lunes, 28 de noviembre de 2011

Ir desencaminado

Es proverbial la ausencia de información, o "falta de transparencia" como se dice ahora, que caracteriza la oficina moderna.  Ello obliga a sus moradores a emplearse en ocasiones como auténticos detectives para determinar la naturaleza de lo que allí está ocurriendo e intentar anticipar las consecuencias, generalmente negativas, que pudieran derivarse para ellos.

A una aguda capacidad de observación deben sumarse dotes deductivas basadas no tanto en la inteligencia bruta como en la experiencia y, especialmente, en una habilidad casi ilimitada de ponerse siempre en lo peor.  Pero, aunque nuestras capacidades en esas categorías estuvieran a la altura de las de Holmes o Poirot, la naturaleza proteica y casi imprevisible de la oficina moderna hace que con frecuencia nuestras especulaciones resulten erróneas o, al menos, notablemente imprecisas.  La dificultad de la tarea se multiplica cuando, además, pretendemos conocer los responsables de algún desmán.

Decimos entonces que vamos desencaminados, es decir que nuestra dirección no es la correcta y que nos dirigimos así a un objetivo distinto del pretendido.

En inglés podemos expresar esta idea con una expresión muy idiomática, to bark up the wrong tree (que podría traducirse como "ladrar en o al arbol equivocado").  La expresión, que generalmente se utiliza en forma continua (you are barking the wrong tree, por ejemplo), tiene un evidente origen cinegético y aparece por primera vez en inglés en torno a 1830.  La imagen que evoca es la del perro que confunde el árbol donde se ha subido la presa perseguida.

Ejemplos prácticos:
  • Les echaron las culpas a los de sistemas de todos los problemas de integración pero iban totalmente desencaminados.  They blamed the IT people for all the integration problems but they were barking up the wrong tree.
  • Me da la impresión de que ellos tienen razón y que somos nosotros los que vamos desencaminados.  I cant' help thinking they are on the right track and we are the ones who are barking up the wrong tree.

4 comentarios:

  1. Como de costumbre el autor no va nada desencaminado en sus apreciaciones sobre el acontecer rutinario de la oficina moderna. Pero lo que me llama poderosamente la atención es que no se haya tratado aun una práctica habitual entre los trepas que seguramente no hacen demasiados méritos pero quieren a toda costa que se les reconozca lo poco que hacen. Me estoy refiriendo a la tan ibérica costumbre de "ponerse medallas".

    Señor Vallejo, ahí le mando un poco mas de trabajo.

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  2. La verdad, anónimo amigo, es que es una omisión imperdonable que procuraremos corregir en las próximas semanas.

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  3. Sr. Vallejo
    Quiero felicitarle por su fantástico blog, que además de estar muy bien escrito demuestra un extraordinario conocimiento de los entresijos de una empresa/oficina sea ésta grande o pequeña. En este caso el tamaño no importa y en todas encontrarás al famoso trepa que se menciona en el post anterior y al especialista en meterse en líos, o lo que venimos a designar como "meterse en un jardín", o si el lío es de aúpa, "meterse en un charco"

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  4. Muchas gracias, amable y anónimo visitante.

    "Meterse en un jardín" es ciertamente una expresión muy interesante que ya tratamos aquí hace un tiempo y cuya versión corregida y aumentada aparecerá a mediados de diciembre.

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