miércoles, 13 de marzo de 2013

Meterse en la boca del lobo +

Con demasiada frecuencia, nuestras andanzas en la oficina moderna nos conducen a introducirnos, de forma inopinada, en la mismísima "boca del lobo", caracterizada por su oscuridad y su peligro. Por mucho que intentemos evitar los riesgos y nos conduzcamos de la forma más cautelosa, el peligro siempre acecha. Llamadas telefónicas de apariencia inocente o reuniones con convocatorias amables pueden tornarse en campos de minas o abrir bajos nuestros pies simas de profundidad insondable.

El Diccionario de la Real Academia Española, luego de recordarnos la proverbial oscuridad de la boca del lobo, define la expresión que hoy nos ocupa como "exponerse sin necesidad a un peligro cierto". De forma más alineada con la moderna realidad profesional, el Diccionario de Uso del Español nos ofrece la siguiente definición: "exponerse a un peligro yendo imprudentemente al sitio donde existe o buscando la situación en que lo hay".

Efectivamente, en su uso común es más lo imprudente que lo innecesario de la conducta lo que define su naturaleza. Nos acercamos al peligro de forma descuidada, sin adoptar las necesarias cautelas que deben informar siempre el comportamiento de cualquier empleado preocupado por su supervivencia profesional. A transitar siempre por calles bien iluminadas, no aceptar regalos de extraños y no subirse al coche de desconocidos debería añadirse en nuestras escuelas la recomendación de no asistir a ninguna reunión sin saber quienes son los asistentes y de que se va a tratar.

El inglés utiliza también una referencia zoológica para expresar esta situación, aunque, en este caso, incorporando al león en sustitución del lobo. Efectivamente, en inglés decimos to walk o to step into the lions' den, que podemos traducir al castellano como "meterse en la jaula de los leones".  El Cambridge Advanced Learner's Dictionary define lion's den como "un lugar o situación peligroso o amenazador" ("a dangerous or threatening place or situation").

El origen de la expresión inglesa se encuentra en el Antiguo Testamento. El profeta Daniel, a quien ya encontramos en otro lugar de estas páginas, fue arrojado a la jaula de los leones en la Corte de Babilonia pero su fidelidad al Dios judío hizo que éste le protegiera y saliera de ella sano y salvo, como describe el cuadro de Briton Rivière que hoy presentamos.

Ejemplos prácticos.
  • Después de la movida con el presupuesto modificado, no le quedó otra que meterse en la boca del lobo y aclarar sus números de una vez por todas. After all the fuss about the ammended budget, he had no choice but to walk into the lion's den and clarify his figures once and for all.
  • Al aceptar presentar nuestra postura en el comité de riesgos se metió en la boca del lobo. By agreeing to present our position in the risk committee she had stepped into the lion's den.

lunes, 11 de marzo de 2013

Tener la sartén por el mango +

Continuando la temática que abordábamos en nuestra última entrada, es evidente que la razón última de que alguien se vea obligado a pasar por el aro es que son otros los que "tienen la sartén por el mango".

El Diccionario de la Real Academia Española define esta locución de manera escueta pero precisa como "ser dueño de la situación, poder decidir o mandar". Con mayor profusión y ciertas licencias gramaticales, el Diccionario de Uso del Español de María Moliner la hace equivalente a "estar en situación de poder ser el que decida en cualquier asunto o tener sujetos a otros por cualquier circunstancia para que hagan lo que él quiere", apuntando como sinónimos los términos "dominar" y "mandar".

Sin caer en las tentaciones y los excesos del materialismo dialéctico, es cierto que desde que el mundo es mundo existe siempre una minoría que impone su criterio a los demás, amparados en un poder que puede haberse alcanzado por diversos métodos, no siempre legítimos o ejemplares.

La oficina moderna no es evidentemente ajena a esta situación. Conviene notar que, pese a lo que pudiera pensarse, la superioridad jerárquica no acostumbra a ser la peor de las fuentes de poder sobre otros, especialmente dado que en estos casos éste suele generalmente ejercerse con una cierta mesura.

Disponemos en inglés de una expresión que pueden servirnos para trasladar esta idea. Se trata de to have o to get the upper hand, que nos remite a la imagen de dos manos entrelazadas, donde el que tiene la mano arriba domina los movimientos del otro.  Esta construcción es de aparición relativamente reciente en la lengua inglesa y su origen dista de estar claro.

El Cambridge Advanced Learner's Dictionary nos indica, en todo caso, que "si tienes la sarten por el mango, tienes más poder que los demás y por ello el control" ("if you have the upper hand, you have more power than anyone else and so have control").

Ejemplos prácticos:
  • Después de ganar el primer test, Australia parecía tener la sartén por el mango en la serie pero Inglaterra se recuperó y ganó 3-1. After winning the first test, Australia seemed to get the upper hand in the series but England recovered and won 3-1.
  • Se suponía que el gobierno tenía la sarten por el mango en la negociación pero los sindicatos amenazaron con una nueva huelga general y Zapatero se cagó como siempre. Supposedly, the Government had the upper hand in the negotiation but the unions threatened to call another general strike and Zapatero chickened out as usual.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Pasar por el aro +

Si cada cuatro años se organizara una suerte de Juegos Olímpicos de la Oficina Moderna, no cabe duda de que una de las pruebas que atraería más interés sería la de pasar por el aro, dadas su dificultad intrínseca y la espectacularidad que ofrece.

Los participantes, además de rivalizar en fuerza y agilidad con los mejores pertiguistas, deberían acreditar unas tragaderas notables y, sobre todo, una rigidez de los músculos faciales sólo al alcance de unos cuantos elegidos.  Es tal la exigencia de la prueba que puede incluso equiparse a la de los modernos triathlones que hoy concentran los afanes de muchos profesionales en el tiempo libre que les dejan sus quehaceres en la oficina moderna.

El Diccionario de la Real Academia Española define "pasar por el aro" como "hacer, vencido por fuerza o maña de otro, lo que no quería". El Diccionario de Uso del Español de María Moliner, por su parte, nos ofrece el valor de "aceptar, a pesar de la repugnancia que se siente hacia ella, cierta cosa" y apunta como sinónimos "ceder" y "someterse".

Hablamos, como puede apreciarse, de tener que aceptar algo en contra de nuestra voluntad y mejor criterio. Los elementos que determinan y califican esta aceptación pueden resumirse en la existencia de una resistencia previa, motivada por el rechazo frontal o incluso la repugnancia que sentimos hacia lo propuesto, y el sometimiento de la misma por la fuerza o el engaño.

Es obvio el paralelismo de esta situación con la imagen de la que trae causa la expresión, la del animal circense obligado a exhibir sus habilidades frente al publico, con su voluntad totalmente doblegada. Aunque no resulte sorpendente, sí sobrecoge observar como una actividad caracterizada por la presencia de domadores o animales domesticados viene a ofrecer tantos paralelismos con el funcionamiento de la oficina moderna.

Una idea muy parecida puede expresarse en inglés con la expresión to come to heel, que literalmente quiere decir algo así como "venir a los talones". Efectivamente, la imagen no es muy distinta a la que apuntábamos hace un momento.  Nos referimos aquí al perro que, obediente, viene a los pies del amo cuando este le llama.  La imagen es singularmente apta para ilustrar algunos comportamientos profesionales, aún cuando los mismos tienen generalmente más que ver con la docilidad de algunos que con lo que hoy se conoce como "estilos autoritarios de dirección".

En todo caso, y para comprobar la precisión de la equivalencia, recurramos al Cambridge Advanced Learner's Dictionary que nos ofrece la siguiente definición: "if a person or organization comes to heel, they agree to obey, usually because they have been forcefully persuaded to do so" ("si una persona u organización pasa por el aro, accede a obedecer, generalmente por que ha sido persuadida por la fuerza").

Ejemplos Prácticos:
  • Al principio se puso chulo pero, en cuanto María le recordó que cualquier retraso sería inaceptable, tuvo que pasar por el aro. At first he was all cocky about it but, as soon as Mary reminded him that any delay would be unacceptable, he had to come to heel.
  • Pueden rechazar nuestra propuesta ahora pero ya sabes que, al final, tendrán que pasar por el aro porque no tienen otra alternativa. They can reject our proposal now but you know that, in the end, they will have to come to heel as they have no other alternative.
  • Los romanos esperaban que los pictos se dieran cuenta por sí mismos de las ventajas de aceptar su gobierno y pasaran por el aro.  The Romans hoped that the Picts could see for themselves the benefits of accepting their rule and would come to heel.

lunes, 4 de marzo de 2013

Estar en todos los fregados

El verbo fregar tiene en España un único valor sencillo y práctico.  Hablamos de "limpiar algo restregándolo con un estropajo, un cepillo, etc., empapado en agua y jabón u otro líquido adecuado", según la prolija definición que ofrece el Diccionario de la Real Academia Española).

En América, sin embargo, se emplea también con el sentido menos amable de "fastidiar, molestar o jorobar a alguien" o incluso "causar daño o perjuicio a alguien".  En México, el verbo se incorpora a una pluralidad de singulares construcciones propias del habla local, como "ya la fregaste" ("ya la cagaste"), "vete a la fregada" ("vete a la mierda") o "ya ni la friegas" ("ya me estás tocando los huevos").

El participio de este verbo incorpora lógicamente todos esos valores pero también se emplea con otro sentido específico, más habitual en la oficina moderna.  Efectivamente, el DRAE define también "fregado" como "enredo, embrollo, negocio o asunto poco decente" y "lance, discusión o contienda desordenada en que puede haber algún riesgo imprevisto".

Lo cierto es que, a pesar de su carácter desagradable o peligroso, hay personas en nuestras empresas que tienen una notable propensión a "estar en todos los fregados", generalmente por ese afán de protagonismo que suele distinguir a los medradores pero también, en ocasiones, por tratarse simplemente de lo que llamamos "culos inquietos" (busybodies sería quizá el mejor equivalente en inglés).

Para indicar esta propensión también empleamos en nuestra lengua la expresión "meterse en todos los charcos", con idéntico sentido.  Mucho más alambicada, pero ciertamente curiosa, es la construcción que incorpora la acusación a alguien de "querer ser el niño en el bautizo, la novia en la boda y el muerto en el entierro".  Aquí el foco está claramente en el afán de protagonismo, al que un antiguo compañero del autor, alérgico a estas actuaciones, solía referirse muy precisamente como "búsqueda del lucimiento personal".

En inglés, la expresión más útil en este contexto es, sin duda, to have a finger in every pie (literalmente, "tener un dedo en todas las tartas").  El Cambridge Idioms Dictionary define la expresión como "participar y tener influencia sobre muchas actividades diferentes, generalmente de una manera que otras personas desaprueban" ("to be involved in and have influence over many different activities, often in a way that other people do not approve of").  La expresión se utiliza en inglés desde antiguo y el mismísimo Shakespeare la emplea en Henry VIII ("no man's pie is freed from his ambitious finger").

Ejemplos prácticos:
  • Me sorprendió que viniera al comité de riesgos pero está claro que ahora le gusta estar en todos los fregados.  I was surprised to see him at the risk committee but it seems he likes to have a finger in every pie these days.
  • La Unión Europea se está convirtiendo en un super-estado que se mete en todos los charcos.  The European Union is becoming a super-state which has a finger in every pie.

viernes, 1 de marzo de 2013

La Cuadratura del Círculo

La actividad laboral en la empresa moderna nos obliga con frecuencia a abordar cuestiones complejas, en ocasiones de naturaleza tan irresoluble como el clásico problema de la cuadratura del círculo.

Sin embargo, cuando nos referimos a ésta en nuestras empresas queremos indicar no tanto la complejidad de la tarea como, específicamente, que nos encontramos en esa situación tan habitual en la que se intentan hacer a la vez dos actividades incompatibles entre sí o, peor aún, alcanzar con denuedo dos objetivos contrapuestos.  No es infrecuente tampoco que digamos en este contexto que pretendemos "soplar y sorber" a la vez.

Los ejemplos, por desgracia, abundan: obtener más rentabilidad a la vez que reducimos el nivel de riesgo de nuestras carteras, centrarnos en las necesidades de los clientes (client focus, decían) mientras maximizamos el margen para la empresa, recortar la plantilla manteniendo la moral y el compromiso de los equipos. La enumeración podría ser muy extensa e ilustra la ausencia de cualquier contraste con la realidad a la hora de fijar objetivos o planificar estrategias en nuestras empresas. Parece que los modernos directivos no han interiorizado la aguda observación de Talleyrand de que "lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible".

A la lengua inglesa también se ha incorporado la referencia al problema geométrico en la locución verbal to square the circle.  Ésta incorpora, según el Cambridge Idioms Dictionary, el valor de "encontrar la solución a un problema que parecía imposible, especialmente porque las personas involucradas tenían diferentes opiniones o necesidades" ("to find a good solution to a problem when that seems impossible, especially because the people involved have very different needs or opinions about it")

También podemos expresar esta idea recurriendo a dos expresiones más o menos genéricas pero que trasladan la misma cuando se emplean en sentido negativo.  La primera de ellas, to have it both ways, es definida precisamente por el McGraw-Hill Dictionary of American Idioms and Phrasal Verbs como "tener dos cosas incompatibles entre sí" ("to have both of two incompatible things").    Con el mismo sentido se emplea la segunda, to have the best of both worlds que equivale literalmente a "tener lo mejor de los dos mundos", que también se escucha en nuestra lengua.

Sin embargo, resulta más idiomática otra expresión más alambicada pero muy efectiva: you can't have your cake and eat it too (que podemos traducir como "no puedes comerte el pastel y seguir teniéndolo a la vez", reflejando la idea que buscamos).  El proverbio tiene una larga historia y ofrece otras variantes que modifican el orden de sus elementos.  Puede resultar también útil en ocasiones para trasladar al inglés nuestra expresión "estar en misa y repicando", en el sentido que se refiere a la imposibilidad de realizar simultáneamente dos actividades incompatibles.

Ejemplos prácticos:
  • Tuvimos que cuadrar el círculo para conseguir que las partes se pusieran de acuerdo en algo.  To get both sides to agree to anything at all, we had to square the circle.
  • No creo que esperes seguir trabajando para su padre si cortas con ella.  Eso sería cuadrar el círculo. You cannot seriously expect to keep working for her father if you break up with her. You can't have your cake and eat it too.
  • Una vez más, Pedro quería que sopláramos y sorbiéramos a la vez: nos subió el objetivo de ventas y nos redujo el presupuesto de publicidad. Once again Peter wanted to have the best of both worlds: he increased our sales target and cut our advertising budget.
  • No puedes esperar rentabilidades más altas si reduces el riesgo de tu cartera. No se puede soplar y sorber. You shouldn't expect higher returnsf if you reduce the risk of your portfolio. You can't have it both ways.