Páginas

viernes, 30 de diciembre de 2011

Dar la campanada +


Parece inevitable que, horas antes de comer una vez más las doce uvas que dicen adiós a un año que ha resultado singularmente largo y sombrío, dediquemos nuestra última entrada de 2011 a revisitar la expresión "dar la campanada".

El Diccionario de la Real Academia Española asigna al término "campanada" además de sus significados más obvios ("golpe que da el badajo de la campana" o "sonido que hace") el valor de "escándalo o novedad ruidosa".

Por extensión, decimos que algo o alguien da la campanada cuando provoca un escándalo o, al menos, causa sensación.  Con mucha precisión define el Diccionario de Uso del Español de María Moliner el concepto: "acción inesperada de alguien, que provoca escándalo o sorpresa, o muchos comentarios, en el medio social en que vive, por ser impropia de su categoría, posición o respetabilidad".  La desusada redacción de esta definición es digna del mejor Javier Marías, especialmente en lo referente al uso de la coma.

Para expresar este concepto en inglés disponemos de la locución verbal to cause a stir (también to create a stir).  Se emplea aquí el sustantivo stir que se refiere generalmente a toda conmoción o revuelo. Los aficionados a la cocina también pueden encontrarse con el mismo vocablo empleado como verbo en alguna receta en inglés donde tiene el valor de "remover".  Alternativamente podemos sustituir stir por commotion, empleando igualmente los verbos to cause o to create.

Ejemplos prácticos:
  • Cuando le nombraron director del área, dió la campanada reuniéndose con todos los equipos y preguntándoles su opinión sobre temas polémicos.  When he was appointed head of the division, he caused quite a stir by meeting all the teams and questioning them on sensitive issues.
  • Roberto Carlos dio la campanada apareciendo en la boda con dos modelos negras; a Ronaldo no le hizo mucha gracia.  Roberto Carlos caused a stir showing up at the wedding with two black models; Ronaldo was certainly not impressed.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Arrimarse al sol que más calienta

Nos ocupa hoy otra de las habilidades esenciales para el éxito profesional en la moderna oficina.  Se trata de "arrimarse al sol que más calienta", singular expresión que nos sugirió hace unas semanas uno de nuestros más activos comentaristas y que caracteriza como pocas el comportamiento de algunos de los más abyectos sujetos que operan en nuestras empresas.

El Diccionario de la Real Academia Española hace equivaler esta locución verbal a "servir y adular al más poderoso", definición que maneja vocablos que, pese a sus resonancias añejas, aún permanecen en uso, especialmente en boca de algunos dirigentes de la izquierda.    Algo más genérica y actual resulta la definición que ofrece el Diccionario de Uso del Español de María Moliner: "acercarse, adular, etc. a quien más puede ayudar o ponerse a su lado".  El objetivo de la conducta es aún más explícito en la definición que propone María Leonisa Casado Conde en "¡ Se Dice Pronto !": "servir o adular al más fuerte o influyente, buscando el propio provecho".

Nos encontramos, como podrá deducirse de estas definiciones, ante una conducta particularmente compleja y que no está al alcance de cualquiera.  Efectivamente, se requiere primeramente una notable habilidad para identificar con precisión y rapidez quienes son las personas que realmente cortan el bacalao en un determinado asunto y que pueden, por ello, resultar útiles para conseguir nuestros propósitos.  Es preciso después ejecutar las labores precisas para orientar su voluntad en la dirección apetecida, conductas que incluirán con certeza el sencillo peloteo, más o menos descarado, pero que, en otras ocasiones, exigirán adentrarse por sendas abominables.

La expresión inglesa que mejor incorpora este sentido utiliza imágenes muy distintas.  Efectivamente, empleamos en inglés la locución verbal to know which side one's bread is buttered on (saber por qué lado tiene el pan untada la mantequilla) para denotar que "tenemos cuidado para no actuar de manera que perdamos el favor de otras personas o perder alguna ventaja" ("to be careful not to act in ways that would lose you other people's approval, or lose you an advantage", según el Cambridge Advanced Learner's Dictionary).

Aunque, como se observará, la connotación de esta construcción es muy similar a la de la expresión española, la misma puede emplearse con un sentido más genérico, similar a nuestro "saber lo que nos conviene".

Ejemplos prácticos:
  • No me sorprendió que Pablo defendiera con tanto entusiasmo la propuesta de su jefe; él sabe arrimarse siempre al sol que más calienta.  I was not surprised by Pablo's vigorous defence of his boss' proposal; he knows which side his bread is buttered on.
  • Hay algunos políticos que saben arrimarse al sol que más calienta y mantenerse en sus puestos durante años y años.  Some politicians know which side their bread is buttered on and manage to keep their jobs for years on end.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Sacar las castañas del fuego

Bien sea por la impericia o la displicencia con la que otros abordan sus tareas profesionales en la oficina moderna o por nuestra impaciencia por verlas concluidas, con frecuencia nos encontramos en la circunstancia de tener que sacar las castañas del fuego a los demás.

Es este otro de esos conceptos que sólo declinamos en alguna de sus formas, generalmente las que expresan queja por las actitudes ajenas.  Obsérvese la frecuencia con que decimos u oímos "le tuve que sacar las castañas del fuego" y lo extraño que resulta la construcción simétrica "me tuvieron que sacar las castañas del fuego".  Un caso más de aquello de "ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio", refrán que deberíamos abordar en estas páginas sin demora, dada su importancia en nuestra cultura.

El Diccionario de la Real Academia define nuestra expresión de hoy como " ejecutar en beneficio de alguien algo de lo que puede resultar daño o disgusto para sí".  Diferentes matices nos aporta la definición que para "sacar a alguien las castañas del fuego" nos ofrece el Diccionario de Uso del Español de María Moliner: "hacerle algo que le corresponde a él mismo, para sacarle de un apuro en el que se ha metido".

Si bien es indudable que existe algún riesgo en la tarea que acometemos para "sacar las castañas del fuego" a alguien, el elemento esencial del concepto es que nos vemos obligados a realizar algo que le corresponde a otra persona que ha sido incapaz de hacerlo y que, por ello, se encuentra en una situación comprometida o en trance de estarlo.

En el DRAE encontramos también dos curiosas y hoy poco empleadas expresiones ("sacar castañas del fuego con la mano del gato" y "sacar el ascua con la mano del gato") que nos apuntan el posible origen de este concepto.  Efectivamente, en una de las fábulas de La Fontaine se narra la historia del mono que convence a un gato para sacar unas castañas del fuego, quemándose las garras en el proceso.  La historia, probablemente una adaptación de alguna fábula de origen  mucho más antiguo, incorporó estos elementos a expresiones de uso corriente en varias lenguas europeas, entre ellas el castellano, el francés y el inglés.

Desconocedor de este origen, el autor recuerda encontrar con sorpresa hace unos años la construcción to pull the chestnuts out of the fire en las páginas de The Economist.  Tan improbable transcripción literal de una expresión que consideraba intrínsecamente española le llevó a sospechar que algún descendiente de Paco Martínez Soria se había infiltrado en la redacción de la admirable publicación londinense.

No sólo utiliza las castañas el inglés para expresar esta idea sino que existen otras construcciones que sacan del fuego otras cosas con idéntico sentido:  to pull someone's bacon out of the fire y to pull someone's fat out of the fire.  En todo caso, las tres expresiones son relativamente infrecuentes en inglés y pueden resultar hoy en día algo forzadas, especialmente en el uso coloquial.

Ejemplos prácticos:
  • Fueron los franceses los que se metieron en un lío en Vietnam y los americanos tuvieron que ir a intentar sacarles las castañas del fuego.  It was the French who messed things up in Vietnam and then the Americans had to get involved and try to pull the chestnuts out of the fire.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Meterse en un jardín +

¿ Quién no se ha metido alguna vez en un jardín en su trabajo ? Aunque esta desagradable situación es, desde luego, muy frecuente en la oficina moderna presenta características más específicas que las que comporta simplemente cagarla.  Nos proponemos esclarecerlas en lo que sigue antes de ensayar su traslado a la lengua inglesa.

En el Diccionario de la Real Academia Española encontramos las siguiente definición para la locución verbal "meterse alguien en un jardín": "enredarse innecesariamente en un discurso o parlamento teatral o en una situación complicada".   Como puede observarse, el elemento principal que caracteriza estas excursiones botánicas es su carácter innecesario, pudiendo emplearse tanto para los excesos verbales como para los casos en los que sencillamente nos complicamos la vida.

El concepto nos traslada a uno de esos jardines laberínticos en los que nos aventuramos a la ligera pero de los que puede resultar casi imposible salir.  Los aficionados a las películas de Harry Potter recordarán uno particularmente angustioso.  Esa imagen se incorporó a nuestra lengua a finales del siglo XIX, a través del mundo teatral en el que, al parecer, se empleaba para describir las dificultades del actor que olvidaba sus líneas y se veía obligado a improvisarlas, alejándose cada vez más del sentido original de su intervención.

Muy parecido resulta el sentido de la similar expresión "meterse en un berenjenal", aunque la misma hace más énfasis en el lío o embrollo en el que nos adentramos y menos en el carácter innecesario de las complicaciones.

Existe también en inglés una expresión que utiliza una imagen completamente distinta para expresar un concepto similar aunque no idéntico: to open a can of worms (literalmente abrir una lata de lombrices o gusanos, en referencia seguramente a las utilizadas como cebo vivo para pescar). La lata es también fácil de abrir pero imposible de cerrar, dado la naturaleza escurridiza de sus inquilinos.

El Cambridge Advanced Learner's Dictionary define la expresión como "a situation which causes a lot of problems for you when you start to deal with it" (una situación que causa muchos problemas al abordarse).  Aquí no concurre el carácter innecesario sino que el énfasis está más bien en la complicación inesperada e incontrolable (abrimos la lata para sacar una lombriz pero luego se nos escapan todas).

Ejemplos prácticos:
  • La candidata empezó a dar detalles innecesarios de algunos de sus clientes y se metió en un jardín. The candidate started to provide unnecessary details about some of her clients and opened a can of worms.
  • Con la decisión de renegociar el contrato nos metimos en un jardín y tardamos tres meses en avanzar. The decission to renegotiate the contract opened a can of worms and it took us three months to move forward.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Darse la vuelta la tortilla

La naturaleza imprevisible de muchas de las cosas que suceden en la oficina moderna ha sido observada y comentada con profusión en estas páginas.  De hecho, aunque no falten ocasiones en las que las cosas se ven venir, es más frecuente que asistamos a todo tipo de avatares y cambios de dirección antes de que lleguen a perfeccionarse.

En no pocas ocasiones, son los cambios en los delicados equilibrios de poder que existen en toda organización los que modifican de manera determinante un sinfín de aspectos de la misma.  Particularmente relevantes son las circunstancias en las que se alteran las relaciones entre las personas de manera que los que antes mandaban dejan de poder hacerlo y quedan subordinados a otros que, hasta ese momento, debían atenerse a sus ordenes.

El Diccionario de la Real Academia Española recoge la expresión que hoy nos ocupa en su forma "volverse la tortilla" y nos ofrece dos definiciones: "suceder algo al contrario de lo que se esperaba o era costumbre" y "cambiar la fortuna favorable que alguien tenía, o mudarse a favor de otra persona".  El Diccionario de Uso del Español de María Moliner ofrece una definición más genérica, que luego ilustra: "invertirse la situación recíproca de las personas; particularmente, pasar de una situación política a otra en la que mandan los que antes eran oprimidos".

Como puede observarse, los elementos definitorios de la expresión son la ocurrencia de un cambio y que el mismo determine una situación relativa contraria a la que antes existía.  En concreto, los que estaban en una situación favorable pasan a verse desfavorecidos y viceversa.  A nadie se le escapan las consecuencias que circunstancias de esta naturaleza ocasionan en la oficina moderna, donde la justicia poética rápidamente deja paso a otras variedades de naturaleza menos edificante.

Disponemos en inglés de una expresión que traslada esta idea de una forma bastante precisa.  Se trata de to turn the tables on que el Cambridge Advanced Learner's Dictionary define como "to change a situation so that you now have an advantage over someone who previously had an advantage over you" (cambiar una situación de manera que tengas ventaja sobre quien hasta ahora la tenía sobre ti).

Ejemplos prácticos:
  • Aunque la culpa de los retrasos era suya, se las apañaron para darle la vuelta a la tortilla y colocar al departamento de sistemas en una situación indefendible.  Although they were the ones to blame for the delays, they somehow managed to turn the tables and put the IT department in an untenable position.
  • Cuando los holandeses vendieron la empresa, se dio la vuelta la tortilla y algunos de los que habían tenido que salir del departamento por la puerta de atrás terminaron volviendo y siendo los que cortaban el babalao.  When the Dutch sold the company, the tables were turned and some people who had been forced to leave the department by the back door ended up coming back and calling the shots.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Hacer puente +

Parece apropiado que terminemos esta semana, en la que se suceden los días laborables y festivos de manera desconcertante, revisando nuestra entrada dedicada a la noble actividad de hacer puente.

Para sorpresa e incluso escándalo de los extranjeros que trabajan en la oficina moderna, los festivos de esta semana suponen el capítulo final de una larga sucesión otoñal de jornadas de asueto que nos conduce hasta las puertas mismas de las fiestas navideñas. Los prolongados fines de semana que se construyen alrededor de estos festivos hacen llevadera esta parte final del año que debe de resultar verdaderamente insoportable en latitudes que sumen a la oscuridad invernal un calendario laboral más riguroso.

El Diccionario de la Real Academia nos recuerda en su definición ("aprovechar para vacación algún día intermedio entre dos fiestas o inmediato a una") que, en puridad, para hacer puente hay que tomarse algún día adicional a los que propiamente son festivos.

Si bien podemos pensar que este concepto es intrínsecamente español, lo cierto es que otras lenguas latinas (al menos, el francés, el italiano y el portugués) conocen el mismo y utilizan también la imagen del puente para referirse a él, incorporando así implícitamente la noción de que entre los días festivos (los "pilares" del puente) existen otras jornadas de vacaciones.

El inglés, en contraste, sólo nos ofrece el prosaico long weekend que resulta aséptico y no implica necesariamente que se tomen días adicionales de asueto. La ausencia de este matiz resulta especialmente relevante si tenemos en cuenta la bárbara costumbre anglosajona de trasladar los festivos a los lunes, práctica que pretende extenderse ahora a algunos países mediterráneas, con la excusa de la crisis.

Esta práctica no conoce en el Reino Unido otras excepciones que el Viernes Santo (que va por definición pegado también al fin de semana) y los días de Navidad y Año Nuevo. En los Estados Unidos, además del fin de semana largo por excelencia (el siguiente al Día de Acción de Gracias), existe una única fiesta "móvil" adicional a las mencionadas, el 4 de julio.

Esta situación, unida a una ética del trabajo mal entendida, hace que los puentes tal y como los conocemos en España sean unos grandes desconocidos en estos paises. Ellos se lo pierden.

Ejemplos prácticos:
  • Estaba tan cansado después de la revisión de los presupuestos que decidí cogerme el puente. I was so exhausted after the budget review that I decided to take a long weekend.
  • Cuando su jefe llegó de Inglaterra no entendía que la oficina se quedara sin nadie cuando había puente. When her boss first arrived from England, he couldn't understand why the office was empty during long weekends.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Poner toda la carne en el asador

Incluso para aquellos que han hecho de escaquearse uno de los elementos definitorios de su desempeño profesional, hay ocasiones en las que no queda más remedio que trabajar con denuedo para sacar adelante algún asunto o proyecto.  Las circunstancias que generan estas excepciones a una existencia displicente son muy variadas y generalmente poco edificantes.  Baste apuntar que incluso los seres vivos menos desarrollados poseen un muy agudo instinto de supervivencia.

En todo caso, decimos que ponemos "toda la carne en el asador" cuando, según el Diccionario de la Real Academia Española, lo arriesgamos todo de una vez o extremamos el conato.  La última definición puede resultar oscura pero su sentido se esclarece si recordamos que conato equivale en este contexto a "empeño y esfuerzo en la ejecución de algo", según el mismo diccionario.

El Diccionario de Uso del Español de María Moliner contempla esta expresión tanto con el verbo "poner" como con "echar" y la define como "poner en juego de una vez, para conseguir cierto propósito, todos los recursos de los que se dispone".

Se trata simplemente de realizar el máximo esfuerzo para conseguir el objetivo.  Ya hemos observado lo inusual de esta conducta en la oficina moderna pero resulta significativo que la expresión "darlo todo" ya casi sólo se emplea para describir actuaciones particularmente entusiastas o arrojadas en locales nocturnos o en francachelas de diversa naturaleza.  Nótese la muy distinta resonancia de las frases "en la boda de mi prima lo di todo" y "en la reunión con el equipo de valoración lo di todo". Para decir la segunda hace falta ser bastante gilipollas, la verdad.

El inglés emplea para expresar esta misma idea una locución verbal que nada tiene que ver con los fogones.  Se trata de to pull out all the stops, que el Cambridge Advanced Learner's Dictionary define como "to do everything you can to make something successful" (hacer todo lo posible para que algo tenga éxito).

Conviene destacar que la palabra stop tiene aquí un sentido muy distinto al habitual.  Desde antiguo se emplea en música esta palabra para referirse al tono o al registro.  En este contexto, sin embargo, hace referencia a las válvulas que regulan el funcionamiento de los órganos.  Cuando las mismas se meten (push in) o se sacan (pull out), se modifica el volumen al que suena la música.  De esta manera, la imagen de tocar con el órgano "con todas las válvulas sacadas" viene a denotar lo mismo que nuestro "echar toda la carne en el asador".

Ejemplos prácticos:
  • Wenger tuvo que poner toda la carne en el asador para fortalecer el equipo tras la marcha de Fabregas y Nasri.  When Fabregas and Nasri left, Wenger had to pull out all the stops to strenghten the squad.
  • Pensábamos que habíamos perdido la operación pero nos pidió que echáramos toda la carne en el asador y mandáramos al cliente una nueva propuesta antes del viernes.  We thought we were out of the deal but he asked us to pull out all the stops and send a new proposal to the client before Friday.
  • El año pasado, todo el mundo echó toda la carne en el asador después de la reunión de Ávila y conseguimos alcanzar el objetivo de ventas.  Last year, after the meeting in Ávila, everyone pulled out all the stops and we reached our sales target.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Rodar cabezas

La asunción de responsabilidades no es una de las habilidades directivas más extendidas en la oficina moderna.  Es más, en estos tiempos la elusión de la mismas se ha constituido en uno de los pilares principales de la estrategia vital de no pocas personas, quizá por la desaparición en nuestra sociedad de toda conciencia de culpa.

Significativamente, cuando decimos en la oficina moderna que "van a rodar cabezas" no es generalmente con temor, pues nos resulta impensable que sea precisamente la nuestra la que se encuentre en peligro.  Más bien lo decimos con la esperanza, secreta o no, de que los culpables, que siempre serán otros, reciban un merecido castigo por sus errores o simplemente por su incapacidad, que a nosotros nos resulta manifiesta.

El Diccionario de Uso del Español de María Moliner recoge esta expresión con el significado de "producirse destituciones o expulsiones".  Con más extensión, Mª Leonisa Casado Conde ofrece en su obra "¡ Se Dice Pronto !" esta muy precisa definición: "Castigar, sancionar, aplicar la justicia a los culpables. En sentido figurado, destituir de sus cargos a los responsables de un error o culpa".

La imagen de la cabeza separada del cuerpo por efecto de la guillotina se incorporó de manera indeleble a la cultura europea después de la Revolución Francesa, época en la que los verdugos trabajaron a destajo.  No sorprende por ello que exista en inglés una expresión idéntica a la nuestra, que generalmente encontramos en la forma heads will roll (literalmente "rodarán cabezas", con un sentido equivalente a nuestro "van a rodar cabezas").

Existe también otra curiosa expresión inglesa que podemos emplear para referirnos a sufrir castigos u otras consecuencias negativas.  Se trata de to walk the plank, una más de las expresiones británicas de origen marinero.  La referencia a "caminar por el tablón" evoca el castigo impuesto en el mar a los prisioneros, obligados a avanzar, con los ojos vendados, hacia una muerte segura.  Los aficionados a las películas de piratas, género clásico y previsible donde los haya, estarán sin duda familiarizados con esta imagen, generalmente adornada con la innecesaria presencia de algunos tiburones.

Ejemplos prácticos:
  • Aunque el jefe parece que apoya el proyecto, tendrán que rodar cabezas si el próximo trimestre no mejoran radicalmente los números.  Although the boss seems to support the project, heads will roll if the results don't show a marked improvement next quarter.
  • Está claro que en el departamento de ventas van a rodar cabezas pero no creo que los echen a todos aunque probablemente se lo merezcan.  It's clear that heads will roll in the sales department but I don't expect that everyone will have to walk the plank, even though they probably deserve it.
  • Debería rodar la cabeza del "genio" que diseñó el nuevo plan de sistemas.  Whoever was the "brains" behind the new IT plan should be made to walk the plank.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Dar caña +

Meter o dar caña (o más habitualmente recibirla) es parte frecuente de la jornada laboral y por lo tanto expresión muy utilizada en la oficina, junto con su prima hermana meter o dar estopa.

Aunque el Diccionario de la Real Academia Española recoge el significado de la locución como "provocar o recriminar a alguien", más frecuentemente se trata de lo segundo y en grado generalmente desmedido.

El Diccionario de Uso del Español de María Moliner, por su parte, nos ofrece las dos acepciones más comunes actualmente.  De un lado, se refiere a "actuar sobre algo para que vaya más deprisa, funciones con más fuerza, etc.", ejemplificando su uso en el ámbito de la conducción.  De otro, y más en línea con su uso en la oficina moderna, apunta el valor de "hostigar o presionar a alguien".

Para expresar este último sentido, el inglés nos ofrece una locución verbal muy similar en su forma, to give someone stick (que podría traducirse como "dar palos a alguien").  Podemos emplearla tanto para castigar como para reprender o criticar a alguien por alguna acción.

Adicionalmente, desde la perspectiva de quien recibe la caña, podemos también utilizar la expresión to get it in the neck (literalmente, recibirlo en el cuello, probablemente en referencia a las collejas que generalmente se reciben en estos casos, al menos de forma figurada).  El Cambridge Advanced Learner's Dictionary define esta locución verbal como to be punished or severely criticized for something that you have done ("ser criticado o criticado severamente por algo que has hecho").

Ejemplos prácticos:
  • Dales caña, Alfonso. Give them stick, Alfonso.
  • La prensa no le dio mucha caña a Villa por fallar el penalty porque ya ibamos 2-0. The press didn't give Villa much stick for missing the penalty because we were already 2-0 (two-nil) up.
  • Le metieron muchísima caña por no tener el producto aprobado a tiempo. He got it in the neck big time for failing to have the product approved on time.