda se facilita cuando existe todo un corpus documental alrededor de la cuestión, como suele ocurrir en la actualidad dada la profusión de nuestras comunicaciones electrónicas. Más aún si además se han elaborado extensas actas que glosan lo tratado en comités y reuniones cuya única utilidad real es, en la mayoría de los casos, conseguir que los asistentes queden retratados para la posterioridad de manera que no puedan exonerarse fácilmente de sus futuras responsabilidades.
En realidad, puede decirse sin exageración que buena parte de la actividad que se lleva a cabo en la oficina moderna está orientada a conseguir determinar quien es el culpable de los fracasos que en su muy diversa tipología (retrasos, pérdidas de negocios, contrataciones frustradas, excesos de gasto, etc.) se suceden en nuestras organizaciones.
Ello no obsta para que, con independencia de la justicia de tal atribución, generalmente lo importante sea atribuir a alguien la culpa o la responsabilidad, lo que comúnmente llamamos "echarle el muerto a alguien". Es imprescindible que alguien "cargue con el muerto" para que la organización pueda seguir funcionando sin cuestionar la bondad de los proyectos ahora malogrados o la visión de los dirigentes que los encomendaron.
"Cargar con el muerto" es, según el Diccionario Akal del Español Coloquial, "tener que afrontar algo fastidioso (culpa, trabajo, ...) que nadie quiere o de lo que lo demás se desentienden". El origen de la expresión se encuentra en las normas medievales que multaban a todos los habitantes de un pueblo si en él aparecía una persona muerta violentamente y no se podía acreditar el autor. Así, no era infrecuentemente el traslado clandestino de los cadaveres con la intención de "echar el muerto" a los habitantes de otra localidad.
Muy próxima en significado a esta expresión está la locución verbal "pagar el pato", cuyo oscuro origen se sitúa al parecer en el secular antisemitismo español. La encontramos en el Diccionario de la Real Academia Española con el valor de "padecer o llevar pena o castigo no merecido, o que ha merecido otro". El Diccionario de Uso del Español se esfuerza en personalizar la expresión indicando que equivale a "ser la persona de que se trata la que se lleva la culpa o paga las consecuencias de cierta cosa". Nótese que nada indica, sin embargo, María Moliner sobre que esa responsabilidad sea injusta o inmerecida.
En la misma línea se sitúan otras expresiones hoy desusadas como "cargar con el mochuelo" o "pagar los platos rotos", aunque en este último caso concurren además elementos adicionales que nos acercan a la universal figura del "chivo expiatorio" (scapegoat en inglés).
El lector avisado habrá observado que también nos movemos en territorios que pueden resultar en ocasiones muy próximos a algunos usos de la muy popular y moderna expresión "comerse el marrón", cuya riqueza conceptual amerita sin duda que revisemos pronto la muy insatisfactoria entrada que le dedicamos hace algún tiempo.
Tras esta digresión, más larga de lo habitual, trasladémonos ya al inglés. En esta lengua existe una expresión, to carry the can, de origen oscuro pero seguramente militar o marinero que traslada un significado muy parecido al que buscamos. El que "lleva la lata" se ve obligado a asumir una responsabilidad que generalmente no le corresponde o, al menos, no en exclusiva. El Cambridge Advanced Learner's Dictionary define esta locución verbal como "asumir la culpa o la responsabilidad por algo que no ha ido bien o no ha tenido éxito" ("to take the blame or responsibility for something that is wrong or has not succeeded").
Más pintoresca resulta otra expresión que puede, en ocasiones, resultarnos útiles en este contexto. Se trata de to be left holding the baby que también conoce una variedad con bag en lugar de baby, más usada al parecer en los Estados Unidos pero de origen británico.
El CALD asigna a las dos variantes de esta construcción el valor de "tener que ocuparse con urgencia de una situación difícil porque otros han decidido que no quieren asumir su responsabilidad" ("to suddenly have to deal with a difficult situation because others have decided that they do not want the responsibility"). Se observará que el sentido general está más cercano a nuestro "dejar tirado" o "quedarse tirado" pero, como ilustramos en el ejemplo extraído del propio CALD, puede emplearse con el valor que buscamos.
Ejemplos prácticos:
- Aunque acababan de nombrarle jefe del departamento, Carlos tuvo que cargar con el muerto de las desviaciones presupuestarias en sistemas. Although he had just been appointed as head of the department, Carlos had to carry the can for the IT cost overruns.
- Como era consejero, tuvo que pagar el pato por una decisión que no tenía ningún sentido y con la que no había tenido nada que ver. As a director, he was left to carry the can for a move that made no sense and was none of his doing.
- Los demás inversores abandonaron el proyecto y tuvimos que cargar con el muerto. The other investors pulled out of the project and we were left holding the baby.
Como veo que nuestros dos comentaristas titulares están de momento un poco calladitos, voy a romper el hielo apuntando un par de expresiones que tambíen podrían estar en la linea que hoy nos ocupa:
ResponderEliminar-to be lumbered with doing something
-to take the rap
Asturiano, to ‘take the rap’ is very commonly used. I’ve never heard the other expression - how nice to continually learn more of my native tongue! Others along the same line are:
EliminarFace the music
Pay the piper
Swallow the pill
On a different note, the reference to “pagar el pato” and Spanish anti-Semitism reminded me of a very interesting article which appeared in the NY Times last week, the link follows.
http://www.nytimes.com/2012/12/09/sunday-review/a-tepid-welcome-back-for-spanish-jews.html?ref=citizenship
Hi Pete. I am not sure "to face the music" has exactly the same meaning. I discussed it in the entry for "dar la cara".
EliminarThe meaning is really determined by the context. In the example: 'left to carry the can for a move that made no sense', 'face the music' would be an appropriate alternative if those 'carrying the can' were left to deal with the consequences of what could happen. Make sense?
EliminarPete and Arturo are both correct.
EliminarWithout looking at dictionary definitions I'd use "to face the music" to mean "to accept responsibility for something".
However, "to be left to face the music" alters the meaning to something passive and very similar to "to be left to carry the can". I suppose I'd define this as "To be placed in a position of reluctant acceptance".
More commonly in British English is "to be lumbered" (thanks to Asturiano). This may also used in the UK for people e.g.
"We all went out for a drink after work, but we were lumbered with the boss when he decided to join us".
Thank you, Singles. I do not think it could be explained any better.
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