lunes, 19 de noviembre de 2012

Pasar página

La gestión del cambio (change management, en su versión original en inglés) es otro de los conceptos que se han incorporado a nuestras empresas en los últimos tiempos, generando en el proceso una lucrativa industria para consultores, conferenciantes y demás caraduras.

No es infrecuente incluso que en las valoraciones de los empleados que se realizan en las modernas oficinas se incluya ahora la llamada "actitud ante el cambio" entre las categorías a valorar por superiores y compañeros.  Nótese que, dado el carácter generalmente arbitrario de los cambios en nuestras empresas, una valoración negativa en este aspecto viene a equivaler poco más o menos que a "resistencia a la autoridad".

Este estado de cosas merece algunas consideraciones prácticas, habida cuenta de que las mudanzas en la oficina moderna sólo muy raramente suponen mejora o progreso para sus sufridos moradores.  No en vano, es adagio antiguo en nuestra lengua aquel que observa que "cualquier tiempo pasado fue mejor".  Resulta, por ello, aconsejable adoptar, ahora sí, una "actitud ante el cambio" que mezcle, en proporciones adecuadas, la generosidad con la displicencia y que, sobre todo, nos permita seguir adelante sin más traumas de los estrictamente inevitables.

Cuando los cambios ocurren, sean por unas causas o por otras, lo primero que se hace necesario es pasar página.  Es esta una práctica aséptica que supone, sencillamente, "dar por terminado algo" según la definición que nos ofrece el Diccionario de la Real Academia Española. No hay aquí, por utilizar la expresión que hicieron tristemente célebre las Madres de Mayo, ni olvido ni perdón sino simplemente la voluntad de cerrar una etapa para empezar la siguiente.

Podemos, por una vez, traducir directamente la expresión al inglés y decir to turn the page con el idéntico valor de "dejar de pensar o preocuparse de algo", tal como lo define el Cambridge Dictionary of American Idioms.
  • Después de terminar el edificio de oficinas en París, estaba deseando pasar página y trabajar en otro proyecto. After finishing the office building in Paris, I was eager to turn the page and work in a different project.
  • Lleva divorciado tres años pero se resiste a pasar página.  He's been divorced for three years now but hasn't yet turned the page.
Un paso más allá está la actitud de restar importancia a lo acontecido en esa época que cerramos, que aún no nos sitúa en puridad ni siquiera en el ámbito del "olvido" de las abuelas bonaerenses. Así decimos que algo es "agua pasada" cuando "ya ha ocurrido pero ha perdido su oportunidad o importancia", utilizando otra vez los términos que nos ofrece el DRAE.   Lo principal aquí es que no queremos volver sobre el asunto en cuestión porque lo consideramos poco importante o irrelevante en este momento.

En inglés, podemos utilizar dos expresiones que también incorporan el agua y tienen un significado muy parecido a la que nos ocupa: water under the bridge (literalmente, "agua por debajo del puente") y water over the dam ("agua por encima de la presa").  La imagen es, obviamente, la misma que la empleada en castellano.
  • Tuvimos algunas movidas cuando trabajé para él pero eso ya es agua pasada. We had our differences when I worked for him but that's water under the bridge.
  • No deberíamos haber dejado a Van Persie marcharse pero eso ya es agua pasada y ahora debemos concentrarnos en la nueva temporada.  We shouldn't have let Van Persie leave but that's water under the bridge now and we must concentrate on the new season.
En los casos en que la etapa que se cierra haya sido especialmente desagradable o incluso traumática, la actitud más recomendable es la que se condensa en la expresión "hacer borrón y cuenta nueva". Recurriendo otra vez al DRAE, se trata de la decisión de "olvidar deudas, errores, enfados, etc. y continuar como si nunca hubiesen existido", definición casi idéntica que la apuntada por el Diccionario de Uso del Español.

Parecido sentido tiene la curiosa construcción española "pelillos a la mar", que aún escuchamos con alguna frecuencia.  El DRAE la hace equivaler al "olvido de agravios y restablecimiento del trato amistoso".   El DUE, por su parte, nos indica que es una "expresión con la que alguien manifiesta su intención de echar al olvido alguna ofensa".  Aunque hay otras teorías más pintorescas, el origen de esta frase se sitúa con toda probabilidad en un episodio de La Ilíada de Homero.

Aunque no llega a incorporar plenamente el sentido de la expresión española, creemos que puede utilizarse en este contexto la locución inglesa let bygones be bygones.  Originalmente la palabra bygone hacía referencia genérica a hechos pretéritos pero su uso ha quedado casi reducido a esta expresión, en la que adopta una connotación más cercana a "rencillas". Por ello, el sentido de la expresión está bastante próximo a la significación que buscamos.  Efectivamente, el Cambridge Idioms Dictionary nos indica que esta contrucción es "algo que se dice para indicar a alguien que olvide cosas desagradables que ocurrieron en el pasado" ("something that you say in order to tell someone to forget about unpleasant things that have happened in the past").
  • Cuando me nombraron jefe del departamento, hice borrón y cuenta con mis antiguos colegas y las cosas funcionaron bien. When I was appointed as head of the department, I let bygones be bygones with my former colleagues and things worked out well.

1 comentario:

  1. Extraordinaria entrada, Señor Vallejo.

    Efectivamente, en estos tiempos de cambio en la oficina moderna, cada vez son más los que un día al despertarse se preguntan "¿Quién se ha llevado mi queso?" (Who moved my cheese?).

    Algunos más desafortunados, víctimas de algún engaño, se lamentan, "¿Quién me la ha dado con queso?" :))

    En cualquier caso, aunque siempre nos quedará el "derecho al pataleo", en los tiempos que corren, la prudencia y la buena disposción para afrontar los cambios parecen ser la tónica dominante. Lo sensato en estas situaciones dicen que es "pasar página" puesto que "agua pasada no mueve molino".

    En la oficina moderna ya no hay lugar para los nostálgicos.

    Saludos cordiales.

    ResponderEliminar