Entre las muchas expresiones denigratorias de la inteligencia ajena, esta es una de las más lucidas. Su base está en la adopción del tamaño del frontal como indicador de las capacidades intelectuales del individuo.
Se trata de una de esas observaciones populares a las que observaciones científicas de variable rigor han dotado intermitentemente de cierta patina de respetabilidad. Otras similares, como las implicaciones de tener las cejas excesivamente juntas, permanecen por el momento en el ámbito de lo especulativo aunque algunos especímenes parecen confirmar de cuando en cuando las teorías más preocupantes.
Lo cierto es que el Diccionario de la Real Academia Española recoge esta locución con el significado de "ser de poco entendimiento o juicio". Nótese que la expresión puede hacer referencia a la mera falta de inteligencia del individuo o extenderse a la actitud irresponsable que generalmente resulta de la misma.
En ese segundo valor la expresión se sitúa muy cerca de otra, "ser un descerebrado", de uso muy frecuente y que también incorpora una base fisiológica.
En esta línea que atribuye a supuestos defectos o taras físicas la escasez de entendimiento o juicio, el inglés nos ofrece dos expresiones similares a las que nos ocupan: to be dead from the neck up (estar muerto de cuello para arriba) y braindead (prácticamente equivalente a nuestro "descerebrado" aunque debe utilizarse como adjetivo y no como nombre).
Ejemplos prácticos:
- Su último novio no tenía dos dedos de frente. Menos mal que han cortado. Her last boyfriend was dead from the neck up. I am glad they broke up.
- No sé quien ha sido el descerebrado que ha propuesto eso pero no tiene ni puta idea. I don't know who's been the braindead fool who has proposed that but he doesn't have a clue.
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