viernes, 13 de mayo de 2011

Al que madruga, Dios le ayuda

Una de las realidades más notables de la moderna oficina es la alta valoración que invariablemente merece a los superiores y a los departamentos de recursos humanos la permanencia sin necesidad en el trabajo hasta horas intempestivas .

El autor tuvo hace algunos años un jefe que sólo abandonaba diariamente la solaz de su despacho para asomarse a la sala que compartíamos los empleados pasadas las ocho de la tarde. Todos sabíamos que procesaba mentalmente las presencias y las ausencias y que estas constituían el principal elemento en su consideración de los distintos miembros del equipo.

Hace sólo unas semanas, un responsable de recursos humanos nos decía que dudaba del compromiso de un determinado equipo porque nunca veía a nadie quedarse a trabajar después de las siete.

Esta actitud es generalizada en nuestras empresas y bien conocida por los empleados, determinando conductas y comportamientos absurdos e incluso contraproducentes. Las personas que saben que tendrán que quedarse en la oficina hasta tarde son menos productivas pues saben que la larga jornada permite perder mucho tiempo. De hecho, con frecuencia terminan por ajustar su horario, llegando más tarde por la mañana y extendiendo la hora del almuerzo o incluso cayendo en esa práctica repugnante de ir al gimnasio en mitad de la jornada laboral.

En realidad, es mucho más relevante observar qué personas llegan pronto a la oficina pues en ellas sí está presente generalmente una ética del trabajo y un compromiso con su labor que se refleja en su voluntad de comenzar la jornada cuanto antes y abordar sus tareas con prontitud y eficacia. Con frecuencia, además, no son estas personas las que antes abandonan la oficina al final de la jornada y no faltan casos en los que se observa aquí aquello de "los últimos serán los primeros y los primeros, los últimos".

El refrán español "al que madruga, Dios le ayuda" recomienda esta costumbre de iniciar temprano la labor y le atribuye efectos prácticos positivos. No es menos cierto que nuestro amplio refranero también ofrece la opinión contraria cuando observa que "no por mucho madrugar amanece más temprano".

En todo caso, para expresar en inglés la idea de que empezar las cosas pronto aumenta las posibilidades de éxito podemos utilizar la expresión the early bird catches the worm (que podemos traducir como "el pájaro madrugador es el que se come la lombriz").

De forma más general podemos utilizar la expresión early bird con el sentido de madrugador y es muy frecuente encontrarla en ofertas especiales (early bird specials) que reducen los precios en función de lo temprano de la hora, especialmente en restaurantes o aparcamientos. La sofisticación del marketing en el mundo anglosajón hace que, en el otro extremo de la jornada, también se ofrezcan en ocasiones night owl specials (promociones para búhos nocturnos).

Ejemplos prácticos. English examples.
  • Conseguí un precio increíble reservando en febrero mis billetes a Londres. Al que madruga, Dios le ayuda. I got an incredible price by booking in February my plane tickets to London. The early bird catches the worm.

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