Ya hemos observado en alguna ocasión que, en la oficina moderna, los cambios raramente se producen después de un proceso lineal o evolutivo. Más bien, nuestras empresas evolucionan siguiendo una cadena más o menos aleatoria de eventos disruptivos que las van transformando de manera desordenada cuando no caótica.
Pocos conceptos reflejan mejor este fenómeno que la frecuente aspiración de muchas personas y organizaciones por "dar el salto". Nos referimos, por utilizar la muy aquilatada definición que nos ofrece el Diccionario de Uso del Español de María Moliner, a "cambiar alguien radicalmente de situación, generalmente en el terreno profesional, a consecuencia de una decisión personal o un hecho fortuito".
Las ambiciones de mejorar la propia situación profesional o las perspectivas de negocio de nuestra empresa resultan, desde luego, encomiables. Sin embargo, en muchas ocasiones las expectativas de cambio carecen del mínimo realismo (salvo, quizá, en su vertiente mágica) y están basadas en premisas poco sólidas, cuando no abiertamente falsas.
El salto que se pretende dar resulta ser, de esta manera, un salto al vacío como el del protagonista de nuestra ilustración de hoy, quien lo ensaya con notable entusiasmo y elegante ademán. En el ámbito empresarial, no es infrecuente tampoco que la naturaleza inane del salto no resulte sorpresiva para la mayoría de los implicados, quienes estaban convencidos desde el principio de la insensatez de su propósito. Pero, como dice el conocido aforismo, "donde hay patrón, no manda marinero".
Podemos expresar esta idea en inglés con las locuciones verbales to take the leap o to make the leap, cuyos significados y sentidos se corresponden de manera literal con nuestra construcción. Podemos emplear también simplemente el verbo to leap con el mismo valor. Curiosamente, para expresar nuestro "salto cualitativo" (ambiguo concepto que ha conocido fortuna entre nuestros dirigentes políticos y empresariales), el inglés opta por decir quantum leap.
Ejemplos prácticos:
Pocos conceptos reflejan mejor este fenómeno que la frecuente aspiración de muchas personas y organizaciones por "dar el salto". Nos referimos, por utilizar la muy aquilatada definición que nos ofrece el Diccionario de Uso del Español de María Moliner, a "cambiar alguien radicalmente de situación, generalmente en el terreno profesional, a consecuencia de una decisión personal o un hecho fortuito".
Las ambiciones de mejorar la propia situación profesional o las perspectivas de negocio de nuestra empresa resultan, desde luego, encomiables. Sin embargo, en muchas ocasiones las expectativas de cambio carecen del mínimo realismo (salvo, quizá, en su vertiente mágica) y están basadas en premisas poco sólidas, cuando no abiertamente falsas.
El salto que se pretende dar resulta ser, de esta manera, un salto al vacío como el del protagonista de nuestra ilustración de hoy, quien lo ensaya con notable entusiasmo y elegante ademán. En el ámbito empresarial, no es infrecuente tampoco que la naturaleza inane del salto no resulte sorpresiva para la mayoría de los implicados, quienes estaban convencidos desde el principio de la insensatez de su propósito. Pero, como dice el conocido aforismo, "donde hay patrón, no manda marinero".
Podemos expresar esta idea en inglés con las locuciones verbales to take the leap o to make the leap, cuyos significados y sentidos se corresponden de manera literal con nuestra construcción. Podemos emplear también simplemente el verbo to leap con el mismo valor. Curiosamente, para expresar nuestro "salto cualitativo" (ambiguo concepto que ha conocido fortuna entre nuestros dirigentes políticos y empresariales), el inglés opta por decir quantum leap.
Ejemplos prácticos:
- Algunas de las bodegas de la zona se fundaron en el siglo XVII pero hace sólo veinte años que dieron el salto al vino embotellado. Some of the wineries in the area date back to the 17th century but it was only twenty years ago that they made the leap to bottled wine.
- El excelente comportamiento de sus fondos de renta variable les permitió dar el salto a la distribución internacional. The excellent performance of their equity funds enabled them to take the leap onto international distribution.
- Tu propuesta supone un salto cualitativo que no creo que estemos preparados para dar con los recursos actuales. Your proposal calls for a quantum leap that I don't think we are prepared to take with the existing resources.
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