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miércoles, 25 de abril de 2012

En el último momento +

Al igual que los minutos más propicios en el fútbol para el gol son los últimos del partido (y el interminable tiempo añadido, como sabemos los sufridos seguidores rojiblancos), en la oficina moderna muchas cosas ocurren o aparecen sólo en el último momento.

Cuando se trata de terminar un trabajo o entregar una propuesta, la capacidad de aceleración de las organizaciones en los momentos previos a la hora o fecha límite sólo es comparable a la de los más avanzados aviones supersónicos. La heroicidad de la fase final es directamente proporcional a la indolencia con la que se ha abordado la tarea en las fases anteriores y el orden de magnitud tiende a ser alto.

También resulta notable la cantidad de eventos desagradables (impresoras que no funcionan, problemas operativos no previstos, desviaciones presupuestarias) que tienden a aparecer únicamente a última hora. Más bien podría decirse que es sólo én el último momento cuando su presencia no puede silenciarse por más tiempo.

Para referirnos a este "último momento" en inglés podemos utilizar la expresión at the eleventh hour (en la hora undécima, con el significado de "en la última hora"). La expresión tiene su origen en el Nuevo Testamento, concretamente en la parabola de los viñadores (Mateo 20, 1-16), donde los contratados en la última hora reciben el mismo pago que los que trabajaron todo el día, para escándalo de estos. La enseñanza final, como sabrán todos los lectores píos y aún los meramente cultos, es que los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.

Disponemos también de otras expresiones útiles como el equivalente literal de la española, at the last moment/minute y la más interesante in the nick of time, sobre cuyo origen y matices podéis profundizar en esta entrada de www.phrases.org.uk.

Ejemplos prácticos:
  • Todo iba como la seda pero en el último momento sus abogados de Londres no aceptaron el contrato que ya habíamos acordado con ellos. Everything was running smoothly but at the eleventh hour their London lawyers didn't accept the contract we had already agreed with them.
  • Estoy harto de la gente que sólo saca sus objeciones en el último momento. I am fed up with people who only come up with their objections at the eleventh hour.
  • Me las apañé para rematar la presentación para la reunión de sistemas en el último momento.  I managed to hammer out the presentation for the IT meeting in the nick of time.

miércoles, 18 de abril de 2012

Salir el tiro por la culata +

En estos tiempos, en los que ya no es que no sepamos por donde van los tiros sino ni siquiera de donde salen, quizá resulte interesante intentar expresar esta idea en inglés.

El Diccionario de la Real Academia Española define la locución verbal "salir el tiro por la culata" como "dar resultado contrario del que se pretendía o deseaba".  De forma más precisa, el Diccionario de Uso del Español de María Moliner, por su parte, asigna a la expresión el valor de "recibir alguien un daño cuando pensaba causarlo u obtener un beneficio".

Nos encontramos, efectivamente, en la circunstancia de que la acción con la que pretendíamos perjudicar a otro se vuelve en nuestra contra y somos nosotros los dañados.  No sorprenderá que sea este un concepto de gran actualidad en la oficina moderna, dada la frecuencia con la que se perpetran en la misma acciones abominables contra los intereses ajenos, mayor incluso que con las que se abordan las que benefician los propios.

En inglés podemos expresar esta misma idea de manera muy precisa con el sencillo verbo to backfire, cuyo sentido es idéntico al de nuestra locución, empleando además la misma imagen.  Poniéndonos algo más exóticos, podemos recurrir también a la referencia al boomerang, que se vuelve hacia su lanzador.

Existe también en la lengua inglesa una expresión más alambicada y antigua (Shakesperare la utilizó al parecer en Hamlet en 1602) de parecidas connotaciones: hoist with one's own petard.  Podría traducirse como "levantado por su propio petardo", refiriéndose a un ingenio explosivo que se usaba en la edad media y la primera edad moderna para derribar muros o puertas de castillos o fortalezas. La idea, como se ve, es la misma: resultar dañado por el instrumento o la acción que utilizábamos para atacar a otros.  El Cambridge Dictionary of Idioms define la expersión como "to be harmed by something that was intended by you to harm someone else" ("ser dañado por algo con lo que intentabas dañar a otra persona").

Ejemplos prácticos:
  • Te puede salir el tiro por la culata con algo así si no te andas con cuidado.  Something like that could easily backfire on you if you're not careful.
  • Le avisé de que si decidía reabrir la cuestión le podía salir el tiro por la culata.  I warned him that his decision to reopen the issue could boomerang.
  • Manuel lo intentó todo para que el proyecto no saliera pero le salió el tiro por la culata y acabó teniéndose que ir a México un año para lanzarlo. Manuel tried very hard to derail the project but he was hoist by his own petard and ended up spending a year in Mexico for the launch.
  • Clegg intentó jugar a dos bandas pero al final le salió el tiro por la culata y tuvo que aceptar la propuesta de Cameron. Clegg tried to play the field but in the end was hoist by his own petard and had to accept Cameron's proposal.

lunes, 16 de abril de 2012

Estar al loro +

Han pasado ya muchos años desde que Enrique Tierno Galván, en pleno esplendor de la llamada "movida madrileña", pretendió ser ocurrente y moderno y dijo aquello de "el que no esté colocado, que se coloque y al loro", dando carta de naturaleza a una expresión muy en boga en aquel entonces.

El alcalde, conocido variablemente como "El Viejo Profesor", "El Beodo" o incluso "La Víbora con Cataratas" como le llamaba Alfonso Guerra, se ha convertido con los años en una figura legendaria en Madrid.   Mucho más después de ser sucedido en el cargo por sujetos de la catadura intelectual y moral de Juan Barranco y José María Álvarez del Manzano. Lo de Alberto Ruiz Gallardón entraba ya dentro del terreno de lo inefable pero el reciente acceso a la alcaldía de Ana Botella ha situado a nuestra capital en una nueva dimensión del disparate.

En todo caso, la expresión "al loro", que nunca llegó a ser incorporada al Diccionario de la Real Academia Española, está ya bastante pasada de moda y suena incluso un poco rancia, el tipo de frase que dicen los padres para hacerse los guays (aunque no ha llegado al extremo de "molar" que ya prácticamente sólo usan los niños).  Se sigue empleando con el sentido de estar atento o alerta, o también bien informado, valores que recoge de forma genérica la definición contenida en el Diccionario de Uso del Español de María Moliner ("estar al tanto de lo que pasa").

El último sentido apuntado (estar bien informado) es el más cercano al origen de la expresión, al parecer carcelario.  Hace referencia al hecho de que los presos que oían la radio ("el loro", en equivalencia que también recoge el DUE) estaban bien informados de lo que pasaba en el exterior.

El inglés tiende a utilizar referencias deportivas para expresar la idea de estar atentos a lo que ocurre o concentrados en nuestra labor. Las mismas inciden en la necesidad de mantenernos centrados en la pelota durante el partido: to keep an eye on the ball o to be on the ball.


Ejemplos prácticos:
  • Aunque haya aceptado el borrador, estate al loro porque Juan te la va intentar meter doblada hasta el final. Even if he has accepted the draft, keep an eye on the ball because Juan will keep trying to put one on over you.
  • Si no está al loro durante las reuniones del bonus, nos van a dar por culo otra vez. If he is not on the ball during the bonus meetings, we are going to get screwed again.

viernes, 13 de abril de 2012

Llevarse al huerto +

Tras la más inmediata ("seducir sexualmente"),el Diccionario de la Real Academia Española nos ofrece una segunda acepción, más genérica, para nuestra expresión de hoy ("lograr convencer").  La misma no incorpora un elemento importante en su uso moderno, como es el engaño o la mala fe, también ausentes en la definición del Diccionario de Uso del Español ("conseguir alguien que otro accede a sus pretensiones").   Sin embargo, en el empleo habitual de la expresión, cuando decimos que nos hemos llevado a alguien al huerto denotamos claramente que le hemos engañado, matiz que si recogen definiciones más antiguas, entre ellas la contenida en el Diccionario de Autoridades.

Se suele situar el origen de la expresión en "La Celestina", donde Melibea es llevada al huerto en sentido literal y figurado por las artimañas de la alcahueta, aunque es probable que ya esta obra reflejara una fórmula común en la época. No faltan quienes apuntan otros posibles origenes (incluso la traición de Judas Iscariote en el Huerto de los Olivos) pero parece claro que el huerto ha jugado desde tiempo inmemorial un papel destacado en la imaginería lúbrica popular.

Destacado pero no exclusivo pues existen otros muchos lugares que también han merecido la atención de los hablantes de nuestro muy calenturiento idioma (¿ qué otro emplea con tanta profusión referencia genitales y aún lúbricas ?).   Los parajes rurales siempre han sido muy transitados, como ilustra, por ejemplo, el conocido poema "La Casada Infiel" de Federico García Lorca.  Poema, por cierto, que dio lugar años después a una singular coplilla que refleja el moderno relajamiento de las costumbres: "Y yo me la lleve al río, creyendo que era mozuela.  Y resultó ser un tío que por poco me la cuela".

No cabe duda, al margen de esta licencia, de que, por mucho que la historia nos haya separado, los pueblos español e inglés compartimos un acervo cultural bastante próximo. No es de extrañar, por ello, que la lengua inglesa haya incorporado una expresión muy semejante a la que nos ocupa: to lead someone up the garden path (literamente, "conducir a alguien por el camino del jardín").  El Cambridge Dictionary of Idioms define la expresión simplemente como "engañar a alguien" ("to deceive someone").

Podemos, por ello, recurrir también a algunas de las expresiones que apuntábamos cuando tratamos las expresión "meter un gol" o, más recientemente, "meterla doblada", como to put one on over someone.

Ejemplos prácticos:
  • Durante la negociación utilizaron todo tipo de trampas para llevarnos al huerto. During the negotiations, they tried every trick in the book to lead us up the garden path.
  • No querían firmar el acuerdo sin consultar otra vez con sus abogados pero al final nos los llevamos al huerto. They didn't want to sign the agreement without consulting their lawyers again but in the end we led them up the garden path.

lunes, 9 de abril de 2012

Cortar las alas

Hace un par de semanas nos referíamos a la frecuente necesidad de "atar corto" a determinadas personas, cuyas tendencias díscolas podían poner en peligro los frágiles equilibrios que permiten la supervivencia en la oficina moderna.  Hay ocasiones en que esta urgencia es sobrevenida pues alguien, hasta entonces prudente o responsable, comienza a excederse en el ejercicio de sus funciones o competencias.

Decimos en esos casos que es preciso "cortarle las alas", recurriendo a la proverbial asociación de éstas con la idea de la libertad.  El Diccionario de la Real Academia Española recoge tres acepciones próximas para la locución verbal "cortar las alas a alguien".  La primera de ellas ("quitarle el ánimo o aliento cuando intenta ejecutar o pretende algo") se sitúa próxima al valor de "quitar la ilusión" y resulta ciertamente inusual actualmente.  Las otras dos ("privarle de los medios con que cuenta para prosperar y engrandecerse" y "privarle del consentimiento y libertad que tiene para hacer su gusto") están conceptualmente muy cercanas y reflejan adecuadamente su uso común en la oficina moderna.

Efectivamente, y como se observa en las definiciones, el elemento distintivo de esta conducta es que la misma determina el final de una situación anterior en la que el sujeto pasivo disfrutaba de libertades y medios que ahora se le niegan.  Ha sido precisamente el supuesto mal uso que de los mismos se ha realizado el que determina que se tomen estas medidas que, según las circunstancias, pueden tener carácter punitivo o meramente preventivo.

La referencia a las alas aparece también en la expresión inglesa to clip someone's wings, que emplea igualmente la imagen de recortarlas para hacerlas inútiles para el vuelo.   El  McGraw-Hill Dictionary of American Idioms and Phrasal Verbs define la locución como "to restrain someone; to reduce or put an end to someone's privileges" ("refrenar a alguien; reducir o eliminar sus privilegios").  Todos los elementos de la expresión española concurren también en la inglesa que resulta, así, perfecta para trasladar a esa lengua el concepto.

Ejemplos prácticos:
  • Cada vez maltrataba más a los miembros de su equipo y el jefe de departamento tuvo que cortarle las alas.  His mistreatment of his team was getting worse and the head of the department had to clip his wings.
  • Al principio le dieron mucha más cancha que al anterior gestor de cuenta pero las cifras trimestrales empeoraron y en seguida le cortaron las alas.  At first he was given much more leeway than the previous account manager but the quarterly figures deteriorated and soon they clipped his wings.

miércoles, 4 de abril de 2012

Irse a la mierda +

Las habilidades lingüísticas de nuestros políticos son siempre motivo de sorpresa aunque, ciertamente, no de orgullo patrio. El inolvidable Aznar empezó hablando catalán en círculos íntimos y fue extendiendo cada vez más el rango de los idiomas que emplea en público con fluidez y desconocimiento, por utilizar la afortunada expresión con la que define el cocinero Abraham García sus propias prestaciones en la lengua francesa.

En el caso de Aznar, primero fue el propio catalán, para luego pasar al español norteamericano e incluso al italiano.  Hay que reconocer que sus discursos en inglés alcanzaron en algunos casos un nivel decoroso, que le permitió incluso disertar en la Universidad de Georgetown. Gracias a Dios, en algún momento decidió concentrar sus afanes en el tema abdominal, cediendo el testigo a Zapatero para que realizara su aportación personal a nuestra particular historia de la infamia lingüística.

Parece en todo caso que, pase lo que pase en nuestro incierto futuro político, la cosa no va a decaer. No hace mucho, cuando aún lideraba la oposición, Mariano Rajoy observó en un momento de singular inspiración y lucidez que la estrategia de Zapatero se había ido "al tacho", expresión que no pasó desapercibida para la prensa. Dada la formación del hoy Presidente de Gobierno, no cabe dudar de la corrección de esta inusitada expresión.  Efectivamente, el Diccionario de la Real Academia Española recoge esta locución con el valor que, sin duda, Rajoy pretendía expresar, esto es "fracasar, frustarse", situando su uso coloquial en Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay.

Convengamos, en todo caso, que esta expresión resulta extraña, si no abiertamente pedante, para el común de los españoles, que antes utilizaría en este contexto otras muchas.  Las opciones son casi infinitas, desde las más neutras ("irse al garete", "irse a la basura"), pasando por las sonoras pero aún modosas ("irse a la mierda" o su versión monjil "irse a la eme") y alcanzando las más zafias y, por ello, más frecuentes en la oficina moderna ("irse a tomar por culo" es la más común). Todas ellas y otras muchas se usan con el significado de frustrarse o estropearse algo y hacen aún más llamativo que Rajoy utilizara precisamente la referencia al tacho, salvo que quisiera indicarnos veladamente los paises hacia cuyos estándares económicos y sociales nos conducían las políticas de Zapatero.

El caso es que, como no podía ser de otra manera, en inglés también disponemos de numerosas formas para expresar esta idea. Una de la más coloquiales es to go down the drain (literalmente, "irse por el sumidero"), que suele utilizarse cuando las consecuencias económica del fracaso son sustanciosas. En esta línea, también podemos utilizar to go out of the the window ("caerse por la ventana") y to go to the dogs, esta última bastante suave y relacionada probablemente con el mundo de las carreras de galgos.

La mierda propiamente dicha también puede utilizarse como destino en inglés, to go to shit, y como siempre que utilizamos shit podemos colocarle un fucking delante si queremos cargar las tintas. Finalmente, podemos también hacer referencia al infierno, to go to hell, con una derivación curiosa de uso en los Estados Unidos, to go to hell in a handbasket ("irse al infierno en una canasta", con variantes con handcart y handbag), que ilustramos abajo.

Ejemplos prácticos:
  • Miliband cree que el sector público se irá al garete por los recortes presupuestarios. Miliband believes the public sector will go to the dogs because of the budget cuts.
  • Cuando decidieron cortar la financiación del proyecto, dos años de trabajo se fueron a la mierda. When they decided to cut the project's funding, two full years of work went down the drain.
  • Mis planes para el fin de semana se han ido a la mierda por el tiempo. My weekend plans have gone to shit because of the weather.




lunes, 2 de abril de 2012

Cuchitril

Las vicisitudes que depara la vida en la oficina moderna son frecuentemente inescrutables como los caminos del Señor, aunque quizá no tanto.  El autor, por ejemplo, ha visto en los últimos tiempos ampliado el ámbito de sus responsabilidades laborales hasta situarlo en territorios que sólo pueden calificarse de hercúleos.  Sin embargo, tan notable cambio ha llevado aparejado su traslado a un espacio de trabajo exiguo y sin ventanas.

Se asemeja el mismo a una dependencia, conocida como "el calabozo", que existía en otra empresa donde desarrolló su labor anteriormente y que servía para confinar a aquellos empleados a los que se les había dado un "período de gracia" para encontrar otra ocupación.  Hablamos, claro está, de tiempos anteriores a que el temor a ser denunciados por "mobbing" mitigara los instintos más básicos de muchos jefes.

En todo caso, solemos emplear el término "cuchitril" para referirnos a esas estancias lúgubres e inadecuadas para el desempeño profesional que con cierta frecuencia encontramos en nuestras oficinas.  El Diccionario de la Real Academia Española recoge el vocablo (y también el relacionado y más infrecuente "cochitril") y lo define como "habitación estrecha y desaseada".

Este desaseo, que también encontramos en la definición del María Moliner, nos sitúa sobre la pista del origen del término.  El Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana de Joan Coromines, luego de hacer notar que el origen de la voz es incierto, relaciona la misma con los corrales (cohortile en latín vulgar) y las pocilgas (llamadas hoy cochiqueras pero antiguamente "cochineras" e incluso "cocheras").

No es frecuente, sin embargo, que nos encontremos con problemas de higiene en las dependencias de nuestras oficinas, con la excepción, claro está, de los cuartos de baño.  En estos, todas las normas de la urbanidad y aún el decoro son despreciadas por individuos anónimos de apariencia refinada que convierten el lugar en un auténtico museo del horror.  Rendimos, por ello, desde aquí un sentido homenaje a las llamadas "señoras de la limpieza", que deben cada día enfrentarse a las consecuencias de la mala educación endémica en nuestro país.

Gracias a ellas, en todo caso, nuestras oficinas suelen estar razonablemente limpias por lo que el empleo del término "cuchitril" en el ámbito laboral está más bien relacionado con lo exiguo de una determinada estancia.  Sugerimos por ello centrarnos en este sentido a la hora de buscar una alternativa para trasladar la idea al inglés.

Esta lengua nos ofrece una singular expresión, no room to swing a cat, cuyo valor literal está próximo a "no hay sitio para mecer al gato".  El Cambridge Advanced Learner's Dictionary apunta lo siguiente sobre esta construcción:  "said about a place or space that is very small" ("se dice de un lugar o espacio que es muy pequeño").

El "gato" al que hace referencia la frase es probablemente el "gato de nueve colas" ("cat o' nine tails"), un latigo con el que se administraban los castigos corporales en la marina británica.  Linda y Roger Flavell, en su Dictionary of Idioms and Their Origins, no descartan otros orígenes aún más siniestros, vinculados con diversas formas de maltrato a auténticos gatos.

Podemos también emplear esta singular expresión para trasladar al inglés nuestra locución "no caber un alfiler" ("estar repleto de gente", según el DRAE), aunque en este caso no hacemos propiamente referencia a lo pequeño del espacio sino a lo concentración de personas en el mismo.  Hoy tendemos a emplear más frecuente la construcción informal "estaba petado" con este sentido.

Ejemplos prácticos:
  • Prefiero mil veces vivir en las afueras en un buen piso que en un apartamento céntrico que sea un cuchitril.  I'd much rather live in a nice flat in the suburbs than in an apartment downtown where you can't swing a cat.
  • Mi nuevo despacho es un auténtico cuchitril.  In my new office, there's not even room to swing a cat.
  • Llegamos un poco tarde al concierto y cuando entramos ya estaba petado.  We got to the concert a tad late and when we went in there was no room to swing a cat.