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miércoles, 25 de enero de 2012

Soltarse la melena

Atendemos hoy una reciente sugerencia de una de nuestras más antiguas seguidoras a través de facebook, quien no sólo transita con éxito las rutas del bilingüismo castellano-inglés más exigente, sino que se mueve con soltura en tres idiomas muy diferentes.

Si bien el Diccionario de la Real Academia Española no contiene la expresión "soltarse la melena", sí recoge la equivalente "soltarse el pelo", que define como "decidirse a hablar u obrar sin miramiento".  Más extensa resulta la definición que nos ofrece el Diccionario de Uso del Español:  "emprender una vida de disipación, tomar una actitud exagerada o desenfrenada en cualquier cosa o lanzarse a hablar u obrar sin miramientos".

Mucho más precisa y alineada con el uso actual de la expresión es la definición que nos propone Mª Leonisa Casado Conde en "¡ Se Dice Pronto !": "se dice de alguien, normalmente prudente o comedido, que se manifiesta inusualmente extrovertido y audaz en extremo".  Se observan así en esta conducta dos elementos sucesivos que la definen.  Una primera fase en la que el sujeto se comporta de manera habitual dentro de los parámetros convencionales y una segunda en la que adopta una actitud más desenvuelta.

En el uso actual de la expresión, es precisamente el contraste entre ambos comportamientos el elemento central de la misma, que no incorpora ningún elemento implícito de reproche o crítica, pese a lo que pueda deducirse de la muy remilgada definición del DUE que reproducimos más arriba.

El concepto tiene su origen en la costumbre de las mujeres europeas de llevar el pelo recogido en público, generalizada al menos desde el siglo XVII.  Era sólo en la intimidad donde podían soltarse el cabello y era éste, lógicamente, el entorno propicio para confidencias o comportamientos más naturales de lo que las convenciones sociales de la época exigían en público.

Dado su origen, no sorprende que la expresión equivalente en inglés sea exactamente idéntica: to let one's hair down.  El Cambridge Advanced Learner's Dictionary la define como "to allow yourself to behave much more freely than usual and enjoy yourself" ("comportarse de forma más libre de lo habitual y pasarlo bien").

Ejemplos prácticos:
  • Cuando cerramos la operación, organizaron una cena para que la gente se soltara el pelo después de tres meses de duro trabajo.  After the deal was closed, they organized a dinner for everyone involved to let their hair down after three months of really hard work.
  • Es un auténtico coñazo en la oficina, pero cuando va a seminarios se suelta la melena y disfruta de los eventos.  Incluso le ves en la pista de baile. He is a real bore in the office but when he goes to seminars he lets his hair down and enjoys the entertainment.  You can even spot him on the dance floor.

lunes, 23 de enero de 2012

Bajar los humos

Nos referíamos hace unos días a la tendencia de muchas personas a tener una opinión demasiado elevada de sí mismas, hasta el punto de llegar en ocasiones a "creerse los reyes del mambo".  Esta altanería necesita en ocasiones ser corregida severamente, tanto para evitar que pueda conducir a excesos, como en un puro ejercicio de autodefensa.

Nos referimos, como habrá advertido el lector avisado, a la noble práctica de "bajar los humos" a alguien.  El Diccionario de la Real Academia Española la define como "domar la altivez", sinónimo ésta de la altanería a la que antes nos referíamos (recoge el DRAE también la inusual "altiveza").   Muy distinta, y poco alineada con el uso habitual actual, es la definición que propone el Diccionario de Uso del Español de María Moliner y que simplemente lo hace equivaler a "humillar".

La locución verbal que podemos emplear en inglés para expresar esta idea es to take someone down a peg (or two), cuyo significado literal es "bajar a alguien un nivel (o dos)".  También podemos encontrar la expresión con los verbos to pull o to bring e incluso con to knock.  El Cambridge Advanced Learner's Dictionary define esta locución como "to show someone that they are not as important as they thought they were" (mostrar a alguien que no es tan importante como creía).

Es incierto el origen de la expresión, dado que las clavijas (pegs) tienen múltiples usos.  Algunas fuentes apuntan a que se refiere al sistema por el que se subían y bajaban las banderas en los barcos antiguos pero existen otras teorías.

Alternativamente, podemos también emplear la expresión to cut someone down to size (que podría traducirse libremente como "recortar a alguien hasta su verdadero tamaño").  El diccionario de Cambridge nos ofrece una definición casi idéntica a la anterior: "to show someone that they are not as clever or important as they think they are".

Ejemplos prácticos:
  • Ya va siendo hora de que alguien le baje los humos a ese gilipollas.  It's high time someone brings that asshole down a peg or two.
  • Me encantó ver como le bajaban los humos al United anoche aunque el Chelsea nos adelantara con la victoria.  Good to see United taken down a peg last evening even if it meant Chelsea are now ahead of us.
  • Cuando se incorporó a la empresa, se pensaba que lo sabía todo pero su jefa enseguida le bajó los humos.  When she first joined the company, she thought she knew everything, but her boss soon cut her down to size.

viernes, 20 de enero de 2012

Calzonazos +

La hombría de bien ("vestirse por los pies", como decía el legendario comunicador) es ciertamente un valor en decadencia en nuestra sociedad, con múltiples manifestaciones, a cual más lamentable. Una de ellas, la servil subordinación a la esposa (o, peor aún, a la llamada "pareja"), es fenómeno antiguo pero, en estos tiempos, sus implicaciones en el ámbito laboral son crecientes a la par que preocupantes.

En efecto, el calzonazos raramente ha aceptado su sumisión doméstica sin comprometer gravemente su equilibrio psicológico y emocional. Por ello, con frecuencia compensa en el ambiente laboral su vergonzante comportamiento familiar, donde la figura del buen padre de familia ha quedado sustituida por un pelele que saca la basura al descansillo.

Nos encontramos así con déspotas profesionales que se convierten en amedrentados corderillos al traspasar el umbral del hogar (o aún al oir sonar el móvil y ver en la pantalla el nombre de su cónyuge o figura asimilada). También, con jefes que permanecen en la oficina hasta horas intempestivas para retrasar el momento en que realicen la transición de líderes a subordinados de ínfima categoría.

El calzonazos es definido, con notable generosidad, por el Diccionario de la Real Academia Española como "hombre de carácter débil y condescendiente".  Más preciso y severo se muestra el Diccionario de Uso del Español de María Moliner que se refiere al "hombre que se deja dominar, particularmente por su mujer".

El concepto de calzonazos no, en todo caso, privativo de nuestra lengua pues, desgraciadamente, designa un tipo humano universal, retratado con profusión por la literatura y que tiene reflejo en conceptos similares en muchas lenguas.

El inglés nos ofrece también una pluralidad de alternativas para referirnos a tan lastimoso personaje. Proponemos hoy la muy gráfica henpecked (que podríamos traducir como "picoteado por la gallina")así como golpeado por el pico de la gallina) y la aún más evocadora pussy whipped (que renunciamos trasladar al castellano pues no resultaría imposible hacer justicia a la compleja imagen que evoca la expresión original).

Ejemplos prácticos:
  • Nos dijo que vendría a ver el partido con nosotros pero es tan calzonazos que le llamó su mujer y se fue de compras con ella y su hermana. He told us he would come to watch the game with us but he is so henpecked that his wife called him and he went shopping with her and her sister.
  • Es tan calzonazos que si va a llegar a casa después de las 8 tiene que pedir permiso a su mujer. He is so pussy whipped that he needs to ask for his wife's approval if he plans to get home after 8.
Pueden parecer ejemplos exagerados pero el autor ha visto cosas incluso peores. En fin, terminemos la glosa amarga de esta servidumbre con una sonrisa: en esta página podeis encontrar chistes breves en inglés sobre maridos calzonazos, algunos francamente brillantes.

miércoles, 18 de enero de 2012

Creerse el rey del mambo

Dámaso Pérez Prado fue uno de los más grandes músicos cubanos del pasado siglo.  Conocido como "El Rey del Mambo", no fue propiamente el creador de este género musical, surgido en La Habana en los años treinta y basado en el tradicional danzón cubano, pero sí el gran artífice de su difusión internacional.

Cuando en la oficina moderna decimos de alguien que "se cree el rey del mambo" queremos significar que tiene una opinión muy elevada de sí mismo y, especialmente, que se considera más importante en la organización de lo que realmente es.   En su muy recomendable libro "¡ Se Dice Pronto !", Mª Leonisa Casado Conde define la expresión como "mostrar una actitud engreída, adoptando aires de superioridad respecto a los demás".

Conviene notar que, en estos tiempos en que el lenguaje profesional ha adoptado una zafiedad excesiva, esta elegante expresión se ha visto sustituida en muchos casos por la más chabacana "se cree la polla".  No hace falta destacar el contraste que ofrecen ambas alternativas, entre las que se sitúa también la hoy algo monjil "se cree la pera" y otras similares como "se cree la leche" o "se cree la bomba".

En todo caso, hay que reconocer que las expresiones genéricas "ser la polla" o "ser la pera" resultan más versátiles, dado que pueden aplicarse también a cosas y no sólo a personas, como es el caso de "ser el rey del mambo".  En su contra, sin embargo, juega el hecho de que pueden también interpretarse en un sentido distinto, más próximo a "ser el colmo".

Existe en inglés una curiosa expresión de origen norteamericano (to be the bee's knees, literalmente "ser las rodillas de la abeja") que puede resultarnos muy útil en este contexto.  El Cambridge Advanced Learner's Dictionary la define como "to be excellent or of an extremely high standard" ("ser excelente o de una calidad extremadamente alta").

La expresión surgió en los Estados Unidos en los años veinte del pasado siglo.  Linda y Roger Flavell cuentan, en su excelente Dictionary of Idioms and Their Origins, como en esa época se puso de moda referirse a partes inexistentes de la anatomía de diversos animales para denotar que alguna cosa era excepcionalmente buena.  Entre los ejemplos ofrecidos están the flea's eyebrows (las cejas del piojo), the snake's hips (las caderas de la serpiente) o the elephant's instep (el arco del pie del elefante).  Entre las pocas que han sobrevivido, además de la comentada, están the cat's whiskers (las patillas del gato) y the cat's pyjamas (el pijama del gato), siendo ésta última de las pocas que utiliza la variante de introducir prendas de vestir en su estructura.

También resulta curiosa y útil en este contexto la construcción the best/greatest thing since sliced bread ("lo mejor desde el pan en rebanadas"), cuyo origen es, como cabe pensar, relativamente reciente.  El Cambridge Idioms' Dictionary afirma que si alguna persona o cosa es definida así, la gente piensa que es extremadamente buena, con frecuencia mejor de lo que realmente es ("if someone or something is described as the best thing since sliced bread, people think they are extremely good, often better than they really are").

Si queremos mantener el tono de nuestro "creerse la polla", podemos recurrir a otra construcción muy similar en cuanto a estructura a las comentadas más arriba, aunque de origen británico.  Se trata de the dog's bollocks (literalmente, "los cojones del perro") que también se utiliza para referirse a una cosa excelente y que, por lo tanto, se presta a ser usada en el sentido propuesto.

Ejemplos prácticos.
  • Era el típico tío que viene de Londres a Madrid y se cree el rey del mambo.  He was just one of those guys who come from London to Madrid and think they are the bee's knees.
  • En realidad no conseguí el puesto porque yo fuera la leche.  Fui el único que estuvo dispuesto a irse a Lisboa sin revisión salarial o de categoría.  Now, I didn't get the job because I was the greatest thing since sliced bread.  I was actually the only one eager to go to Lisbon without a pay rise or a promotion.
  • Se cree la polla sólo porque estuvo tres semanas de becario en Goldman.   He thinks he's the dog's bollocks just because he was an intern at Goldman for three weeks.

viernes, 13 de enero de 2012

Como un elefante en una cacharrería +

En los últimos tiempos, es frecuente que la imagen del elefante entrando en la cacharrería esté en nuestros labios recurrentemente cada vez que una reorganización sitúa a nuevos personajes cada vez más indocumentados al frente de los diferentes negociados.  Tampoco es extraño que debamos recurrir a esta expresión para referirnos a la acción de políticos de uno y otro signo, en muy diferentes geografías y ámbitos de poder.

Quien entra como un elefante en una cacharrería lo hace de forma descuidada y destruye lo que encuentra a su paso, con el consiguiente estruendo.  Mª Leonisa Casado Conde, en su obra "¡ Se Dice Pronto !" asigna a esta locución el valor de "abordar una situación o asunto de naturaleza delicada de manera brusca, burdamente y sin tacto".

La expresión inglesa equivalente (like a bull in a china shop) utiliza otros elementos para alcanzar una imagen muy similar. Nótese la minúscula en china, pues hablamos de una tienda de porcelana y no de una tienda en China.  El Cambridge Advanced Learner's Dictionary observa que "if someone is like a bull in a china shop, they are very careless in the way that they move or behave" ("si alguien es como un elefante en una cacharerría, es muy descuidado en su forma de moverse o comportarse").

La expresión aparece en inglés a mediados del siglo XIX y podéis indagar sobre sus orígenes en la muy recomendable página World Wide Words.

Ejemplos prácticos:
  • Cuando le nombraron, entró como un elefante en una cacharrería y la mitad del equipo se marchó antes de Navidad. When he was appointed, he was like a bull in a china shop and half of the team left before Christmas.
  • El nuevo ministro de economía conservador entró como un elefante en una cacharrería y anunció inmediatamente subidas de impuestos y recortes del gasto. The new Tory chancellor was like a bull in a china shop and inmediately announced tax rises and spending cuts.

Tierra quemada +

Como modesto y malintencionado homenaje a un compañero que decidió hace un tiempo buscar otros horizontes, abordamos hoy este concepto de origen bélico y, quizá por ello, muy utilizado en la oficina moderna.

El Diccionario de la Real Academia Española define la expresión que hoy nos ocupa en los siguientes términos: "táctica de guerra consistente en la destrucción total de un territorio".  El Diccionario de Uso del Español de María Moliner, por su parte, enriquece la definición, incorporando la finalidad perseguida:  "táctica de guerra que consiste en devastar un territorio para que el enemigo no pueda establecerse en él".

Efectivamente, se trata de destruir el territorio ocupado, generalmente como paso previo a abandonarlo en el curso de una retirada, de manera que se impida al enemigo beneficiarse del mismo.   Es sabido que la capacidad de la psicología humana para identificar enemigos, sean estos reales o ficticios, es elevada, especialmente en entornos tan viciados como la oficina moderna.  No sorprenderá, por ello, que estas prácticas estén a la orden del día en nuestras empresas, incluso cuando no existen enemigos ni retiradas por medio. Podría decirse incluso que el "quien venga detrás, que arree" es actitud habitual entre muchos profesionales, dejando así departamentos y aún enteras organizaciones "como un solar" (cuyo equivalente en inglés, por cierto, se nos sigue resistiendo).

En el caso que hoy nos ocupa las cosas son mucho más sencillas a la hora de trasladarlo al inglés.  El concepto tiene probablemente su origen en esa lengua por lo que podemos traducirlo de manera casi directa: scorched earth.  Si, como es habitual, empleamos la expresión con un valor adjetivo ("política de tierra quemada"), convendrá que lo escribamos con guión.

Ejemplos prácticos:
  • Desde que supo que se iba aplicó una política de tierra quemada con los clientes que me costó meses arreglar. Ever since he learnt he was leaving, he started a scorched-earth policy with clients that took me months to mend.
  • Cuando vimos las carteras nos dimos cuenta de que el anterior gestor había hecho una política de tierra quemada antes del traspaso. When we saw the portfolios we realized that the previous manager had opted for a scorched-earth policy in the months prior to the transfer.

lunes, 9 de enero de 2012

Hacerse la picha un lío

En muchas ocasiones hemos observado nuestra tendencia a emplear elementos malsonantes para reforzar los mensajes al hablar.   No se trata sólo del empleo como interjecciones de las palabras sin duda más utilizadas en el moderno castellano hablado ("joder", "cojones" y "coño").  Nuestro lenguaje coloquial se trufa también de otros vocablos malsonantes e innecesarios, que no tienen otro fin que enfatizar nuestro discurso, dotándole además de esa contundente sonoridad que tanto llama la atención de quienes no dominan nuestra lengua.

La expresión que hoy nos ocupa, "hacerse la picha un lío", es un buen ejemplo de ello.  Nada añade la referencia al pene al significado de la locución verbal "hacerse un lío" ("enredar, confundir algo", según la definición del Diccionario de la Real Academia Espñola).  Sin embargo, esa mención dota a la frase de un énfasis que no tendría sin ella, introduciendo además una cierta nota de desenfado.  Esta nota debe equilibrarse con la naturaleza intrínsecamente chabacana de la expresión a la hora de valorar en qué contextos puede emplearse.

Resulta difícil trasladar esta singular expresión al inglés.  En el segundo volumen de la imprescindible "Word Up!" sus autores proponen emplear la expresión to feel discombobulated que, al menos, incorpora también una singular sonoridad.   El significado del verbo to discombobulate parece más próximo a nuestros confundir o desconcertar, pero las definiciones que para discombobulated aporta el siempre útil Urban Dictionary parecen confirmar su idoneidad en el contexto que hoy nos ocupa.

Ejemplos prácticos.
  • Siento haberle reenviado al jefe tu correo, me hice la picha un lío.  I am sorry I resent your e-mail to the boss, I was discombobulated.
  • Estoy tan acostumbrado al iphone que, cuando intento usar cualquier otro cacharro, me hago la picha un lío.  I am so used to the iphone that whenever I try to use another gadget, I feel all discombobulated.

lunes, 2 de enero de 2012

Hacer la pelota

Alcanzado el número de entradas que considerábamos mínimo y casi completada la revisión de las iniciales, arrancamos 2012 con la ilusión de ver publicadas estas páginas como libro durante el año.  Después de dos hijos y bastantes árboles, daría así el autor por cumplidas las obligaciones vitales que prescribiera José Martí.

El empeño parece titánico en el ámbito de las editoriales establecidas, especialmente dada la naturaleza abigarrada de estas páginas.  No descartamos, sin embargo, transitar la ruta de la autoedición en la segunda mitad del año.  Seguiremos informando desde la serpiente multicolor, como decía el inolvidable comunicador.

El otro reto para el nuevo ejercicio es explorar hasta donde podemos extender la serie sin alejarnos de los propósitos iniciales de la misma, desarrollados en la introducción.  Las sugerencias que vamos recibiendo en las últimas semanas demuestran que todavía nos quedan por explorar vastos territorios del léxico común de la oficina moderna.  Resulta alentador, por ejemplo, descubrir que todavía no hemos abordados conceptos tan consustanciales al desempeño profesional actual como "hacer la pelota", con el que estrenamos hoy el nuevo año.

El Diccionario de la Real Academia Española contempla entre las acepciones de la palabra "pelota" la que nos interesa hoy: "persona aduladora, que hace la rosca".  También define la locución verbal "hacer la pelota a alguien" como "adularlo para conseguir algo".  Parece que es el carácter interesado de la conducta lo que viene a definirla, atribuyéndole además implícitamente un cierto tono de reproche.  En esta línea, el Diccionario de Uso del Español de María Moliner define la expresión de forma muy concisa: "adular interesadamente".

Encontramos también en los diccionarios referencias a expresiones equivalentes ("hacer la rosca" en el DRAE y "hacer la pelotilla" en el DUE) que hoy resultan algo anticuadas, como también la relacionada "bailar el agua".  No incluyen, sin embargo, referencia alguna a la construcción "ser un pelota", de uso muy habitual en la oficina moderna y fuera de ella.  Las acciones de adulación que caracterizan la conducta que nos ocupa no suelen ser esporádicas u oportunistas sino que, más bien, son expresión de un modus operandi reiterado que termina por definir la personalidad a su autor.  Para los interesados en este concepto y su traslación al inglés, nos remitimos a la entrada que dedicamos hace tiempo al muy descriptivo término lameculos.

Esta adulación interesada a la que nos referíamos es, por su propia naturaleza, una conducta propia de las personas sin escrúpulos en todas las latitudes del orbe.  No sorprende por ello que existan en inglés múltiples expresiones para referirse a ella.  La más coloquial es probablemente to suck up to somebody que el Cambridge Advanced Learner's Dictionary nos define como "to try to make someone who is in authority approve of you by doing and saying things that will please them" ("buscar la aprobación de alguien con autoridad haciendo o diciendo cosas que le complacen").

Ejemplos prácticos:
  • Él es borde con todo el mundo pero tu te pones borde con gente que te cae bien sólo para hacerle la pelota.  He's just nasty about everyone but you're nasty about people you like just to suck up to him.
  • Ya le conoces, le hace la pelota a quien haga falta.  You know him, he'd suck up to the devil himself.