domingo, 22 de noviembre de 2015

Dar una cabezada

Entre las muchas desgracias que la modernidad ha traído a nuestro país, ninguna quizá ha sido más lamentable que la práctica extinción de la siesta, especialmente necesaria en el período estival donde se duerme generalmente poco y mal por la noche. Esta inveterada costumbre española, que en otros tiempos nos hizo la envidia de Europa, ha quedado hoy reducida en el mejor de los casos a los fines de semana, e incluso entonces se practica de manera vergonzante.

Lejos quedan los días de aquellas legendarias siestas de "pijama, padrenuestro y orinal" a las que se refiría Camilo José Cela. También se atribuye al escritor gallego la definición de la siesta como el "yoga ibérico", singularmente afortunada aún cuando nuestros vecinos portugueses son a nuestro lado sólo meritorios aficionados en esta suerte.

El valor universal de la siesta queda acreditado en las recomendaciones que nuestro admiradísimo Winston Churchill ofrecía al respecto:

"Hay que dormir en algún momento entre el almuerzo y la cena, y hay que hacerlo a pierna suelta: quitándose la ropa y tumbándose en la cama. Es lo que yo siempre hago. Es de ingenuos pensar que porque uno duerme durante el día trabaja menos. Después de la siesta, se rinde mucho más. Es como disfrutar de dos días en uno, o al menos de un día y medio".

Desgraciadamente tan sabias palabras no han tenido en los últimos tiempos el necesario eco en nuestra sociedad y así nos luce el pelo en la oficina moderna: ojeras, déficit de atención, consumo compulsivo de cafeína que deriva en transtornos del sueño, cuando no directamente de la personalidad, etc.

En este contexto, no es de extrañar que algunos, especialmente los que gozan del privilegio del despacho, en ocasiones se den alguna cabezada furtiva en la oficina. Tampoco que nuestros autobuses y vagones de metro sean escenario de espectaculares giros de cabeza que ponen a prueba la flexibilidad de las vértebras cervicales de los "cabeceadores".

Conviene subrayar que el elemento determinante de la cabezada es precisamente que la misma se produce cuando uno no está en la posición natural de dormir (acostado, tumbado o, en expresión vulgar muy descriptiva, echado).

Efectivamente, el Diccionario de la Real Academia Española define esta cabezada como "movimiento o inclinación que hace con la cabeza quien, sin estar acostado, se va durmiendo". Así pues, podemos decir que nos vamos a "echar una cabezada" en el sofá pero no cuando nos dirigimos con una sonrisa en los labios hacía la cama y, menos aún, cuando bajamos la persiana.

En inglés tenemos varias expresiones para referirnos a las cabezadas. La más tosca es simplemente short nap (siesta corta), donde no queda claro en todo caso si nos acostamos o no. Nuestra segunda propuesta, a cat-nap (una siesta de gato; también escrito separado), sí que connota que la cabezada no se da en la cama y por lo tanto es más próxima al concepto que buscamos.  Es sabido que los gatos, además de tener siete vidas, duermen de pie, lo que da una idea de lo breve de su sueño.

Finalmente, la más evocativa es, sin duda, to take forty winks (algo así como dar cuarenta parpadeos o guiños) que incorpora directamente lo breve del sueño.  La expresión es más utilizada en los Estados Unidos y puede emplearse también con los verbos to catch (quizá el más frecuente), to have e incluso to grab.

Ejemplos prácticos:
  • Me eché una cabezada después de comer y volví a la oficina fresco como una lechuga. I took a cat-nap after lunch and went back to the office as fresh as a daisy.
  • Cuando estaba en la universidad, me echaba una cabezadita hacia las 9 y me bastaba para estar levantado toda la noche. When I was in college, I used to catch forty winks around 9 and that was enough to keep me up all night.

3 comentarios:

  1. No deja de ser curioso que precisamente ayer después de la comida, mientras posiblemente el autor escribía estas lineas, un compañero de trabajo y yo recordábamos la referida cita de Cela.

    Señor Vallejo, estoy empezando a creer en la telepatía.

    Abundando en el capítulo de curiosidades, conviene recordar que los vocablos "siesta" y "fiesta" los compartimos con los ingleses que también los han incorporado a su lengua.

    Lamentablemente para los británicos "Iniesta" solo hay uno y no estamos dispuestos a compartirlo.

    ¡ Viva Fuentealbilla ! :)))))

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  2. A mi jefe británico le he oído utilizar "power nap" para referirse a una cabezada. No sé si se utiliza comúnmente en las Islas o si es una invención suya.

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    1. La verdad, Armisen, no me sorprende que tu jefe sea practicante de la cabezada. Es un inglés sabio, como Churchill y Singles.

      Parece ser que el concepto de "power nap" tiene cierta carta de naturaleza e incluso estudios científicos al respecto.

      http://en.wikipedia.org/wiki/Power_nap

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