Páginas

viernes, 30 de noviembre de 2012

Pintar bastos

Otra de las expresiones que han ganado popularidad en nuestro idioma en estos tiempos de recortes y penurias económicas tiene curiosamente su origen en la baraja española de cartas.  Esta, especialmente en la clásica edición de Heraclio Fournier, es un gran icono de nuestra cultura, frecuentemente infravalorado.  A diferencia de la francesa, con sus picas, diamantes, corazones y tréboles, nuestra baraja se divide en cuatro series más castizas (oros, copas, espadas y bastos), a las que nos referimos como "palos".

En el lenguaje coloquial, decimos con frecuencia que "pintan bastos" para indicar que las cosas están mal, uso que recoge María Moliner en su Diccionario.  Teniendo en cuenta como están casi todas las cosas en nuestro sufrido país, no sorprenderá la actualidad de la expresión y la oportunidad de su análisis.  Qué lejos quedan los tiempos en que Aznar no dejaba de repetir aquello de "España va bien", frase que ya sólo puede emplearse para referirse a nuestra selección de fútbol.

En todo caso, aclaremos que el valor con que empleamos aquí "pintar" nada tiene que ver con el arte, sino con otra de las muchas acepciones que para este verbo recoge el Diccionario de la Real Academia Española ("dicho de un palo de la baraja: señalar que es el triunfo en el juego").  Efectivamente, en muchos de los juegos de naipes más populares en nuestro país, especialmente en el tutela brisca y sus variantes más modernas como la pocha, uno de los cuatro palos "pinta" en cada mano; es decir, es el que gana cuando se confronta con otros.  Precisamente por ello, nos solemos referir a todas las cartas de ese palo como "triunfos".

El palo de bastos se representa con unos garrotes de amenazador aspecto, como ilustramos más arriba con un tradicional as de bastos, también llamado en ocasiones simplemente "el basto".  Por ello, cuando decimos en sentido figurado que "pintan bastos", queremos significar que la situación es comprometida, siendo probable que nos veamos perjudicados, recibiendo algún que otro palo, ya sea de forma figurada o literal.

Como se deducirá de lo anterior, la expresión española presenta tantos elementos idiomáticos que resulta muy difícil encontrar en inglés una construcción de características similares.  Deberemos contentarnos con hacer mención menos colorista a la dureza o la dificultad de la situación, recurriendo a adjetivos algo genéricos y desvaídos como tough o difficult.

Apuntemos, para terminar, que con frecuencia encontramos yuxtapuestos, especialmente en los Estados Unidos, los elementos tough y going en distintas construcciones, como las que ilustramos en los ejemplos.  El sentido de las mismas se asemeja a "las cosas se ponen difíciles" o al más coloquial "las cosas se ponen feas", muy cercanos ambos a nuestra expresión de hoy.

Ejemplos prácticos:
  • Pintan bastos para los arquitectos en España.  Hay miles de casas sin vender y ya no hay dinero para obras públicas.  Times are tough for architects in Spain.  There are thousands of unsold houses and there is no longer any money for public works.
  • Al principio era el ojito derecho del jefe pero ha perdido un par de cuentas importantes y ahora parece que empiezan a pintar bastos.  He was the apple of the boss's eye at first but he lost a couple of key accounts and it seems that the going is getting tough now.
  • Ya sé que fue él quien tomó la decisión pero, si las cosas se ponen realmente feas, estoy seguro de que se las apañará para irse de rositas.  I know that it was him who took the decision but, if the going gets really tough, I am sure he will manage to get off scot-free.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Estar en las últimas

No faltarán quienes sigan atribuyendo la crisis económica que asola nuestro país únicamente a los excesos de las hipotecas basura en los Estados Unidos, a la quiebra de Lehman Brothers o sencillamente a la propia indigencia intelectual y moral de George W. Bush.

Sin embargo, el paso de los años sólo agudiza nuestra depauperada situación mientras las fortunas de otros países parecen remontar, bien es cierto que con desigual fuerza.  Debemos convenir, por ello, que algo estaba sustancialmente podrido en nuestro modelo económico y, desde luego, en la estructura política de España para que, poco a poco, hayamos terminado por convertirnos en uno de los mayores problemas del mundo mundial.

Este estado de cosas ha contribuido, sin duda, a que algunas expresiones ciertamente dramáticas hayan adquirido o recuperado preeminencia en nuestra lengua en los últimos tiempos.  Nos detenemos hoy en una de ellas, singularmente apropiada para describir la situación en la que viven muchas personas, innumerables empresas y casi todas las ciudades y regiones de nuestro país.

La locución verbal "estar alguien en las ultimas" es definida por el Diccionario de la Real Academia Española como "estar muy apurado de algo, especialmente de dinero".  No contiene el DRAE referencia alguna a la acepción original, de la que por extensión se deriva sin duda este uso.  La misma ("estar muriéndose") sí aparece recogida en el Diccionario de Uso del Español, junto con una versión más desarrollada del sentido general que hoy nos ocupa ("estar arruinado, muy apurado de dinero o a punto de terminar la provisión de cualquier cosa").

Este sentido también lo incorpora otra antigua y curiosa expresión castellana, "estar a la cuarta pregunta", que, tras años de desuso, ha vuelto a adquirir cierta presencia en nuestro idioma.  El DRAE la define como "estar escaso o sin nada de dinero".  Su discutido origen ilustra la importancia que, desde tiempo inmemorial, ha tenido la situación patrimonial del individuo a la hora de determinar su circunstancia, en el sentido orteguiano del término.

Apuntemos, finalmente, antes de abandonar el castellano, y en beneficio de nuestros lectores anglófonos, que no debe en  ningún caso confundirse nuestra locución de hoy con la similar "estar a la última", que quiere decir generalmente "estar a la última moda" aunque también podemos encontrarla con el sentido de "estar al tanto".

A la hora de referirnos a esta situación terminal y ciertamente desesperada en la lengua inglesa, disponemos de la locución adverbial on one's last legs, empleada generalmente con el verbo to be y que podríamos traducir literalmente como "en las últimas piernas" o, más libremente, "en la última etapa" o "en la última fase".  La expresión puede emplearse tanto para expresar la primera acepción a la que nos referíamos antes ("estar muriéndose") como, en un sentido más general y figurado, para expresar el agotamiento de algún recurso, incluyendo el económico.  Así, el American Heritage Dictionary of the English Language propone la siguiente definición:  "at the end of one's strength or resources; ready to collapse, fail, or die" ("al final de las propias fuerzas o recursos; cerca de colapsar, fallar o morir").

Ejemplos prácticos:
  • Nuestros competidores pensaron que estábamos en las últimas y bajaron precios agresivamente para sacarnos del mercado.  Our competitors thought we were on our last legs and cut prices aggresively to drive us out of the market.
  • Sabía que, desde que se quedó otra vez sin trabajo, mi vecino estaba a la cuarta pregunta pero me quedé acojonado cuando le desahuciaron.  I knew that my neigbour was on his last legs after he lost his job again but I was shocked when he was evicted from his home.
  • Me había entrenado mucho para la media maratón pero el día de la carrera estaba en la últimas en el kilometro diez.  I had trained a lot for the half marathon but on race day I was on my last legs after only ten kilometres.
  • Ya va siendo hora de que cambies de tele.  Esta está en las últimas y se acerca el Mundial.  It's high time you got a new telly.  This one seems to be on its last legs and the World Cup is coming up.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Irse de las manos +

Abordamos hoy la expresión "irse de las manos" que describe una circunstancia cada vez más frecuente en casi todos los ordenes de la vida. En efecto, nuestro entorno se prodiga en situaciones que, llegado un punto, no somos capaces de controlar adecuadamente.  El catálogo es casi interminable, empezando por cualquier salida nocturna, o aún diurna, y terminando por las modernas relaciones personales o lo que pasa por ellas, vehiculizadas hoy en plataformas sociales cuyo funcionamiento es aleatorio en el mejor de los casos.

En la oficina moderna tampoco es extraño asistir a situaciones aparentemente plácidas que, sin embargo, devienen en ingobernables por la desidia o la incompetencia de sus supuestos responsables.  Los presupuestos de determinados proyectos son una categoría paradigmática del problema, un territorio donde la realidad supera casi siempre la ficción.  No obstante, puede afirmarse sin exageración que casi cualquier iniciativa en nuestras empresas es susceptible de convertirse en un desastre corporativo mayúsculo, tal es la falta de rigor y el voluntarismo displicente con que habitualmente se abordan.

El inglés nos ofrece dos posibilidades parecidas de expresar esta situación, una próxima a la traducción casi literal de la locución española (to get out of hand) y la otra enfocada directamente en la pérdida de control que constituye la esencia de la misma (to get out of control). Ambas incorporan la idea de nuestra expresión de forma bastante precisa, en nuestra opinión.

Ejemplos prácticos:
  • Salimos a tomar una cerveza rápida pero en seguida la cosa se nos fue de las manos. We went out for a quick beer but things soon got out of control.
  • La conoció por internet, empezaron a verse y la cosa se le fue de las manos. No he visto en mi vida una boda de penalty más patética. He met her on the internet, they started to date and things got out of hand. I don't think I have ever seen a more pathetic shotgun wedding.

Aprovechemos la entrada de hoy para tratar otras dos expresiones que utilizan los mismos elementos pero con significados muy diferentes.

De un lado, tenemos la locución verbal "irse la mano" que solemos emplear para decir que nos excedimos en el celo o la contundencia con la que realizamos una determinado acción.   En este contexo, podemos emplear en inglés el verbo to overdo (literalmente "sobrehacer"), muchas veces en la contrucción to overdo it, donde el objeto es genérico.  También podemos recurrir a la locución verbal to go overboard, especialmente cuando el exceso al que nos hemos referido haya venido propiciado por el entusiasmo.
  • Se le fue la mano con el entrenamiento y el día de la carrera estaba muerto. He overdid his training and was knackered on race day.
  • Si llamas a recursos humanos para hablar sobre el tema de tu bonus, asegurate de que no se te vaya la mano.  If you call human resources to talk about your bonus, take care not to overdo it.
  • Todo los departamentos participaron en el concurso de ideas para renombrar las salas de reunión pero a los de riesgos se les fue la mano con su propuesta de utilizar nombres de equipos de fútbol.  Every departments took part in the competition to rename the meeting rooms but the risk guys really went overboard with their proposal to use the names of football teams.

Por otra parte, cuando dos cosas van juntas decimos en castellano que "van de la mano".  La imagen es sencilla y universal, por lo que no sorprenderá que en inglés también se emplee la locución to go hand in hand.
  • Los recortes de gastos y las subidas de impuestas tienen que ir de la mano si los Estados Unidos quieren alcanzar una situación fiscal sostenible   Expenditure cuts and tax rises must go hand in hand if the US is ever to reach a sustainable fiscal situation.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Tener ganas

En el contexto de esta página, obviamente no nos referimos hoy a una forma remilgada de decir "tener hambre", que incluso hay quien emplea en ocasiones en un singular bochornoso ("tener gana").  Tampoco, claro está, a variantes truncadas de las frases apresuradas que denotan la necesidad de visitar el cuarto de baño, estancia a la que hemos dedicado nuestra atención en algún momento pero que preferimos, en general, dejar en un discreto segundo plano.

Cuando en la oficina moderna utilizamos la locución verbal "tener ganas", generalmente en sus formas pronominales, lo hacemos en el sentido que recoge el Diccionario de la Real Academia Española como "tener aversión", es decir, sin salir de nuestro libro de cabecera, sentir "rechazo o repugnancia frente a alguien o algo".

La definición se queda corta a nuestro juicio pues la expresión no es sólo pasiva sino que denota que tenemos la intención o el deseo de causar algún daño o perjuicio al objeto de nuestra aversión.  Efectivamente, el Diccionario de Uso del Español de María Moliner recoge la construcción con el valor de "tener animadversión a una persona y desear que se presente oportunidad de reñir con ella o de que haya motivo para castigarla, reprenderla, etc.".

Más aún, cuando decimos que le tenemos ganas a alguien, generalmente damos a entender que esa persona nos ha hecho algo a nosotros que tenemos intención de devolverle o, al menos, que ha hecho deméritos sobrados para que sea objeto de un ataque por nuestra parte. Si no concurren estos elementos, generalmente diremos que "le tenemos manía", o de forma más coloquial pero hoy desusada que "le tenemos ojeriza", dando a entender que no hay causas objetivas que expliquen nuestra inquina.

Existe en inglés una frase verbal (to have it in for someone) que podemos emplear con un sentido muy parecido al que buscamos.  En el American Heritage  Dictionary of the English Language la encontramos definida como "tener intención de hacer daño a alguien, especialmente por rencor" ("to intend to harm, especially because of a grudge").

Terminemos apuntando que podemos encontrar en nuestras oficinas dos expresiones que apuntan en la misma línea que "tener ganas" pero van sensiblemente más allá en su intensidad o gravedad.  De un lado, tenemos la locución verbal "guardársela a alguien", que podemos escuchar también como "tenérsela guardada", con el sentido de "aplazar para tiempo oportuno la venganza, castigo, despique o desahogo de una ofensa o culpa", según el DRAE.

Un paso más lejos nos encontramos con "jurársela a alguien", también en la forma "tenérsela jurada", que equivale según el DRAE a asegurar que nos vamos a vengar de otra persona.  Cuando, como suele ocurrir, el énfasis de estas expresiones está en en el rencor acumulado, podemos expresar esta idea en inglés con la locución verbal to hold something againts someone.

Ejemplos prácticos:
  • Ya sabía que Juan me tenía ganas pero no me esperaba que me intentara poner en evidencia en la primera reunión con la nueva jefa. I knew John had it in for me but I didn't expect him to try to embarrass me during our first meeting with the new boss.
  • La verdad es que le tengo ganas desde que mandó aquel correo cuando yo estaba de vacaciones y se montó la mundial. To be honest, I've got it in for him ever since he sent that e-mail when I was on holiday and all hell broke loose.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Dar con queso

Por una vez, y sin que sirva de precedente, podemos recoger de forma casi inmediata uno de los múltiples guantes que, con un guiño, nos lanza casi a diario desde Avilés uno de nuestros más ilustres comentaristas.  El autor se atrevería incluso a calificarle de ilustrísimo si este término no estuviera asociado ya casi únicamente a cargos u honores cuyo prestigio se encuentra por los suelos, si no por debajo.   Aprovechemos, en todo caso, la ocasión para agradecerle sus aportaciones y comentarios que contribuyen, sin duda, a enriquecer estas páginas.

Abordamos así el concepto de "dar con queso", cuyo origen y sentido son de gran actualidad para el autor, debido al creciente refinamiento que va alcanzando en otra de sus aficiones.  Efectivamente, la cata de vinos y su maridaje con diversas viandas, entre ellas los quesos, le han deparado últimamente algunos descubrimientos interesantes.  Entre ellos, lo inadecuado que resulta combinar la mayor parte de los quesos con los vinos tintos, práctica común en nuestro país, cuya barbarie en estos terrenos puede resumirse en aquella celebrada ocurrencia de "el mejor blanco, un tinto".

En todo caso, era práctica extendida entre los vinateros manchegos el intentar ocultar las deficiencias de los caldos que intentaban vender, ofreciendo a sus clientes durante la cata los quesos de fuerte sabor que constituían el mayor orgullo de la región hasta la eclosión de Pedro Almodóvar.  De esta forma, las carencias de los vinos, en ocasiones incluso picados, quedaban ocultas bajo la potencia de los quesos, circunstancia que reproducen los que se empecinan en la combinación de quesos y tintos, despreciando otras alternativas más amables (blancos, generosos e incluso espumosos en algunos casos).

Trae causa de este fraude mercantil la locución verbal  "dársela a alguien con queso" que hoy nos ocupa.  El Diccionario de la Real Academia Española la hace equivaler simplemente a "engañarle, burlarse de él".  Más detallada es la definición que nos propone Mª Leonisa Casado Conde en "¡ Se Dice Pronto !": "engañar a alguien, timar a una persona mediante algún tipo de ardid o trampa".

El lector habitual de estas páginas ya se habrá percatado que hemos transitado terrenos muy cercanos en las entradas dedicadas a otras expresiones más habituales hoy en nuestras oficinas como "meter un gol" o la singular "meterla doblada".  Ambas tienen un sentido muy similar al expuesto y, por ello, consideramos que las locuciones inglesas que proponíamos para expresarlo en inglés, especialmente to put one over on someone, resultan también adecuadas en este caso.  Otras construcciones más sencillas como to fool someone off o to rip someone off pueden ser también útiles, enfatizando en un caso el engaño y en el otro la magnitud de la estafa.

Ejemplos prácticos:
  • Me la intentó dar con queso pero, en cuanto empece a repasar la hoja de cálculo, me di cuenta de que había manipulado las cuentas.  He tried to put one over on me but, as soon as I went over the spreadsheet, I noticed that he had cooked the books.
  • Cuando llegó a Nueva York, se dio cuenta de que se la habían dado con queso con la reserva de hotel.  When he arrived in New York he realized he had been ripped off with his hotel reservation.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Pasar página

La gestión del cambio (change management, en su versión original en inglés) es otro de los conceptos que se han incorporado a nuestras empresas en los últimos tiempos, generando en el proceso una lucrativa industria para consultores, conferenciantes y demás caraduras.

No es infrecuente incluso que en las valoraciones de los empleados que se realizan en las modernas oficinas se incluya ahora la llamada "actitud ante el cambio" entre las categorías a valorar por superiores y compañeros.  Nótese que, dado el carácter generalmente arbitrario de los cambios en nuestras empresas, una valoración negativa en este aspecto viene a equivaler poco más o menos que a "resistencia a la autoridad".

Este estado de cosas merece algunas consideraciones prácticas, habida cuenta de que las mudanzas en la oficina moderna sólo muy raramente suponen mejora o progreso para sus sufridos moradores.  No en vano, es adagio antiguo en nuestra lengua aquel que observa que "cualquier tiempo pasado fue mejor".  Resulta, por ello, aconsejable adoptar, ahora sí, una "actitud ante el cambio" que mezcle, en proporciones adecuadas, la generosidad con la displicencia y que, sobre todo, nos permita seguir adelante sin más traumas de los estrictamente inevitables.

Cuando los cambios ocurren, sean por unas causas o por otras, lo primero que se hace necesario es pasar página.  Es esta una práctica aséptica que supone, sencillamente, "dar por terminado algo" según la definición que nos ofrece el Diccionario de la Real Academia Española. No hay aquí, por utilizar la expresión que hicieron tristemente célebre las Madres de Mayo, ni olvido ni perdón sino simplemente la voluntad de cerrar una etapa para empezar la siguiente.

Podemos, por una vez, traducir directamente la expresión al inglés y decir to turn the page con el idéntico valor de "dejar de pensar o preocuparse de algo", tal como lo define el Cambridge Dictionary of American Idioms.
  • Después de terminar el edificio de oficinas en París, estaba deseando pasar página y trabajar en otro proyecto. After finishing the office building in Paris, I was eager to turn the page and work in a different project.
  • Lleva divorciado tres años pero se resiste a pasar página.  He's been divorced for three years now but hasn't yet turned the page.
Un paso más allá está la actitud de restar importancia a lo acontecido en esa época que cerramos, que aún no nos sitúa en puridad ni siquiera en el ámbito del "olvido" de las abuelas bonaerenses. Así decimos que algo es "agua pasada" cuando "ya ha ocurrido pero ha perdido su oportunidad o importancia", utilizando otra vez los términos que nos ofrece el DRAE.   Lo principal aquí es que no queremos volver sobre el asunto en cuestión porque lo consideramos poco importante o irrelevante en este momento.

En inglés, podemos utilizar dos expresiones que también incorporan el agua y tienen un significado muy parecido a la que nos ocupa: water under the bridge (literalmente, "agua por debajo del puente") y water over the dam ("agua por encima de la presa").  La imagen es, obviamente, la misma que la empleada en castellano.
  • Tuvimos algunas movidas cuando trabajé para él pero eso ya es agua pasada. We had our differences when I worked for him but that's water under the bridge.
  • No deberíamos haber dejado a Van Persie marcharse pero eso ya es agua pasada y ahora debemos concentrarnos en la nueva temporada.  We shouldn't have let Van Persie leave but that's water under the bridge now and we must concentrate on the new season.
En los casos en que la etapa que se cierra haya sido especialmente desagradable o incluso traumática, la actitud más recomendable es la que se condensa en la expresión "hacer borrón y cuenta nueva". Recurriendo otra vez al DRAE, se trata de la decisión de "olvidar deudas, errores, enfados, etc. y continuar como si nunca hubiesen existido", definición casi idéntica que la apuntada por el Diccionario de Uso del Español.

Parecido sentido tiene la curiosa construcción española "pelillos a la mar", que aún escuchamos con alguna frecuencia.  El DRAE la hace equivaler al "olvido de agravios y restablecimiento del trato amistoso".   El DUE, por su parte, nos indica que es una "expresión con la que alguien manifiesta su intención de echar al olvido alguna ofensa".  Aunque hay otras teorías más pintorescas, el origen de esta frase se sitúa con toda probabilidad en un episodio de La Ilíada de Homero.

Aunque no llega a incorporar plenamente el sentido de la expresión española, creemos que puede utilizarse en este contexto la locución inglesa let bygones be bygones.  Originalmente la palabra bygone hacía referencia genérica a hechos pretéritos pero su uso ha quedado casi reducido a esta expresión, en la que adopta una connotación más cercana a "rencillas". Por ello, el sentido de la expresión está bastante próximo a la significación que buscamos.  Efectivamente, el Cambridge Idioms Dictionary nos indica que esta contrucción es "algo que se dice para indicar a alguien que olvide cosas desagradables que ocurrieron en el pasado" ("something that you say in order to tell someone to forget about unpleasant things that have happened in the past").
  • Cuando me nombraron jefe del departamento, hice borrón y cuenta con mis antiguos colegas y las cosas funcionaron bien. When I was appointed as head of the department, I let bygones be bygones with my former colleagues and things worked out well.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Estar por la labor +

Es indudable que la mayoría de las reuniones en la oficina moderna constituyen una pérdida de tiempo lamentable.  Su efectividad, y el clima laboral en general, mejorarían de forma exponencial si los participantes indicaran inicialmente su disposición a alcanzar algún avance o conclusión en las mismas.

Dado lo comprometido de tal declaración, potencialmente hostil, se trataría de adoptar el universal código de colores (rojo, amarillo y verde) que se utiliza al parecer en las “fiestas semáforo” para indicar el estado de los participantes y su disponibilidad para los lances amorosos o abiertamente sexuales que constituyen el sustrato de las mismas.

Así, podríamos presentarnos a las reuniones con una corbata verde si acudimos a las mismas con la intención de alcanzar un acuerdo que resuelva o cierre algún tema. Vestiremos corbata amarilla si asistimos a la reunión a la expectativa, instalados en el españolísimo “a ver qué pasa”. Finalmente, llevaremos, al más puro estilo de los altos ejecutivos del Banco Santander, corbata roja cuando en nuestro ánimo no esté alcanzar ningún avance sino más bien bloquear los mismos o incluso abiertamente tocar los cojones.  Nos atrevemos a apuntar que algunos personajes, conspicuos en la mayoría de nuestras empresas, sólo necesitarán una corbata en su vestuario.

En todo caso, todo sería mucho más sencillo si supieramos de antemano si la gente está o no "por la labor", utílisima expresión que hoy nos proponemos tratar.  El Diccionario de la Real Academia Española define esta locución coloquial como “estar dispuesto a hacer lo que se indica”, dando por supuesta la existencia de una instrucción previa. El Diccionario de Uso del Español de María Moliner, por su parte, ofrece una definición más sencilla y amplia: “estar dispuesto a hacer algo”. Resulta muy revelador de la idiosincrasia española que se haga mención en esta obra a que el uso de esta expresión es más frecuente en frases negativas.

Disponemos en inglés de una expresión (to be up for something) que expresa muy adecuadamente este concepto. El Collins Dictionary, luego de notar su carácter informal, nos ofrece para esta locución el siguiente significado: keen or willing to try something out or make a good effort (que podemos traducir como "dispuesto o deseoso de probar algo o de realizar algún esfuerzo").

Ejemplos prácticos.
  • En cuanto empezó la reunión quedó claro que los de riesgos no estaban por la labor. As soon as the meeting started it was clear that the Risks people were not up for it.
  • Me pidió modificar la propuesta y volvérsela a enviar al cliente pero le dije que no estaba por la labor porque era una pérdida de tiempo después de lo que nos había dicho. She asked me to amend the proposal and send it to the client again but I told her I was not up for it because it was a waste of time after what he had told us.

martes, 6 de noviembre de 2012

Recochineo

Es sabido que la justicia contempla diversos agravantes a la hora de calificar las conductas penales.  Los más conocidos son probablemente la premeditación y la alevosía, pero al autor, quién sabe por qué razón, siempre le resultó más sugerente aquello del "despoblado".  Es una de las escasas fijaciones que le quedan de su hoy lejana formación jurídica, junto con la fascinación por el tipo penal de la riña tumultuaria.

Aunque en la oficina moderna se dan sin duda actuaciones en las que concurren elementos agravantes que pueden relacionarse con los contemplados por la legislación penal, el más común es de naturaleza bien distinta.  Nos referimos, claro está, al "recochineo", definido por el Diccionario de la Real Academia Española como "burla o ironía molestas que acompañan a algo que se hace o dice".   Sin diferir en demasía, algo más profuso en su definición es el Diccionario de Uso del Español, que apunta la siguiente: "burla, ensañamiento o refinamiento añadidos a una acción con la que se molesta o perjudica a alguien".  Conviene subrayar que la molestia que parece constituir uno de los elementos centrales del concepto aparece en la definición del DRAE sólo desde 1992 pues anteriormente se definía "recochineo" de forma más amable como "burla, guasa de buen humor".

Las fuentes consultadas apuntan a que, contrariamente a lo que pueda parecer a primera vista, la palabra no tiene relación alguna con el mundo porcino.  Es más probable que derive del verbo latino recoquere, empleado para indicar que un alimento había sido cocinado en exceso.   En este sentido, el DRAE recoge el hoy desusado adjetivo "recocho" con el valor de "muy cocido", indicando su origen en el participio pasado del citado verbo latino.  Como curiosidad, en Colombia se emplea el verbo "recochar" con el valor genérico de "divertirse".

Obviamente nos encontramos ante un concepto que resulta singularmente complejo de trasladar al inglés, en especial si pretendiéramos capturar la sonoridad y las connotaciones de la expresión española.  Si, por el contrario, nos ceñimos al significado básico de la expresión, centrado más en la burla que en el ensañamiento o la molestia, podemos convenir que el verbo to tease es una opción interesante.  Las acepciones del verbo cubren un terreno muy amplio que va desde la guasa hasta la vejación, pasando por lo que hoy llamaríamos flirteo, y debe, por tanto, emplearse con alguna precaución.  En todo caso, ilustramos más abajo algún ejemplo en el que puede cabalmente emplearse con un sentido muy próximo a nuestro "recochineo".

Parecidas consideraciones pueden hacerse con el verbo to taunt que el siempre útil Cambridge Advanced Learner's Dictionary nos define como "to intentionally annoy and upset someone by making unkind remarks to them, laughing at them, etc."  ("molestar intencionadamente y enfadar a alguien con observaciones desagradables, risas, etc.").  Como se verá, estamos otra vez muy cerca del sentido habitual y moderno de "recochinearse".

Algo más alambicado para un hispanohablante puede resultar recurrir a la expresión to take the Mickey, que nada tiene que ver con el simpático ratón de Walt Disney y sí mucho con el siempre curioso Cockney rhyming slang.  A partir de una construcción moderadamente malsonante (to take the piss, generalmente en la forma to take the piss out of someone) se alcanza esta locución aparentemente inocua, que el CALD define como "to laugh at someone and make them seem silly, by copying their behaviour or tricking them in a funny or unkind way" ("reirse de alguien y hacerle parecer tonto, imitándole o haciéndole trampas de forma graciosa o desagradable").  La expresión parece ser bastante popular en el Reino Unido y puede encontrarse en otras formas similares (to take the mick, to take the Michael).

Ejemplos prácticos:
  • Es cierto que sacó el tema de los retrasos en la implementación pero fue con recochineo; no creo que quisiera tocarte los cojones.  He did bring out the issue of the delays in the implementation but he was teasing; I don't think he really wanted to irk you.
  • Si no fuera tan sobrado, se hubiera tomado sus palabras como, en el mejor de los casos, peloteo con cierto recochineo.  If he wasn't so full of himself, he would have dismissed her words  as, at best, a taunting flattery.
  • Siempre se están recochineando de él porque una vez le vieron salir de la oficina con la becaria colombiana.  They're always taking the piss out of him because they once saw him leaving the office with the Colombian intern.
  • Llevamos al equipo a cenar a un restaurante para celebrar y todo el mundo empezó a recochinearse de Diana, imitando la forma en que mueve la cabeza al hablar.  We took the team out to a restaurant for a celebration dinner and everyone started to take the mickey out of Diana, imitating the way she moves her head when she speaks.