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miércoles, 29 de abril de 2015

cinco años de working language


No está de más celebrar modestamente el quinto aniversario del blog.  Con más asombro que orgullo por lo realizado pero también con cierta desazón por la incapacidad reciente para publicar entradas completamente nuevas.

Quizá este cumpleaños sirva de acicate para retomar algunos borradores y, sobre todo, para volvernos a plantear la hercúlea labor de dotar a todo el contenido de la página de una estructura más formal que permita su publicación, ya sea en formato tradicional o digital.  La esperanza es lo último que se pierde.

lunes, 27 de abril de 2015

Cortarse la coleta

Sin ánimo de resultar pretenciosos, esperamos que no cunda el pánico entre nuestros lectores habituales al ver el título de la entrada de hoy.  No es, por el momento, intención del autor dar por concluída esta serie en la que se embarcó hace casi cinco años.  Lo cierto es que, después de más de trescientas entradas publicadas y a pesar de las numerosas sugerencias y retos que le llegan, cada vez le resulta más complicado encontrar nuevas expresiones que pueda abordar con el éxito siempre relativo de esta labor.  Sin embargo, hemos de reconocer que sigue siendo el tiempo, y no la materia prima, la mayor restricción para nuestra tarea.

En realidad, volvemos una vez más a los terrenos taurinos para abordar una expresión, "cortarse la coleta", de cierta utilidad en la oficina moderna para describir el abandono voluntario de actividades, tareas o costumbres.  Con esta entrada damos fin, eso sí, a la revisión y ampliación de nuestra ya muy dilatada serie taurina que puede consultarse completa y ordenada en el blog moderna tauromaquia.

El Diccionario de la Real Academia Española además del valor esencialmente taurino de la expresión que hoy nos ocupa ("dicho de un torero: dejar su oficio") nos ofrece el que por extensión empleamos en otros contextos: "apartarse de una afición o dejar una costumbre". María Moliner, en su Diccionario de Uso del Español, amplia notablemente el sentido de la expresión hasta alcanzar los terrenos profesionales, que son los que nos intersan: "abandonar una profesión o una actividad cualquiera".

Nótese que nada en las definiciones anteriores de que el apartamiento o abandono sea definitivo aunque la expresión si parece apuntarlo.  No son pocos los toreros que se han retirado y vuelto a los ruedos en numerosas ocasiones, bien por necesidad económica (como el legendario Antoñete) bien por soberbia o coquetería.  Sin embargo, cuando en el lenguaje coloquial decimos que alguien "se cortó la coleta" implícitamente decimos que lo hizo de forma definitiva, generalmente impulsado por intenciones o circunstancias que no resultan fácilmente reversibles.

El amplio espectro de ocupaciones que pueden abandonarse se refleja también en la pluralidad de opciones que nos ofrece el inglés para expresar esta idea. Todas ellas utilizan el concepto de colgar (to hang up), al que tampoco es ajeno el castellano, en el que decimos "colgar las botas", aunque generalmente siempre en un contexto futbolístico o, al menos, deportivo.

El inglés, sin embargo, complementa el colgar con objetos tan diversos como los guantes (to hang up the gloves, en aparente referencia pugilística), la espada (to hang up the sword, evocando un contexto guerrero más amplio), el violín (to hang up the fiddle) o las propias botas (to hang up the boots), que en inglés se suelen emplear también fuera del ambito deportivo.

Ejemplos prácticos:
  • Después de casarse siguió corriéndose sus buenas juergas de vez en cuando, pero cuando nació su hija se cortó la coleta. After he got married he still painted the town red once in a while but when his daughter was born he hung up the fiddle.
  • Su plan era vender su empresa, cortarse la coleta e irse a vivir al campo. His plan was to sell his business, hang up the boots and move to the country.

lunes, 20 de abril de 2015

Estar para el arrastre


Dirigimos ahora nuestra atención a otra de las muchas expresiones propias del mundo de la tauromaquia que se incorporaron a nuestro lenguaje coloquial en tiempos en que ésta ocupaba un lugar mucho más prominente en nuestra sociedad.   Como ya hemos observado en alguna otra ocasión, muchas de esas construcciones, como la que nos ocupa hoy, son utilizadas de manera tan generalizada que muchos de los hablantes desconocen incluso su origen y sentido preciso.

Cuando decimos que estamos "para el arrastre" (o, en su pronunciación más habitual, "pal arrastre") queremos indicar que nos encontramos en una situación de extremo decaimiento físico o moral, por utilizar los términos de la definición que nos ofrece el Diccionario de la Real Academia Española.  El Diccionario de Uso del Español de María Moliner, por su parte, define "estar para el arrastre" como "estar inútil o incapaz de trabajar o de moverse, por cansancio, vejez, etc.".

La imagen que se evoca es la del toro muerto en el ruedo y a la espera de ser arrastrado al desolladero por las mulillas.  Ese último viaje del astado es quizá uno de los momentos más singularmente desagradables para los no habituados a nuestra fiesta, en especial cuando queda en la arena el rastro de la sangre del morlaco, que sigue manando de las heridas recibidas durante la lidia.  En ocasiones, sin embargo, el arrastre del animal es saludado por los espectadores con una ovación póstuma que celebra la bravura demostrada por el toro durante su lidia, homenaje que reciben, en realidad, el mayoral y el propietario de la ganadería.

Las largas jornadas y la presión con la que habitualmente se trabaja en la oficina moderna conducen con frecuencia a niveles de cansancio físico que pueden cabalmente describirse con la expresión que nos ocupa.  La misma suele emplearse casi con orgullo, como una forma de subrayar la intensidad y la calidad del trabajo realizado, más que en tono de queja, registro este para el que nuestra lengua ofrece una pluralidad de expresiones alternativas (desde el suave "no puedo más" hasta el más habitual "estoy hasta los mismísimos cojones").

Se trata, en todo caso, sencillamente de una forma pintoresca y enfática de expresar nuestro cansancio, que también podemos transmitir con otras muchas expresiones como "estar deshecho", "estar hecho polvo", "estar rendido" o "estar reventado", entre otras.

Para expresar esta idea en inglés de forma idiomática, podemos emplear la locución verbal to be done in, muy similar a una singular expresión española ("estar matado").  Nótese que to do someone in equivale en inglés británico a "matar", dando que se entiende que donde se mete a alguien es bien en el ataúd o directamente bajo tierra.

Más similar conceptualmente a nuestra expresión es una construcción británica que recogen Brian Brennan y Rosa Plana en su excelente libro "Don't Get Me Wrong", que referenciamos en nuestra bibliografía.  Se trata de to be knackered que hace referencia al lugar (knacker's yard) donde se sacrifican los animales inútiles cuya carne no se destinaba al consumo, típicamente caballos de tiro.

En un registro algo más informal o vulgar, podemos también emplear la expresión to be shagged out para referirnos a la circunstancia de encontrarnos extremadamente cansados, ponderando siempre la connotación eminentemente sexual del verbo to shag.

Ejemplos prácticos:
  • No pude ir a fiesta de Antonio porque llegué de Chile ese mismo día y estaba para el arrastre.  I couldn't make Antonio's party because I arrived from Chile that very day and I was done in.
  • Salimos a darnos un paseo largo y al cabo de dos horas mi primo estaba para el arrastre.  We went for a long walk and after two hours my cousin was knackered.
  • Era su primer partido tras la lesión y estaba para el arrastre en el minuto 60.  It was his first game after coming back from injury and he was shagged after sixty minutes.

lunes, 13 de abril de 2015

Dar la puntilla

Las andanzas del toro en el ruedo suelen terminar con un momento especialmente desagradable para los no habituados a las corridas y aún para los que las frecuentan.  Se trata del momento en que se da al astado la puntilla, un golpe que con un pequeño cuchillo se le asesta en la zona cervical, terminando definitivamente con su vida después de haber recibido una o varias estocadas.

No debe, en todo caso, confundirse la puntilla, que se produce cuando el animal ya yace en el suelo, con el descabello, que se asesta cuando el toro aún está de pie pero ya no es posible volver a estoquearlo.  El descabello es todavía tarea del matador y se asesta con un particular estoque ligero llamado verduguillo mientras que la puntilla la da el puntillero con el cuchillo del que toma nombre.

A partir de ese significado técnico taurino, "rematar las reses con la puntilla" tal como lo recoge el Diccionario de la Real Academia Española, alcanzamos otro coloquial y de uso frecuente: "rematar, causar el fracaso definitivo de alguien o algo".   De forma algo más genérica, el Diccionario de Uso del Español define este segundo valor como "completar de alguna manera un daño grave causado a alguien".

En las modernas organizaciones empresariales, con su incensante vaivén de advenedizos e insensateces, es frecuente que numerosas personas y proyectos (en no pocos casos se confunden las unas con los otros) se aferren durante algún tiempo a un último hilo de vida profesional, las más de las veces más relacionado con el olvido o el desdén que con ninguna otra cosa. Sin embargo, inevitablemente algún evento viene a darles el golpe de gracia que les conduce al ostracismo o la defenestración y decimos por ello que se les ha dado la puntilla.

Dado que la puntilla, ese pequeño puñal que se utiliza para pasaportar al toro agonizante, es concepto ajeno a la lengua inglesa, debemos recurrir en ésta a otra expresión, también muy gráfica y con parecidas connotaciones siniestras. En efecto, en inglés decimos to put the last nail in the coffin (literalmente, "poner el último clavo en el ataud") para referirnos al evento o circunstancia que provoca el fracaso definitivo de algo que ya había empezado a fracasar ("an event which causes the failure of something that had already started to fail", en la definición del Cambridge Advanced Learner's Dictionary).

En inglés podemos utilizar también la expresión "golpe de gracia" pero nótese que la misma debe expresarse recurriendo al francés (coup de grâce) lo que siempre resulta algo forzado y aun pedante en boca del hablante de una tercera lengua.

Ejemplos prácticos:
  • Estaba ya enfrentado a Pablo, pero la discusión que tuvieron en el comité de riesgos le dió la puntilla. He was already on bad terms with Paul, but their argument at the risk committee put the last nail in the coffin.
  • Todo el mundo sabía que el proyecto estaba condenado al fracaso pero el recorte presupuestario le dió la puntilla. Everyone knew that the project was doomed but the budget cuts put the last nail in the coffin.

martes, 7 de abril de 2015

Rematar la faena

La palabra "faena" tiene un significado general bastante neutro, asociado a alguna labor o tarea realizada.   Entre las acepciones que para el término nos ofrece el Diccionario de la Real Academia Española encontramos "trabajo corporal", "trabajo mental", "quehacer" y "servicio que se hace a alguien".

Por extensión de este valor principal, y con una connotación quizá irónica, encontramos también su uso para referirnos a una mala pasada ("menuda faena me ha hecho cogiéndose una semana de vacaciones en plena temporada alta").  El Diccionario de Uso del Español define con mayor profusión este valor: "acción con que una persona perjudica injustamente a otra, en general por beneficiarse a sí mismo o a una tercera".

Es, no obstante, en la terminología propia del mundo taurino, tan habitual en estas páginas y en la oficina moderna, donde el vocablo adquiere probablemente su mayor importancia.  Así, el propio DRAE recoge dos definiciones para "faena" relacionadas con los toros: "En el campo, cada una de las operaciones que se verifican con el toro" y "en la plaza, las que efectúa el diestro durante la lidia, y principalmente la brega con la muleta, preliminar de la estocada".

Esta última precisión es la que nos conduce a nuestra locución de hoy, "rematar la faena".  La empleamos en castellano para referirnos a aquella acción que viene a poner colofón a una sucesión de otras anteriores, en referencia a la estocada que pone fin a la vida del astado en el ruedo.

Un viejo chiste ilustra bien esta idea.  Narra la visita al peluquero de un cliente que sufre, durante el servicio, numerosos cortes por la impericia de aquel, que le dejan sangrando profusamente.  Preguntado, al terminar el corte de pelo, si desea algo más, el cliente le responde: "no, nada más, ya puede usted entrar a matar".

No nos resistimos, finalmente, a apuntar que la "faena" también puede hacer referencia a otras labores menos lucidas que las taurinas pero que forman parte de nuestra actividad cotidiana.  En este sentido, un antiguo pareado, "al terminar la faena, se tira de la cadena", recuerda al oyente sus obligaciones higiénicas cuando se visita lo que hoy en España llamamos váter, en un préstamo del inglés singularmente macarrónico y que ha dejado en desuso otros términos como "retrete" o el algo cursi "inodoro".  El autor recuerda haber oído hace años en los Estados Unidos una recomendación ciertamente más elaborada y controvertida al respecto: "if it is yellow, let it mellow; if it is brown, flush it down".  Si bien podría pensarse que esta singular idea sería simplemente un chascarrillo propio del tosco ambiente de las residencias estudiantiles, parece que en ciertos círculos ecologistas es incluso considerada seriamente.

No disponemos, lógicamente, de equivalentes próximos en inglés para nuestra expresión de hoy.  Podemos emplear to finish off, donde el matiz enfático lo aporta el uso de la preposición off.  Por cierto, ¿ es el autor el único que se ha preguntado alguna vez por qué en inglés también se las llama "prepositions" ?  Nos atrevemos a apuntar que es significativo que no exista una traducción exacta en castellano para el término misnomer.

En todo caso, también podemos utilizar la expresión to round off, aun advirtiendo que la misma tiene, generalmente, una connotación positiva (similar a nuestro "redondear"), muy distinta de la que con frecuencia adopta "rematar la faena " en castellano.

Ejemplos prácticos:
  • Jugar en casa será un factor importante la semana que viene y espero que podamos rematar la faena.  Home advantage will be a big factor next week, and I hope we can now finish off the job.
  • Su correo hizo que Jaime y Pablo redoblaran los esfuerzos para rematar la faena antes de que se montara la de Dios.  His e-mail encouraged Jim and Paul to increase their efforts to finish off the task before all hell broke loose. 
  • Después de cenar, rematamos la faena con unos cuantos gintonics en el jardín.  After dinner, we rounded off the evening with a few g and t's in the garden.