Páginas

miércoles, 31 de octubre de 2012

Chupóptero

Mientras indagaba sobre el origen de la expresión "llevárselo crudo", que tratamos hace algún tiempo, el autor se reencontró casualmente con la palabra "chupóptero" que le transportó a su primera juventud, pues debe admitir que aún considera vanamente que está en la segunda.

Efectivamente, toda una generación de españoles creció escuchando al legendario comunicador José María García quien hizo populares muchos términos y brocardos singulares, algunos de los cuales pueden encontrarse en el artículo que le dedica Wikipedia. Entre ellos, por cierto, figura "tribuletes de pesebre" que, a pesar de que el autor no recuerda haber escuchado nunca, es verdaderamente notable.

Su época dorada fue, sin duda, la que coincidió con la etapa de Ramón Mendoza Fontela como presidente del Real Madrid.  Noches inolvidables donde el autor confiesa haber llorado de risa en alguna ocasión.  Para quienes precisen una dosis de recuerdo del entrañable Butanito, aquí podeis ver su extraordinaria entrevista con Jesús Quintero, censurada por Televisión Española en 2007, de manera sorprendente dada la caña que daba a Aznar y a Rajoy aunque quizá menos si pensamos que el verdaderamente despedazado era Florentino Pérez.

El caso es que, al margen de la nostalgia, todo han sido sorpresas en el reencuentro con nuestra palabra de hoy. En primer lugar, descubrimos que el vocablo aparece recogido en el Diccionario de la Real Academia Española, que le atribuye el significado de "persona que, sin prestar servicios efectivos, percibe uno o más sueldos". Como se ve, la cercanía con la idea de "llevárselo calentito" es muy notable.

Pero los descubrimientos no quedaron allí. El artículo que el Wikcionario dedica al término, además de contener una definición más amplia y aquilatada que la del propio DRAE ("persona que obtiene rentas sin prestar el trabajo correspondiente o, más generalmente, sin merecerlas"), nos ofrece dos citas dignas de mención.

Junto a una de Benito Pérez Galdós en su obra "El Doctor Centeno" de 1883, se encuentra otra de Sabino Arana que por su interés reproducimos a continuación:

El liberalismo que somete a todos los pueblos a la unidad constitucional, engendra toda esa pléyade de maketos (sic), verdaderos chupópteros que nos sacan la sangre y nos deshonran.

Aunque la cita no aparece correctamente referenciada, no cabe la menor duda de que salió de la pluma del orate de Abando. Su obra disparatada y abundante (a pesar de que, en su inmensa sabiduría, Dios se lo llevara con sólo 38 años) merecería un lugar destacado en cualquier antología humorística del siglo XIX si no fuera por lo que originó con el tiempo.

Pero dejemos a un lado a este siniestro sujeto y volvamos a lo nuestro. A la hora de expresar en inglés la idea del chupóptero, podemos utilizar varias alternativas. En primer lugar tenemos leech (literalmente "sanguijuela"), que utiliza la imagen de este animal y por ello el concepto de chupar la sangre. Incidentalmente, esta palabra y la relacionada leecher son de uso frecuente en inglés para referirse de forma más o menos técnica a diversas formas de parasitismo en internet y en general en informática.

En esta línea, tenemos también la más básica bloodsucker ("chupasangre") y las más interesantes sponge y sponger que pueden utilizarse de manera bastante precisa para referirse a alguien que vive del trabajo de otros.

Ejemplos prácticos:
  • El país ya no puede permitirse tantos chupópteros en las administraciones autonómicas. The country can no longer afford so many leeches in the regional governments.
  • Su hermano es un auténtico chupóptero: con más de 40 palos sigue en casa de sus padres, viviendo como un cura. His brother is a real sponge: well into his 40s he still lives at his parents', leading the life of Riley.

lunes, 29 de octubre de 2012

Hacer el paripé +

Abordamos hoy uno de los conceptos esenciales de la vida profesional contemporánea, una actividad que define como casi ninguna otra el devenir cotidiano en la oficina moderna. Efectivamente, "hacer el paripé" constituye casi una filosofía de vida para numerosos profesionales que han convertido en un arte la noble tarea de escaquearse de alguna labor, generalmente de perfil marronil en su variante apocalíptica, sin que nadie se dé cuenta y, mejor aún, simulando trabajar con denuedo en la misma.

Quizá no esté de más indagar en el significado y origen de la expresión en castellano antes de ensayar su transposición al inglés. El Diccionario de la Real Academia Española define paripé como "fingimiento, simulación o acto hipócrita" y sitúa el origen de la palabra en el caló, la lengua gitana donde "paruipén" equivale al parecer a cambio o trueque. Si bien la definición que el DRAE nos ofrece para hacer el paripé ("presumir, darse tono") no está muy alineada con su uso moderno, en el Diccionario de Uso del Español de María Moliner si encontramos recogida la acepción que nos interesa: "hacer algo para cubrir las apariencias".

Cuando en la oficina moderna decimos que alguien "hace el paripé" nos referimos precisamente a que simula realizar una tarea o poner interés en la misma cuando en realidad no hace nada, o, al menos, nada distinto a enviar o contestar correos electrónicos sobre el asunto, generalmente a horas intempestivas que pretenden subrayar su compromiso o dedicación. Esta actitud suele inscribirse en conductas mucho más complejas, generalmente de carácter abiertamente patológico, que parten de la suposición, acertada las más de las veces, de que la labor asignada no resulta crítica para el conjunto del proyecto en cuestión, por lo que el éxito o fracaso del mismo vendrá determinado por otros factores o, directamente, por el azar.

En inglés podemos intentar transmitir esta idea utilizando la expresión to go through the motions (algo así como "hacer los movimientos") que denota que se realiza una labor sin poner demasiado interés o compromiso en la misma. Conviene notar, en todo caso, que el principal elemento en la expresión inglesa es precisamente la falta de interés mientras que en castellano es el disimulo o la intención de escaquearse lo que predomina.

Así, el Cambridge Idioms Dictionary define esta locución como "hacer algo porque se espera que lo hagas sin querer realmente hacerlo" ("to do something because you are expected to do it and not because you want to").  El McGraw-Hill Dictionary of American Idioms and Phrasal Verbs, por su parte, le asigna el valor de "intentar de forma tibia completar algo; hacer algo con falta de sinceridad o de forma superficial" ("to make a feeble effort to do something; to do something insincerely or in cursory fashion").

Ejemplos prácticos:
  • Después de todo el lío, se supone que Pablo está buscando una solución pero se limita a hacer el paripé. After all the fuss, Pablo is supposed to be looking for a solution but he is just going through the motions.
  • Desde que supo que volvía a España en diciembre se dedicó a hacer el paripé y dejó pasar muchas operaciones. Ever since he learnt that he was returning to Spain in December, he went through the motions and missed out on many deals.

lunes, 22 de octubre de 2012

Poner los pelos como escarpias

La oficina moderna es escenario de situaciones que, en ocasiones, generan una inquietud cercana al miedo cuando no se inscriben abiertamente en la categoría de lo terrorífico.  Ya nos hemos referido aquí al profuso uso en nuestras empresas de términos como "espeluznante", "pavoroso" o "sobrecogedor", proponiendo además algunas alternativas para su traducción en inglés.  Mención aparte merece, por supuesto, el término "acojonante", al que dedicamos hace tiempo una entrada singularmente profusa en la que glosamos sus distintos valores, entre ellos los relacionados con el miedo.

Estos acontecimientos que mueven al sobrecogimiento alcanzan quizá su máxima expresión en aquellas situaciones en las que decimos que algo "nos puso los pelos de punta", refiréndonos a una reacción fisiológica universalmente asociada con el terror.  Nótese que la palabra "horripilante" no es sino el término técnico que denota esta reacción.

Efectivamente, al referirse a "ponerse los pelos de punta", el Diccionario de la Real Academia Española, luego de hacer mención a la reacción física genérica ("erizársele el cabello por frío o por alguna otra circunstancia"), se refiere al sentido que hoy nos ocupa ("sentir gran pavor").  Lo cierto es que, como nos recuerda el Diccionario de Uso del Español de María Moliner, el uso es casi siempre hiperbólico.

Esta exageración da un paso más en la variante de la expresión que titula nuestra entrada de hoy y que es de uso muy frecuente y coloquial en nuestras oficinas.  Efectivamente, "poner los pelos como escarpias" incorpora un elemento comparativo con una referencia ciertamente extraña, dado que la asociación de pelos y escarpias no resulta nada evidente.  Sin embargo, la yuxtaposición de ambos elementos resulta muy efectiva para subrayar el mensaje.

Dado el origen fisiológico de la expresión, no sorprenderá que la imagen a la que recurramos en inglés sea muy similar.  La locución inglesa to make one's hair stand on end viene a equivaler casi literalmente con nuestro "poner los pelos de punta".  El Cambridge Advanced Learner's Dictionary la asocia únicamente con el pánico (to make someone very frightened", "asustar mucho a alguien").  Existe también una locución similar que es más específica en cuanto al lugar donde se eriza el pelo: to make one's hair stand up on the back of one's neck.

En este contexto, cuando nos referimos aunque sea exageradamente a situaciones de miedo cercano a lo cerval, también podemos recurrir a la locución verbal to give the creeps, a la que ya nos referimos en la entrada dedicada a la singular expresión "dar yuyu".

Conviene quizá que nos refiramos hoy también a una expresión con un sentido muy similar.  Se trata de "poner la carne de gallina", locución sobre la que el DUE indica que se emplea hiperbólicamente con el valor de "aterrorizar" o "impresionarse mucho".  La referencia a la "carne de gallina" se debe, según el mismo diccionario, al "aspecto que toma la piel de las personas, semejante a la de un ave pelada, por efecto del frío o del miedo".   Sin embargo, con independencia del relacionado directamente con el frío, el uso común de esta expresión está más bien vinculado a una impresión o una emoción singularmente fuertes y no necesariamente con el miedo, por lo que tiene connotaciones más neutras o incluso positivas.

Para trasladar este valor al inglés, podemos recurrir a la locución to get goose bumps, que recurre a una imagen muy similar sólo que sustituye la gallina española por el ganso.   Equivalentes a nuestra "carne de gallina", estos goose bumps, que también podemos encontrar como goose pimples o incluso goose flesh, pueden igualmente ser originados por el frío, el miedo o la excitación.  Como ocurre en castellano el uso de esta expresión es más neutro y puede asociarse con situaciones que no sean necesariamente traumáticas.

Ejemplos prácticos:
  • Los funcionarios del Tesoro reconocen la validez de esos argumentos pero la posibilidad de un rescate total a España le sigue poniendo a todo el mundo los pelos de punta.  Officials at the Treasury recognise the validity of that argument, but the prospect of a full Spanish bail-out still makes everyone's hair stand on end.
  • He oído historias sobre su entusiasmo a la hora de recortar gastos; cosas que hacen que se te pongan los pelos como escarpias.  I've been hearing stories about his cost-cutting zeal; things to make your hair stand on end.
  • Cuando tocaron aquella vieja canción en el concierto, se me puso la carne de gallina porque me trajo muchos recuerdos.  When they played that old song at the concert I got goose bumps because it brought back so many memories.

viernes, 19 de octubre de 2012

Despacharse a gusto +

El Diccionario de la Real Academia Española contiene entre las acepciones del verbo "despachar" la de "decir una persona lo que le viene en gana", ilustrándola con el ejemplo siguiente: "se despachó a gustó".  En la misma línea, el Diccionario de Uso del Español nos indica que el uso pronominal de este verbo seguido de las preposiciones "con" o "contra" equivale a "hablar sin contención contra algo o alguien", indicando también que generalmente lleva el complemento "a gusto".

Así definida, "despacharse a gusto" es expresión de connotaciones algo rancias en nuestros tiempos y ha sido sustituida en el uso común por el verbo "rajar" y su variante, aún más coloquial, "pegarse una rajada".  Este verbo tiene frecuentemente el simple valor de "hablar mucho" pero también significa "hablar mal de alguien, desacreditarlo", tal como igualmente recoge el DRAE.

Estos términos, sin embargo, incorporan en opinión del autor algunos elementos que no hacen aconsejable su uso indistinto.  Efectivamente, en el uso habitual de "rajar" concurre una componente de crítica hacia terceros que en la locución que hoy abordamos no es elemento esencial aunque sí frecuente. Además, podemos "despacharnos a gusto" directamente con alguien; es decir, decirle a la cara a alguien lo que pensamos de él.  Por el contrario, cuando "rajamos" nunca es en presencia de las personas contra las que se dirigen nuestras invectivas.

Acotado el concepto, es evidente que la castigada salud mental de los profesionales que pueblan la oficina moderna mejoraría sin duda si pudieran despacharse a gusto de cuando en cuando. Esta tentación, que generaría momentos de notable tensión dramática en nuestras empresas, debe sin embargo combatirse si queremos mantenernos en la menguante columna de los empleados.

Suele bastar con una mirada rápida a la fotografía familiar de la mesa de trabajo (metáfora apenas velada de la hipoteca, según los más avezados seguidores de la Escuela de Viena) para recuperar la sensatez suicida que precisa todo asalariado para seguir en su puesto. En casos desesperados, y para evitar males mayores, puede recurrirse a mascullar las imperecederas palabras "Mariano, que te pierdes", versión laboral del clásico "Papá, no corras" que adornó los salpicaderos de una generación de españoles.

En todo caso, si queremos expresar en inglés este concepto de decir lo que nos parezca sin miramientos, podemos utilizar la expresión to give someone a piece of one's mind (literalmente, "dar a alguien un trozo de nuestra mente"), definida en el Cambridge Advanced Learner's Dictionary como "hablar con enfado a alguien sobre algo que ha hecho mal" ("to speak angrily to someone about something they have done wrong").

En aquellos casos en que queramos enfatizar la violencia verbal del ataque podemos emplear también la construcción to let someone have it, definida en el mismo diccionario como "atacar a alguien verbal o físicamente".

Cuando, por el contrario, el elemento que deseamos subrayar al emplear "despacharse a gusto" sea la franqueza con la que se expresó alguien sin importarle las opiniones o sensibilidades ajenas, podemos recurrir a la locución to speak one's mind.

Ejemplos prácticos:
  • Cuando se negó a llamar al cliente para arreglar el problema, me despaché a gusto con él y casi llegamos a las manos. After he refused to call the client to solve the problem, I gave him a piece of my mind and it almost came to blows.
  • Si llegan tarde otra vez, me voy a despachar a gusto con ellas.  If they are late again, I am gonna let them have it.
  • Sabía que sus amigas eran una pandilla de rogelias pero me despaché a gusto sobre Zapatero. I knew her friends were a bunch of lefties but I spoke my mind about Zapatero.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Radio Macuto +

Ilustración de Pilar Chauca
La entrada de hoy incorpora una novedad bastante especial para el autor.  Por primera vez, tras dos años de utilizar imágenes "prestadas", publicamos hoy una ilustración original diseñada especialmente para nuestro blog.  Creo que Pilar Chauca, nuestra "artista invitada", ha captado muy bien el objetivo y la línea de las ilustraciones que acompañan estas páginas.  En las próximas semanas irán apareciendo algunas otras muestras de su trabajo.

Ya nos hemos referido, cuando tratamos la expresión saber de buena tinta, a las dificultades que encuentra la información para fluir de forma eficiente en la empresa moderna. En efecto, al bombardeo incesante de información superflua, cuando no abiertamente falsa, se contrapone la falta de transparencia y el secretismo en relación con los asuntos verdaderamente relevantes. Particular mención merecen, en cuanto a la ausencia de información puntual y fiable, los dos grandes temas que caracterizan en estos tiempos el devenir de cualquier compañía mercantil: la retribución y las reorganizaciones.

En este contexto, no es de extrañar que sean frecuentes las referencias a "Radio Macuto", ese canal informal por el que la información fluye de persona a persona, distorsionándose progresivamente hasta situarse a medio camino entre el rumor y la fantasía, con derivas insidiosas en muchos casos. Si bien el origen de la información suele ser bastante fidedigno, cada nuevo transmisor va incorporando a la misma su sesgo personal (y generalmente sus peores temores), convirtiendo pronto el mensaje en una mescolanza casi indescifrable.

Es indicativo del triste sino del empleado moderno que el término tenga su origen en la vida militar más arrastrada, la del recluta preocupado por los rumores sobre su próximo permiso o destino. En estos tiempos en que las jóvenes generaciones ya no han conocido la milicia en ninguna de sus formas, han surgido algunas otras expresiones similares, como Radio Patio, que carecen del sabor sórdido y cutre de la original pero evocan la misma idea.

Apuntemos también que, si bien Radio Macuto emite en todos los ámbitos de la empresa, su señal es más fuerte en los cuartos de baño, frente a la fuente del agua y, curiosamente, dentro de los ascensores, especialmente por las tardes.  La lamentable práctica moderna de fumar en el exterior de los edificios ha dado lugar también a un foro singularmente activo en lo tocante a la difusión del rumor y la elucubración.

El inglés nos ofrece una locución con un significado similar: heard through the grapevine, que podría traducirse como "oído a través de la vid" o, menos literalmente, "oído en la viña". La expresión se originó en los Estados Unidos en el siglo XIX y venía a contraponer la información que viajaba a través del telégrafo, novedoso por aquel entonces, y la que se transmitía en el ámbito rural de forma informal pero muchas veces más rápida.  En el Reino Unido, es más frecuente escuchar la expresión con la preposición on en lugar de through, manteniendo el mismo significado.

El legendario Marvin Gaye hizo famosa en los años sesenta una canción titulada precisamente "I Heard It Through the Grapevine", que podéis escuchar aquí, al tiempo que leéis su letra ilustrativa.



Ejemplos prácticos:
  • Hacía meses que Radio Macuto decía que ya le habían nombrado, pero tardaron meses en hacerlo oficial. Everyone had heard through the grapevine that he had already been appointed but it took them months to make it public.
  • Radio Macuto dice que van a echar a tres de su departamento y después lo van a fusionar con el mío. I have heard on the grapevine that they plan to sack three people in his department before merging it with mine.

lunes, 15 de octubre de 2012

Poner puertas al campo

En numerosas ocasiones hemos hecho notar la inutilidad de muchas de las acciones que se plantean o, más infrecuentemente, se ejecutan en la oficina moderna.  El carácter inane de su propósito, casi siempre evidente o al menos sospechoso, no es óbice para que los empleados se afanen de forma frenética en su labor y aún se decepcionen al no conseguir su finalidad.  Y es que la tibieza, como se sabe, es pecado imperdonable en nuestras empresas.

No debe sorprender, por ello, que se aborden cada día tareas absolutamente inútiles, debido a la propia magnitud de las mismas o a la manifiesta dificultad para completarlas con éxito.  Decimos en esos casos que intentamos "poner puertas al campo", empleando una muy gráfica locución sobre la que el Diccionario de la Real Academia Española nos indica que se emplea "para dar a entender la imposibilidad de poner límites a lo que no los admite."  Mucho más útiles, en este caso, resultan las definiciones que nos propone Mª Leonisa Casado Conde en "¡ Se Dice Pronto !": "hacer algo absolutamente inútil, que no sirve para nada" y "emplear tiempo y esfuerzo en hacer cosas que de antemano sabemos que están abocadas al fracaso".

Si el castellano emplea una imagen propia de tierra adentro, el inglés opta, como suele ocurrir, por una expresión de resonancias marineras para expresar la misma idea.  Se trata de to stem the tide, que podría traducirse como "frenar la marea" y que podemos encontrar en ocasiones con la palabra wave ("ola") en lugar de tide.   La expresión quiere decir genéricamente evitar que algo malo se expanda más y no incorpora, al menos directamente, una connotación de inutilidad.  Sin embargo, en función del contexto o de la construcción de la frase, podemos emplearla con un sentido similar al de la expresión española.

Conviene notar finalmente que, como otras muchas hazañas otrora impensables, "frenar la marea" ya no está fuera del alcance del hombre.  El ejemplo más espectacular de los avances de la técnica para domeñar los avances del mar es quizá la Barrera del Támesis en Londres, que hoy ilustra nuestra entrada.

Ejemplos prácticos:
  • Las distintas restricciones a las ventas en corto comparten su inutilidad para poner puertas al campo de la especulación aunque sí afectan de forma duradera a la liquidez del mercado.  The different short-selling restrictions share their ineffectiveness to stem the tide of speculation although they do make a lasting effect in the market's liquidity.
  • Por mucho que los gobiernos intenten poner puertas al campo, la mayoría de la gente seguirá compartiendo conocimientos, cultura e información en internet.  The governments may try to stem the tide but most people will go on sharing knowledge, culture and information on the internet.

lunes, 8 de octubre de 2012

Pataleta

Podría pensarse que las muchas patologías laborales de la oficina moderna, reflejadas con profusión en estas páginas, son indefectiblemente producto de la doblez y el afán por medrar.  Sin embargo, no puede negarse que, con alguna frecuencia, asistimos en nuestras empresas a comportamientos que más bien se podrían calificar como pueriles, muy alejados de todo cálculo y emparentados con los instintos más básicos de las personas.

Singularmente notables entre estas actuaciones, resultan los enfados desproporcionados y extemporáneos, generalmente provocados por nimiedades y que, lejos de resultar útiles, dejan a quien los protagoniza en una posición bochornosa.   No pocos profesionales los experimentan en su entorno laboral, especialmente cuando no se les concede lo que demandan, conduciéndose como niños consentidos que no pueden aceptar que sus apetencias se vean contrariadas.

Para referirnos a estos pueriles enfados empleamos con frecuencia el termino "pataleta", generalmente con los verbos "coger", "agarrar" o "pillar" en sus formas reflexivas.  El uso habitual de la expresión en la oficina moderna trae causa de la tercera acepción que para el verbo "patalear" ofrece el Diccionario de Uso del Español:  "agitar las piernas, como hacen a veces los niños".  El Diccionario de la Real Academia Española, por su parte, define "pataleta" como "convulsión, especialmente cuando se cree que es fingida" y también, de forma más genérica como "disgusto, enfado".

Dado su carácter histérico, también nos podemos referir a estos enfados como "rabietas", empleando un vocablo que el Diccionario de la Real Academia Española define de forma muy precisa como "impaciencia, enfado o enojo grande, especialmente cuando se toma por leve motivo y dura poco".

En inglés británico existe una expresión de resonancias infantiles que podemos emplear con un sentido muy parecido.  Se trata de to throw the toys out of the pram ("tirar los juguetes fuera del carrito") que también podemos encontrar en la variante que, en lugar de pram, emplea la palabra cot, esa cuna-parque infantil con barrotes donde suelen pasar sus días y sus noches los bebes y niños pequeños.  Existen otras expresiones que juegan con conceptos parecidos (to throw the dolly out of the pram, to spit the dummy) pero su uso es mucho menos común.

Sin resonancias infantiles tan evidentes, pero con el mismo sentido, podemos recurrir también a  la palabra tantrum, definida por el Cambridge Advanced Learner's Dictionary como "a sudden period of uncontrolled anger like a young child's" ("un momento repentino de rabia incontrolada como el de un niño pequeño").

Ejemplos prácticos:
  • Cuando rechazaron su plan de negocio, se pilló una pataleta enorme y llegó a amenazar con dimitir.  When his business plan was rejected, he threw the toys out of the pram and threatened to resign.
  • Tuvimos una escena bochornosa al facturar.  Le dijeron que no quedaban asientos de pasillo y se agarró una rabieta delante de los clientes.  We had the most akward situation when checking-in.  They told him there were no aisle seats available and he threw a tantrum in front of our clients.

lunes, 1 de octubre de 2012

Irse de rositas +

En la oficina moderna, uno de los elementos que más enervan a las personas de bien es la habilidad de algunos individuos para eludir toda responsabilidad por sus obras u omisiones. Decimos de ellos que se "van de rositas" cuando la justicia, al menos en su variante poética, exigiría que enfrentaran las consecuencias negativas de su conducta.

El Diccionario de Uso del Español de María Moliner nos indica que la locución adverbial "de rositas" suele aplicarse a la manera de hacer u obtener algo, generalmente en frases negativas, con el sentido de "sin esfuerzo o sin molestias".  La expresión figura también en el Diccionario Fraseológico Documentado del Español Actual, de Seco, Andrés y Ramos, donde se le da la siguiente definición: "sin pagar lo que se debe o sin recibir el castigo merecido".

Es evidente que las rosas llevan aparejadas connotaciones positivas, que no son exclusivas de nuestro idioma. El uso del diminutivo en este caso incorpora una dimensión crítica (o, en ocasiones, más bien envidiosa) frente a la conducta de quien consigue efectivamente salir sin costo alguno de una situación comprometida en la que debería haber cargado con consecuencias molestas o incluso con un castigo merecido.

Si queremos expresar esta idea en inglés podemos utilizar la expresión to get away with something que incorpora el significado de hacer algo malo y que no nos pillen ni nos ocurra nada por ello.   El Cambridge Advanced Learner's Dictionary define la expresión como "escapar de la censura o el castigo cuando has hecho algo malo o evitar el daño o la crítica por algo que has hecho" ("to escape blame or punishment when you do something wrong, or to avoid harm or criticism for something you did").

Ejemplos prácticos:
  • Aunque sus errores provocaron casi todas las desviaciones de costes, se las apañó para salir de rositas. Although his mistakes caused most of the cost overruns he somehow managed to get away with it.
  • Había manipulado la contabilidad durante años pero le trasladaron justo antes de la inspección de hacienda y se fue de rositas. He had been cooking the books for years but he was transferred just before the tax audit and got away with it.